JULIO ESTRADA
CAMPO ELÍAS ESTRADA
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Hace cuatro años, en un día como hoy, todo era alegría en la familia Estrada Agreda. Ese 18 de noviembre del 2020, sus hijos veían cómo su padre, Julio Onías Estrada Noguera, cruzaba la meta de la maratón de los 100 años, en medio de un entorno lúgubre por lo del covid 19, que estaba dejando un reguero de muertos en todo el mundo.
Sin embargo, paradójicamente, don Julio, con tapabocas incluido, cruzaba la meta levantando un brazo con el puño bien apretado, en señal de victoria, mientras que con el otro brazo sostenía su caminador, que lo ha mantenido de pie durante los últimos años de esa extenuante carrera de resistencia.
En la noche de ese 18 de noviembre del 2020, se cerró la calle 29, entre las carreras 10 y 11 del Barrio Fátima de Palmira, para junto a los vecinos de la cuadra hacerle una celebración digna de la ocasión. Nos reunimos parte de la familia, todos con tapabocas, en una noche memorable, en que festejamos el centenario de nuestro Patriarca.
Cuatro años después, su esposa, hijos y sus dos últimas nietas, que para el 2020 tenían cinco meses de nacidas, le celebramos sus 104 años, sin antes darle gracias a Dios, por permitir que todavía se mantenga con nosotros, aunque caminando ya a pasos lentos, en esta gran carrera de la vida.
Son cuatro años, que han parecido eternos, por todo lo que le ha rodeado a este roble nariñense, en los que todavía conserva esa prodigiosa retentiva, con la que hace gala para seguir contando historias del pasado, que hoy la transmite de manera clara y precisa, como si el tiempo no se hubiera parado por esa mente brillante.
Su fortaleza para mantenerse de pie es formidable. Cuando cumplió 101 años, su sobrina Rosarito le hizo una invitación a Medellín, para que viajara junto a su esposa y un hijo. Lo hicieron por avión desde Palmira, entonces la aerolínea le dio todas las atenciones a este pasajero ilustre antes, durante y después de abordar la aeronave.
En Medellín se reunió después de muchos años con sus tres hermanos, incluida la religiosa Inesita, que vino de Panamá a Colombia expresamente para reunirse con su hermano. Fueron siete días inolvidables, en los que se dio el gusto, incluso, de montar en el Metro, como un parroquiano más.
Más tarde llegaron sus 102 años con los que se mantuvo estable, sin sobresaltos, hasta que siete meses antes de cumplir sus 103 años, su vida estuvo pendida de un hilo al contagiarse del covid-19, que estremeció fuertemente a ese roble hasta llegar a tenerlo al borde de la muerte.
Durante trece días estuvo recluido en un centro hospitalizado que hizo temer por su vida; su nieta Laura, tuvo que viajar urgente desde Estados Unidos, lo mismo que su hijo, Campo Elías, que lo hizo desde Panamá. Fueron momentos de mucha incertidumbre donde algunos llegamos a pensar en lo peor. Hasta que de pronto, unos días más tarde, en un abrir y cerrar de ojos, como por arte de magia, don Julio Onías se levantó como Lázaro, recuperándose de manera sorpresiva. Fue un milagro de Dios. Un par de días después, fue dado de alta y su restablecimiento duró poco tiempo.
La sorpresiva recuperación de don Julio dio de qué hablar entre los doctores y enfermeras. En los corrillos del hospital se hablaba del paciente del 709. Los que lo habían atendido decían que era todo un personaje verlo y hablar con él. Un par de enfermeras sintieron curiosidad y fueron a visitarlo. También se llegó a hablar, de hacer un diagnóstico sobre la recuperación del paciente, porque a su avanzada edad era una novedad lo de su mejoría.
Mientras tanto, en su hogar tuvo una atención de cinco estrellas por parte de sus hijas, su esposa y personal médico, esto último, gracias a la gentileza del batallón Codazzi, que todavía le sigue cubriendo su jubilación.
La enfermedad hizo mella en ese roble, pero con todo, se recuperó gratamente, se mantuvo de pie, siguió al tanto de las noticias por la radio y la televisión, caminando a pasos lentos por toda la casa, saliendo a la calle cuando sus hijos lo sacaban a pasear, y así, poco poco, volvió a ser el Julio Onías de siempre.
Hace un mes, volvió a viajar por avión a Medellín para estar en los 100 años de su hermana Luisita. Estuvo con sus esposa, cuatro de sus cinco hijos y su nieta panameña. Volvió a reunirse con sus tres hermanos y a gozarse de la celebración del centenario de su querida hermanita. Allá compartió toda su energía con su familia y hasta tuvo tiempo para cantar viejas melodías.
No se puede desconocer, que la enfermedad de hace un año y medio, desestabilizó parte de este fuerte roble, pero aún así, continúa de pie, caminando, paseando, gozando de su familia, escuchando noticias, y viviendo el día a día con mucha alegría, siempre rodeado del amor de Dios, de su esposa, hijos, nietas, nueras, yerno, familiares y sus hermanos de la iglesia.
Volver a estar con el viejo en un cuarto cumpleaños después de su centenario, es más que gratificante. Él sigue siendo el alma de la casa, a pesar de que la jefa sea su esposa Hersilia. Sus hijos nos regocijamos con este cumpleañero, que cada vez nos enseña más cosas de la vida. Lo consentimos, lo respetamos, conversamos y nos reímos todos los días con él de manera amena. Y así han transcurrido los últimos cuatro años.
Junto a su esposa Hersilia y sus hijos Clara Inés, Campo Elías, Amparo, Liliana y Juan Carlos. |
Hay que "Vivir para contarla", como reza el título de una obra del escritor colombiano, Gabriel García Márquez. Por eso su esposa, hijos y nietas, se regocijan día a día con las enseñanzas de este ilustre personaje, que a sus 104 años sigue ocupando un sitio especial en el hogar, como la autoridad que siempre ha sido.
Su vejez no ha sido impedimento para que continúe como cabeza de la familia, en ningún momento se lo ha aislado en un rincón de la casa por su condición de anciano, por el contrario, siempre se cuenta con él para cualquier decisión, programa o un paseo familiar. Don Julio, continúa siendo el Patriarca de los Estrada Agreda. Su voz, todavía tiene mando y de ella emana autoridad.
Hasta hoy han pasado ya: 37 mil 986 días de ese maratónico recorrido, en los 104 años de este campeón de la vida.
!Feliz Cumpleaños, papá!
Muchas bendiciones para mí tío Julio.
ResponderEliminarEl señor es muy grande con nosotros y estamos felices de seguir compartiendo su vida.
Un fuerte abrazo desde la distancia.🎉🎉🥳🥳🥳🎂😘😘