lunes, 1 de abril de 2024

RECITAL DE APODOS PANAMEÑOS

 FÚTBOL NACIONAL





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

En el fútbol panameño, como pasa en el todas partes, tanto en el pasado como en el presente, los apodos o sobrenombres son parte de la jerga de este deporte, con el que por siempre se recordará a un futbolista, por encima de su nombre de pila.

Si por apodos se valorara el potencial de un equipo, hay algunos sobrenombres que meterían miedo.

Por ejemplo, juntar en un equipo panameño a un Matador, con un Pistolero, un Bombardero, un Panzer, un Mortero, un Rambo, un Mezinger y un Tanque, tendríamos un combinado con mucho olor a pólvora.

Como en cualquier país futbolizado, Panamá tuvo a su Matador Luis Tejada, el goleador histórico, como lo tuvieron en Argentina con Mario Alberto Kempes y en Chile, con Marcelo Salas; se contó también con un Bombardero de nombre Roberto Brown, como en Colombia se tuvo a Iván René Valenciano; se contó con un Pistolero de nombre José Garcés, como los uruguayos tienen al suyo con Luis Suárez; también se tuvo a un Animal, Renán Addles, como Brasil a Edmundo, y desde La Chorrera apareció el Mortero Oberto Lynch, como en Chile lo fue Jorge Aravena.


Chepe Ardines y el Bombo Medina

 

El primer Matador que se recuerda en el fútbol panameño fue el Chepe José Ardines, goleador histórico de la Liga Panameña de Fútbol (197 tantos), antes que apareciera el Diente de Oro, como llamaron a Tejada en el Perú. Años más tarde, el goleador del Toluca, el Juan Aurich, América de Cali, Millonarios, Universitario, Sport Boys y otros clubes, se
 dio a conocer internacionalmente y se despidió de este mundo como el  auténtico Matador del balompié de Panamá. 

Además, se tuvo como propio a un Panzer, con el recordado Rommel Fernández, un mote con el que se conoce al fútbol alemán y a algunos de sus jugadores, aunque para no ir tan lejos, por la liga panameña se agitó un Tanque de nombre Edgar Samaniego, conocido también como el chitreano.

Panamá llegó a tener a dos Pelé. En el Argentino Juniors de la tierra de Lionel Messi, le llamaron el Pelé Dely a Armando, el hermano mayor de los Dely Valdés, quien se coronó campeón con el club en una Copa Libertadores. También a Luis Ernesto Cascarita Tapia, que en algún momento lo llegaron a calificar como el Pelé de Centroamérica, en la época gloriosa del Alianza, con el que consiguió un tricampeonato en el fútbol de El Salvador.

Cascarita Tapia



Como en Colombia, que tuvo al Pibe Carlos Valderrama, Panamá tuvo el suyo con el colonense José González. Igual, que pasó en Uruguay, con el Príncipe Enzo Francescoli, en nuestro país se tiene a Ismael Díaz.

El sobrenombre más famoso de un estadio de fútbol en Panamá recae en el Muquita Sánchez, con el que se bautizó al estadio de La Chorrera para honrar el nombre de Agustín Eloy Sánchez.

También, el coliseo contiguo al Rommel Fernández, se bautizó con el nombre de Cascarita Tapia, en honor a la gloria viviente del fútbol nacional, sin dejar de mencionar el estadio Candela Bernardo Gil, en honor a ese dirigente de San Miguelito, un recinto que también es conocido como el 28 de Diciembre.

Muquita Sánchez



En Santiago de Veraguas, se le bautizó como el Toco Castillo a un estadio que hoy no terminan de remodelar, en honor de un gran dirigente de fútbol de esa provincia, Aristocles Castillo, quien desde joven practicó este deporte como amateur y ya de adulto, por muchos años, fue el presidente de la liga provincial.

En los estadios Rommel Fernández y Armando Dely Valdés, también se honró con sus nombres a dos glorias del fútbol panameño.

Hay una variedad de apodos del pasado y el presente en el fútbol panameño, que repasaré algunos en este Tiro a Gol.

Si vamos a sobrenombres de aves, tenemos al Gavilán Gabriel Gómez, el jugador con más partidos en la selección nacional, el Halcón Ricardo Buitrago, gloria del pasado y su hijo, el Halconcito, quien lleva el mismo nombre, ya casi que en el final de su carrera.

El Ratón panameño más famoso que existe en el fútbol nuestro es Blas Pérez, uno de los dos goleadores históricos de la selección. Su mote se lo ganó por su buena actuación con el Cúcuta Deportivo en la Copa Libertadores de América, que fue puesto por un periodista de la cadena FOX.

El toro Blackburn



En otros motes de animales, tenemos a los Toros Rolando Blackurn y el portero Edilberto Aguirre, además del Gato José Justavino, al Matagatos Luis Rentería, el Grillo Simeón Escobar y el Conejo Abab Abrego. En el caso de Anthony Torres, al que se llama Chalate, se lo conoció también como el Caballo de Hierro. 

Otros motes son el de la Jirafa Luis Parra, el Lagarto Eric Hughes, el Topo Wilfredo Mojica, la Pantera José Fajardo, actual delantero del equipo de Thomas Christiansen.

También existió un apodo para el amor con Cupido Rogelio Cáceres, un futbolista kuna que tenía pulmones de buceador, según me dijeron.

Aníbal Godoy, el hijo del samuray



El Plaza Amador tuvo a un Samuray en sus filas, el defensa central Cristóbal Godoy, un defensor rudo, ahora su hijo, Aníbal, es el capitán de la selección y legionario en la MLS, juega en la posición de volante de marca. Al capi se le conoce como el Hijo del Samuray. La garra y la fuerza es el común entre padre e hijo.

Por ese mismo orden, la selección tuvo a su propio Mazinger, Román Torres, autor del gol más importante que ha tenido el fútbol panameño, que nos clasificó a la primera Copa del Mundo en Rusia.

En Uruguay se recuerda al Negro Obdulio Varela, baluarte de la garra charrúa de los años 50. Panamá tuvo por esa época también al Negro Carlos Martínez, quien le marcó un gol a los uruguayos, dos años después del "Maracanazo", en un Panamericano de fútbol en Chile, en 1952.

Selección nacional de 1976



El Negro Martínez, además, formó parte de la primera plantilla del  club Independiente Santa Fe de Colombia, que fue el primer campeón del fútbol colombiano en 1948. 

Por ese orden de colores de piel, Panamá tuvo al Morocho Franklin Delgado, y al Morado Alberto Quintero, padre del Negrito Alberto Quintero. El padre fue ampliamente superado por su hijo. También se recuerda al portero, la Sombra Diógenes Cáceres. 

También hubo sobrenombres del norte del continente, como el del Gringo Omar Carles; de pasatiempos, como el del Pescador Luis Valdés; de lugares, como el del Chepano Javier Henríquez; de contextura, como el del portero El Flaco Ernesto Batista; de brasileños, como el de Marinho Luis Aponte.

Campeón Ruiz



Por su parte, en la selección nacional que estuvo en la primera eliminatoria de 1976, que este 4 de abril cumple 48 años de su primer partido, tuvo en sus filas al Robot Elías Morales, al Chichi Normando Navarro; al único futbolista que tiene apodo de mes, Mayo Manlio Bernal; el Curvo Luis Ortega; la Momia Héctor Ávila, el más adulto del equipo; a Villin Virgilio Vásquez, el goleador Fredy Federico Ponce, Cascarita Tapia, Muquita Sánchez, el Grillo Simeón Escobar y el Toro Edilberto Aguirre, entre otros.

El fútbol panameño ha contado con el único presidente de federación, que fue selección de Panamá y que tiene un apodo muy particular, Birria Fernando Samaniego. (Birria es cuando se juntan varios a jugar fútbol en cualquier parte como diversión).

Igual, se ha tenido a dos Manotas de porteros: Luis Mejía, el cancerbero del Nacional de Uruguay, y el chorrerano Mateo Ureña, que fue el primero con ese mote.

Hablando de porteros, el primero en salir al exterior fue Empanada Pedro Arosemena en los años 40, y otro, que ha sido uno de los más importantes pero que no tuvo un apodo de pila, se le llegó a decir San Jaime Penedo, cuando fue el gran protagonista con el subcampeonato de la Copa Oro del 2005.

Los halcones Buitrago



Hubo jugadores importantes que tampoco tuvieron un mote particular, Robertito fue uno de esos, para referirse con cariño a Roberto Corbin, el primer panameño nacido en este territorio que jugó en el fútbol europeo.

También se puede decir algo parecido del Cholo Manuel Torres, que ha sido el panameño que ha militado con mayor edad en una selección nacional y en la liga domestica, y uno de los que ha alcanzado más títulos en su carrera deportiva.

Hubo otros Cholos como el profesor Rubén Cárdenas, que tuvo ese apodo en su época de futbolista. También se recuerda a los Cholos Bernardo Rivas, Luis Bethancourt, José Villar y Rodrigo Ortiz, entre otros.

 Hoy, igual, contamos con el veterano delantero Gabygol, que los narradores llaman de esa manera para referirse al delantero Gabriel Torres. Cuando tuvo 17 años y jugaba con La Equidad de Colombia, los medios colombianos se entusiasmaron con el panameño por una seguidilla de cinco goles en sus primeros cinco partidos, uno por juego, que de salida le valió como sobrenombre: El niño de Oro.

Asimismo, en la vieja guardia hubo cuatro futbolistas de una misma familia que liderizó don José Felix de Bello Carranza, un gran centro delantero de la época, que tuvo tres hijos futbolistas casi que con el mismo nombre. Al jerarca se lo conoció como Nazi, y a sus hijos:  Coco José Felix de Bello Aguilar, Cuquito, José Ángel De Bello Aguilar, y Choli José Felix de Bello. 

También tuvieron un futbolista de la familia con el mote Calofa Carlos Humberto Ramos de Bello, quien ya adulto llegó a jugar en la Liga de Futsal Solo Periodistas.

En los años 50, hubo un delantero mortífero con un apodo singular, Piepa Santiago Anderson. Por esos mismos años, hubo un portero en el fútbol colombiano, el seleccionado Dandum Gerardo Warren.

Yuyo Muñoz



También han habido bastantes Siervos del Señor, entre ellos, Adolfo Machado y David Daniels.

Hubo dos Chinos famosos, el volante Eric Ortega y Leopoldo Lee, además de alguien parecido, el Shangai Armando Velardo.

Entre otros famosos de los apodos están el Tátara Rubén Guevara, el Coreca Luis Abrego, la Bruja Oscar McFarlane; el Faraón del Gol, Radamés Ávila; el Poeta de la Zurda, Neftalí Díaz; el Rambo Jorge Méndez y el Satu Alberto Blanco.

Otro de esos sobrenombres largos lo tuvo Miguel Tello, a quien se lo conoció como la Alegría del Pueblo, quien fue el primer jugador más valioso y el primer goleador de la ANAPROF, en 1988.

Hubo un caso raro, dos goleadores históricos que no tuvieron apodo de artilleros ni nada por el estilo, me refiero al Bombo César Medina, el segundo goleador histórico de la Liga Panameña de Fútbol (178 goles), y al Yuyo Nicolás Muñoz, el máximo artillero de Centroamérica (301 goles).

También se tiene a un makelele, con Alexander González, al Kuty Orlando Mosquera; el Pipe Felipe Baloy, autor del único gol en una Copa del Mundo que lo consiguió siendo capitán del equipo, el Pito Ángel Luis Rodríguez, la Bomba Alejando Vélez, al Tavo Eric Martínez, el Dandán Alejandro Dawson, y entre algunos de la vieja guardia, cómo no recordar a Traguito Antonio Aguilar.

Mendieta, chino Ortega y Armando Dely



Panamá tuvo a su propio Harry Potter con Ángel Lombardo, al Perco Armando Cooper, al Patón Ricardo Phillips, al Puchito Julio Medina III, al Buco Carlos Maldonado, autor del primer gol en ANAPROF, al Talentoso Rolando Escobar, y el Chichón Fernando Flores, uno de los eternos capitanes de la selección.

Se tuvo a un Turco con Abdul Chiari, al Chu Jesús González, al Russo Nelson Barahona, al Cholito Mario Méndez, al Boni Gilberto Aguilar; al Campeón Enrique Manuel Ruiz, segundo panameño en hacer parte del fútbol de Costa Rica, en los tiempos en que también jugaba como portero su compatriota Roberto Tyrrel, en la Liga Deportiva Alajuelense.


APODOS DEL AYER





Algunos apodos del ayer aportados por Cuquito De Bello, que comparto en este escrito.

El Conejo Miguel Davis padre (1938) y su hijo Junier, con el mismo apodo que jugó en El Salvador en 1965; El Marullero Anthoine Neville (1938-1946); el Gallo Alfredo Tapia (1938), quien además fue atleta y beisbolista, Payito Ricardo Castro (1938-1945), la Bala Negra Alfredo, medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, en 1946, Panga Gabriel Figueroa, jugador de los años  40 y 50.

Otros fueron a Babú Luis Valdés, selección 1946, 1951, 1952; Polo Apolonio Lombardo, estuvo en el Panamericano de Chile 1952; Tello Eleuterio Arosemena 1945 y su hijo Tellito, capitán de la selección en 1975; Macaludo Carlos Torres, Chile 1952; los hermanos Yayo Everardo y el Venao Guillermo Vega, ambos centrales; Minay Carlos Valderrama, goleador en 1961; Hojaldra César Rojas; Coya Coya Conrado Córdoba.

También se menciona a Paisy Jorge Narváez, alero izquierdo y autor de un gol olímpico en Cuba en 1959, la Bala Carl Jenau, volante ofensivo en 1960.

El negro Martínez


Cuquito De Bello reporta otros jugadores entre las décadas de los años 40 y 70.

Chicho Carlos Pérez, defensa espigado que jugó en Nicaragua y allá falleció; Fidel Castro Luis Ponce, uno de los jugadores que más años estuvo en la selección entre 1953 a 1965,  su hijo Calín Carlos Ponce, también selección; Adolfo Hitler Adolfo Díaz, su sobrino el Malvado Carlos Carlos Gaez; el Cohete Carlos Carlos Lemus, selección de mediados de los 50 y abuelo materno de Aníbal Godoy, el actual capitán de la selección nacional; Tito Mundial José García, Zaino José García, el portero Pipiolo Ismael Hernández, Maño Mario Paredes, Chow Mein Manuel Carmona, Cachumba Luis Tejada Ruiz, Ñato Zwing Manuel Vidal, alguna vez entrenador de Panamá.

Otros, Jorge Pinki Cowers, el Zurdo Pablo Emilio Zúñiga, el Grillo Rogelio Rodríguez, goleador en la segunda división de Ecuador en 1965; Tin Valentín Pimentel, goleador nato en San Francisco y abuelo paterno de Valentín Pimentel, ex seleccionado nacional y jugador del Sporting San Miguelito. 
 
También aparecen en la lista de los de ayer, Cerveza Luis Bazan, Champala Juan Cirilo Sánchez, la Guabina Alberto González, famoso pintor panameño, Chichihua Humberto Zambrano, Panda Nemesio Zambrano, Mandito Daniel Saldaña, entre otros.


Al recordado portero panameño Roberto Evans Tyrrel, se lo conocía con el sobrenombre de La Araña, en su glorioso paso por la Liga Deportiva Alajuelense, de Costa Rica, donde fue una de sus figuras y en el que dejó una huella imborrable.

Dos grandes chorreranos, el Pantro Agustín Castillo y la Gambeta Patricio Guevara, el Tambor Jaime Carter, Potito Velásquez, Bololo Javier Castro, Ninin Agustín Salinas y el Ñelo Daniel Montilla.


FAMILIA CÁRDENAS

Técnico del Alianza


Detrás del nuevo entrenador del Alianza, Edu Eduameth Nimbley, estuvo la Ardilla Eduardo Nimbley, su progenitor, que fue 11 años selección nacional. Don Eduardo es hijo de Tomás Nimbley, este último hijo de inmigrantes jamaiquinos, que vinieron para  la construcción del canal, y que además de jugar fútbol con el equipo de sus compatriotas fue atleta, señaló el  profesor Rubén Cárdenas.

Eduameth es familia de los Cárdenas, sobrino del profesor Rubén, una de las familias más futboleras de Panamá que respiran fútbol por los poros.

Cuenta el profesor Cárdenas, que hubo otra Ardilla que jugó toda su vida en el Alianza, se trató de Alberto Bethancurt.

Hubo un seleccionado nacional que se lo conoció por sus siglas de su nombre, que comenzaban por J, se trató del recordado J.J., cuando se mencionaba esas dos letras se sabía que se hacia referencia de Juan Jesús Julio, conocido hasta hoy como J.J. Julio, capitán del desaparecido Panamá Viejo.

Foncho Alfonso Méndez, ex seleccionado de la  vieja guardia, también es un caso particular, fue el patriarca de tres generaciones de futbolistas que fueron selección nacional: su hijo, Rambo Jorge Méndez, su nieto y bisnieto. 

También hubo varios Ñatos, siendo dos de los más conocidos, Rolando Palma y José Alba.

Hubo un portero con apodo de Hacha, se trató de Jorge González.

Un caso raro se dio con René Mendieta, el futbolista que más eliminatorias jugó con Panamá y que fue uno de los primeros legionarios en México junto a Ignacio Torres. Nunca le conocimos un apodo de pila. Al final, se le quiso llamar la Reliquia.

Otro de la generación de Mendieta fue Percival Piggott, que tuvo el mismo nombre de su padre, que igual fue futbolista, aunque no se le conocieron apodos. Sin embargo, en su paso por La Chorrera, a Percival lo llegaron a llamar Bugy. Solo sus excompañeros se recuerdan.

Hubo otros jugadores como Campa Roberto Butcher, el Dinamita Roberto Hansell, el Bronco José Berrio, el Toto Frank Lozada, el Chavelín Alejandro Davis y el Coco Adalberto Carrasquilla, uno de los últimos "cracks" en la selección nacional.



 
De todos estos sobrenombres, he dejado de último a uno que habla por sí mismo, que se lo ganó con goles, y que todos esos tantos lo describieron para el mundo, como goleador de raza, para mi, el mejor futbolista panameño de todos los tiempos. 

Este delantero jugó como titular en los cuatro clubes europeos en que militó, siendo su goleador en cada uno de ellos, en tres ligas importantes del Viejo Mundo: la italiana, la francesa y la española, además de haberlo hecho, al principio, en ligas de dos países de Sudamérica: Argentina y Uruguay.

Su apodo es sinónimo de gol, con siete letras muy propias de su país. En el mundo futbolístico quedó enchapado como: el Panagol, Julio César Dely Valdés.


(Al autor de la nota, le dicen Campinho)


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