jueves, 11 de julio de 2024

UNA COLOMBIA A LA URUGUAYA

TIRO A GOL 







Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

La selección de Colombia le ganó a Uruguay con las mismas armas como se conoce al fútbol uruguayo: garra, fuerza, coraje y mucha testosterona.

Un gol de Jefferson Lerma, a los 39 minutos, fue suficiente para derrotar en Charlotte al fuerte seleccionado uruguayo, que solo había recibido un gol en sus primeros cuatro partidos (se lo anotó Panamá). Frente a Colombia no supieron aprovechar el jugador de más en el segundo tiempo, por la expulsión de Daniel Muñoz al finalizar los primeros 45 minutos.

Desde allí ya se sabía que los colombianos iban a sufrir en la etapa complementaria, porque jugarle a un grande con uno menos, era un dolor de cabeza, que se acrecentó con la lesión Richard Ríos a los 15 minutos del segundo tiempo. Néstor Lorenzo tuvo que replantear el partido.

Todo esto le cambiaría el look al compromiso. De lo estético pasó a la dureza, con un equipo atacando y el otro defendiendo, en cuarenta minutos finales de mucho dramatismo para uno y otro.

En el exterior, muchas veces se ha criticado al seleccionado colombiano en partidos trascendentales de torneos importantes, como la Copa América, calificándolos de pechos fríos. Frente a Uruguay la selección cafetera cambió el chip, le jugaron con lo que siempre le ha sobrado a la celeste: huevos.

El técnico uruguayo, Marcelo Bielsa, señaló en rueda de prensa, que la expulsión de Muñoz había perjudicado indirectamente a su equipo, porque había cambiado el patrón de una Colombia, que prácticamente se defendió en el segundo tiempo. Puso muchos jugadores adelante de la portería de Camilo Vargas, lo que complicó a sus dirigidos hasta llevarlos a la desesperación en sus intentos por empatar el partido.




Colombia se había destacado en la Copa América como uno de los mejores del torneo, con un James rejuvenecido y unos jugadores que se complementaron con el goleador del Mundial del 2014. En sus primeros cuatro partidos habían desplegado un juego bonito, pero en su quinto juego, frente a otro de los mejores del torneo, en un partido de semifinales diferente, motivado por las circunstancias del juego, los jugadores tuvieron que mostrar de qué estaban hechos.

Así como se habían lucido con un buen fútbol, este miércoles se tuvo que echar mano de jugar a la defensiva, para sostener una ventaja mínima. Lo hicieron con mucha testosterona y carácter, aguantando hasta terminar el partido, mientras se sufría con ese balonazo de Luis Suarez que se estrellaba en un vertical, o de las dos oportunidades clarísimas de gol que se malograron al final con Mateus Uribe, que nos hicieron levantarnos de la silla y saltar de angustia, sin poderlo creer.

Después de escuchar el pitazo final del partido, luego de esos siete largos e interminables minutos de reposición, los colombianos nos reunimos en un fuerte abrazo, celebrando como nunca. Se lloró viendo llorar a James cuando se lo entrevistaba. Un hermoso sentimiento de patria que solo se consigue con este maravilloso deporte.

Fue un partido con un final no apto para cardiacos. Hacía rato que no sufría de esta manera, y más ahora en mi barrio que me vio crecer. Literalmente, vi el desenlace del partido con el corazón en la mano. Afortunadamente mi corazón resistió como el 1-0 de la  selección con el que se ganó el partido y se consiguió el pase a la final. ¡¡Uf!!

Frente a Argentina será otra historia. 





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