miércoles, 29 de mayo de 2024

22 AÑOS DESPUÉS

TIRO A GOL


Alejandro Dawson sale a festejar tras anotar el último penal ante Tauro, en última final entre Plaza y Tauro, en el 2002, en La Pedregaleña.FOTO/La Prensa





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

El festejo del placino Alejando Dawson (foto superior) es el cuadro que quedó en la memoria de la última vez en que Plaza Amador y Tauro se enfrentaron en una final del fútbol panameño, de eso hace 22 años.

Sucedió el 24 de noviembre del 2002 en La Pedregaleña, en el partido de vuelta de la final del torneo Clausura. Tauro ganó 1-0 con un golazo de Ricardo Phillips, empatando la serie en el global, pues Plaza se había impuesto unos días antes en la ida 2-1, en el estadio de Balboa. El partido se fue a tiempos extras y después se decidió desde los penales.

En el desenlace final Plaza Amador tuvo más tino y se impuso 4-1 con anotaciones de Víctor Suárez, José Rodríguez, Javier Castro y Alejandro Dawson, para conseguir el cuarto título en la liga panameña.

El portero del Plaza, el argentino Rodrigo Cavallero, de gran actuación en el partido, detuvo un penal a Ricardo Phillips.

El argentino Sergio Giovagnolli fue el técnico ganador, mientras que el colombiano Gonzalo Soto fue el entrenador perdedor.

22 AÑOS MÁS TARDE

Este sábado 1 de junio Plaza Amador y Tauro se volverán a enfrentar en su tercera final, para decidir al ganador del torneo Apertura del 2024.

El escenario será el remodelado estadio Rommel Fernández donde se enfrentaron en la primera final,  el 20 de enero del 2000 en el desenlace de la XII temporada de ANAPROF. Allí Tauro se impuso por 2-0 con un doblete de René Mendieta, para el quinto título de los Toros de Pedregal. Alfredo Poyatos fue el técnico ganador y el Halcón Ricardo Buitrago el perdedor.





LOS PRIMEROS CAMPEONES

Mario Méndez y Felipe Baloy tenían 11 y 8 años, respectivamente, cuando Plaza Amador y Tauro se coronaron, en ese orden, como los dos primeros campeones de la liga no-aficionada de la ANAPROF. Los entrenadores fueron el colombiano Carlos Collazo, en 1988, y el uruguayo Miguel Mansilla, un año después.

Treinta y seis años más tarde, el cholito Méndez, con 47 años, y el pipe Baloy, con 43, esperan convertirse en el entrenador número 31 que ingrese a la vitrina de los técnicos que se han coronado en la Liga Panameña de Fútbol (LPF).

Baloy llega a la final de este sábado con el amargo recuerdo de haber sido humillado en su primera final del torneo pasado cuando cayó goleado por el CAI, pero con la esperanza de que ese partido le servirá de experiencia para tomar su desquite ante su rival de patio y sumarse así a los nueve entrenadores que le han dado las 16 estrellas al equipo de Pedregal. 

Por su parte, Méndez  llega a su primera final con el grato recuerdo de haber ganado por la mínima diferencia su primer clásico ante Tauro, aunque unas semanas después resultó humillado por goleada en el segundo enfrentamiento. Sin embargo, el chiricano espera estrenarse con un título y entrar a la página gloriosa de los seis entrenadores que le han dado los siete títulos al llamado Equipo del Pueblo.




UN CLÁSICO DE SIEMPRE

Con el pasar de los años, este duelo se sigue considerando como el clásico del fútbol panameño. En un comienzo, pertenecer a cualquiera de estos dos equipos era un privilegio: Plaza Amador era la fuerza y el Tauro la estética.

Los jugadores placinos tenían que tener temperamento para unirse a sus filas. Meter miedo con el solo nombre y, literalmente, rugir por dentro para hacerle honor al apodo de los leones. Tuvo algunos jugadores insignias que se caracterizaron por la dureza. Se transformaban en la cancha. En ella se hacían duros, fuertes y temperamentales, como por ejemplo, el Yoyo Méndez y Cristóbal Godoy, por nombrar solo a esas dos glorias del equipo.

Por el lado del Tauro, era otra filosofía de juego. Había que tener clase y hacer magia con el balón para pertenecer a los Toros de Pedregal. El talento estaba por encima de la dureza. Sus jugadores eran finos en el juego, pero también hubo unidades temperamentales, como Alfredo Poyatos, en la defensa, y Juan Carlos Cubilla, en el medio, por citar a estas dos figuras.

Pero prevaleció el talento, por encima de la dureza. Por ejemplo, cómo no recordar al eterno número 10, Rubén Tátara Guevara, al Pito Rodríguez, o al mismo cholito Méndez, hoy entrenador del Plaza, con sus desbordes por el lateral derecho.

Con el pasar de los años, Tauro se fue consolidando como uno de los mejores y sus números lo certificaban: 16 títulos, cinco de ellos de la mano del uruguayo Miguel Mansilla, para convertirse en el club más laureado del fútbol panameño. Tuvo algunas sequías de un par de años, pero no tanto como le ha pasado a su rival de patio.




Plaza Amador, con siete títulos, ha tenido que aguantar muchos sinsabores para volver a sonreír con un título. En los primeros cinco años de ANAPROF había conseguido tres campeonatos con el colombiano Collazo (2) y el salvadoreño Milton Palacios. 

Nueve años después, Plaza alcanzó su cuarto título frente al Tauro, con el argentino Sergio Giovagnolli, en la última final en que se enfrentaron estos dos equipos en el torneo Clausura del 2002.

Tres años más tarde obtuvo su quinto con uno de la casa, el Halcón Ricardo Buitrago, pero desde allí tuvo que esperar 11 años para apuntarse su sexto campeonato con el colombiano Jair Palacios, y cinco más para alzarse con el séptimo y último titulo en el 2021, con el colonense Jorge Dely Valdés. 

LOS TIMPOS HAN CAMBIADO

Hoy el presente es otra historia. En parte, por los cambios en las reglas de juego de la Liga Panameña de Fútbol. Una de las innovaciones más importantes se ha dado con las oportunidades que se le están brindando a jóvenes futbolistas, algunos salidos de sus canteras. En ese aspecto han sido fundamentales Felipe Baloy y Mario Méndez, que han tenido la sapiencia para darle confianza a la nueva camada de jugadores.

Los dos entrenadores, en el pasado grandes ex seleccionados, que a mi parecer están en el top five de los mejores defensas nacionales de todos los tiempos, cada uno en su posición, han conseguido llevar contra viento y madera a sus equipos a otra final más.

FIN DE UN REINADO

Por primera vez, después de los últimos tres torneos en los que mandó el CAI, en los tres líder absoluto de la clasificación general (Clausura 2022, Apertura 2023 y Clausura 2023), la historia cambió en este Apertura 2024 cuando se rompió el molde. Los dos semifinalistas que ganaron la ronda regular, Potros y San Francisco, fueron eliminados por los dos históricos del fútbol panameño, que venían de pasar los playoffs.

Plaza y Tauro pasaron algunos problemas durante las 16 fechas de la ronda regular, pero al final consiguieron clasificar a los playoffs. Los dos cuentan con jugadores jóvenes, con mucha ambición, sus números son casi que parejos, por lo menos sumaron los mismos 21 goles en la ronda regular.

A pesar de sus pro y sus contras, los dos tienen lo suyo para llevarse el título. Por lo menos dividieron en sus dos enfrentamientos del torneo. Ahora prevalecerá, como alguna vez llegó a suceder en el pasado, que los leones placinos tengan el temperamento que mostraron sus antecesores, y que los toros del Tauro saquen a relucir esa clase que hizo grandes a los primeros jugadores. 

Pero eso ya es historia. Hoy la realidad presenta a dos equipos con una generación de jugadores totalmente diferentes a los de antaño. 

Ya la mesa está servida. Una vez terminado el reinado el CAI, la LPF tendrá a otro campeón y coronará a un nuevo entrenador, en el renovado estadio Rommel Fernández. 

Un clásico de final, después de 22 años.
  



  
 



 




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