viernes, 5 de septiembre de 2025

VESTIDOS Y ALBOROTADOS

TIRO A GOL 





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

Muchos quedaron decepcionados con el empate sin goles de Panamá en Surinam. Incluso, colegas que transmitieron el partido, reconocían que nunca se imaginaron un juego con tanto sufrimiento, porque hay que reconocer que al final se pudo haber perdido este compromiso, con el que comenzó la recta final de la eliminatoria de la CONCACAF para el Mundial del 2026.

El desencanto fue más que nada porque muchos estaban convencidos que se iba a golear, por el solo hecho de ser los mejores de Centroamérica de acuerdo al ránking de FIFA. Era el cuarto mejor de CONCACAF, número 30 en la clasificación general, contra el número 136 y décimocuarto en el área.

Pero al final, el equipo local, de buena presentacion, volvió a desnudar las falencias que conocemos en defensa del equipo de Thomas Christiansen. Los balones largos por las bandas o el centro, que originan además deficiencias en la marca en los balones cruzados,  se han convertido en un dolor de cabeza para la última línea, así algunos de estos jugadores militen en Europa.

De la cintura para arriba la selección es una: más movediza, encaradora y con aire ofensivo, pero de la cintura para abajo, es otra cosa. Te  puede hacer un buen partido, pero en uno de esos balones profundos, deslucen.




Fue un partido que así como se pudo ganar, también se pudo perder. Y lo que se hizo evidente, el rival estudió bien a Panamá, porque en muchos tramos del compromiso no le permitió lo que saben hacer del medio para el frente. Por eso el descontento general en decir que se jugó mal, sin darle algo de crédito al rival, en que pareciera que su entrenador estudió más a Panamá que Christiansen y su equipo de asesores a su primer rival del grupo.

Anoche, Surinam tenía estudiado a Panamá, seguramente, como lo harán los otros dos rivales, porque en el papel los de Christiansen son los favoritos por lo que vienen haciendo en los últimos años. Escuché decir que la cancha sintética pudo haber perjudicado a los nuestros, pero fue evidente que Panamá no pudo exhibir ese juego exquisito que ha mostrado en otros torneos, porque el rival no se lo permitió.

En la eliminatoria se sufre de verdad, nada comparado a lo que es una Copa Oro o una Liga de Naciones. Estos partidos son a otro precio, y Surinam lo mostró en su primer compromiso. 

Un empate de visitante es ganancia en una eliminatoria, se dice que para clasificar a un mundial se tiene que arañar puntos afuera y ganar como local. Seguro que en otros tiempos, este punto se hubiera celebrado con mucha algarabía en Panamá, pero acá se nos han subido los humos a la cabeza motivado por lo que viene haciendo la selección, por eso contra Surinam muchos quedaron vestidos y alborotados esperando una goleada, porque se imaginaban que se iba a enfrentar a unos muertos. 

Seguro, que todos querrán ganarle de local a Panamá y complicarle la vida en el Rommel Fernández, por el hecho de ser la favorita del grupo, y en ese aspecto los jugadores tienen que saber controlar esta situación que conlleva mucha presión. 

Lo más seguro es que sus rivales la tienen estudiada, porque su patrón no ha cambiado con Christiansen, independiente del sistema táctico que se imponga en el partido, se ha ganado ofensivamente, en que pareciera que muchas veces se atacara sin mirar atrás, pero en ese espacio entre defensa y delantera, siempre quedan huecos que hace que sean sorprendidos con facilidad cuando el rival contrataca con salidas veloces y esos balones profundos. En la Copa Oro Honduras nos dio una lección. Falta cohesión en esos espacios de la cancha.

Ante Surinam vimos el mismo patrón, con una nómina anunciada, que es la que más o menos siempre juega, pero sin variantes cuando el rival nos descubre la señal, como se dice en el argot beisbolístico. Aquí hace falta la personalidad individual de cada jugador, para marcar la diferencia, como lo hace Adalberto Carrasquilla cuando tiene el balón en sus poder, él es diferente del resto, hoy más anunciado como ofensivo cuando comparte plantel con Cristian Martínez y Aníbal Godoy, pero una sola golondrina no hace verano.

Por fortuna, El Salvador del Bolillo Gómez derrotó de visitante a Guatemala (0-1), el próximo rival de Panamá el lunes en el Rommel Fernández, y eso facilita la situación para limpiar la pobre imagen que se dejó en Surinam.

Esto apenas comienza. Quedan cinco partidos para corregir. Surinam ya nos dio una alerta. En las eliminatorias se tendrá buenas y malas noches, hay que sufrir, nada es regalado.

1 comentario:

  1. José Isaac Serrano9:51:00 a. m.

    Atinado el comentario, hay una fanticada real y una fanticada de cristal, el DT. Como lo indicó, que ya la tecnología nos va a favor y en contra por actualizadas qué están las otras selecciones, no implementa las variantes y el jugador se acoplo a él sistema el cual le genera al jugador a no tener esa disposición de individual adelante al espacio y gol....

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