TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
La fortaleza de José Córdoba en defensa y una genialidad de Adalberto Carrasquilla, fueron determinantes para otro triunfo sobre Costa Rica, el sexto de manera consecutiva, en el mismo número de partidos, que hablan de la realidad actual que existe entre estos dos países.
Sin haber sido un partido espectacular, más bien tirando a regular, Panamá fue mejor en todas sus líneas frente a un rival desconocido, en comparación a esos de otrora, que metían miedo cuando eran locales, pero que hoy no solo es consecuencia de ese cambio generacional que están haciendo los ticos, sino que también tuvo que ver por el rival al que enfrentaron, que los hizo ver mal, porque fueron superiores, como han venido haciéndolo en sus últimos seis enfrentamientos.
Pero con todos los aportes que hayan hecho Mosquera, Blackman, Escobar, Murillo, Córdoba, Martínez, el Puma, Bárcenas, Fariña, y Fajardo, más los que ingresaron como reemplazos, me quedo con el Coco Carrasquilla.
Tal vez el coco no fue ese jugador determinante, que nos tenía acostumbrado a que todo lo hacía él, y eso se entiende, porque nadie puede mantener ese ritmo, pero su clase continúa estando allí. Es el jugador pensante, que se diferencia del resto, como lo decían los comentaristas sudamericanos cuando transmitieron los partidos de Panamá en la pasada Copa América: "Es el diferente", aún sin la magia de unos meses antes.
Cuando él tiene el balón en sus pies, algo diferente puede pasar. Frente a los ticos tuvo algunos chispazos de esa magia, que pareciera la guardara en esa exuberante cabellera, porque todo sale de su cabeza, y después lo materializa con sus piernas.
Hoy todavía me sigo preguntando: ¿por qué es el 8 de la selección y no es el 10? ¿Por qué se lo sacrifica como un volante de marca, mixto, para que dé golpes, cuando lo que nos regala es la magia de un 10? ¿Por qué combinarle a su magia, la ternura con la dureza? No me lo explico.
Tal vez se pasó de revoluciones en el primer tiempo cuando fue amonestado, como pasó en la Copa América, lo que provocó que por muchas cabezas aparecieran esos pensamientos nefastos de su cambio, especulando que los ticos lo iban a provocar en el segundo tiempo. Pero, por fortuna, Christiansen, que conoce ese diamante en bruto que tiene en su plantel, le bajó las revoluciones en el entretiempo, para que jugara con cabeza más fría.
En el segundo tiempo nos mostró un par de chispazos de su magia, y en una jugada nuestra fue por un balón, en que encaró a varios rivales, metiéndose al área chica con ese tumbao que tienen los delanteros, hasta que Juan Pablo Vargas le cometió falta para el penal y el gol de Fajardo.
Menos más que Christiansen no es periodista ni es un aficionado, porque haber sacrificado al coco por esa amarilla, pensando en una supuesta provocación de sus rivales, le hubiera cortado los pies al equipo.
No fue un partido brillante para el coco, como de esos que le hemos visto, pero sus chispazos, su magia, y su clase, que hicieron que fuera galardonado como el mejor de CONCACAF, siguen allí metidos en ese cuerpo. Con un solo chispazo de su brillantez se puede decidir un partido, como pasó este jueves 14 de noviembre en el estadio Nacional de San José.
Al minuto 76 el entrenador lo reemplazó. Ya el coco había hecho su trabajo. Había que reservarlo para el siguiente partido del lunes donde se juega el pase a las semifinales de la Nations League.
Ese es el coco Carrasquilla.
"Con una recepción de calidad, un regate exquisito, una habilidad innata,... al ataque, vengan los defensores y la imaginación fue estos son conos de entrenamiento, por aquí voy..... #ElTalentoCuesta
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