TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
En los años 90, un candidato a la presidencia de la Federación Panameña de Fútbol, ocasionó un alboroto en la opinión pública y en los medios de comunicación, cuando se le ocurrió decir, que él quería mover a Panamá a la CONMEBOL, para desarrollar más el fútbol nacional, porque en la CONCACAF, excepto de México y Estados Unidos, no era tan competitiva como la confederación del sur. Un exabrupto para la época.
Por ese entonces, el fútbol panameño daba pena y mucha lastima, a pesar de tener a varios legionarios por Centroamérica y en México, y a Rommel Fernández con Julio Dely Valdés rompiéndola en Europa.
Después me enteré por el mismo colega Edmundo Vargas (que el próximo año cumple 90 años), que él se lo había insinuado al candidato Marco Ameglio, que aspiraba a la presidencia de la federación, en una charla informal de café. Sin embargo, el entonces diputado no entendió el mensaje, lo mal interpretó, y lo dijo en un medio con mucha autoridad, como una aspiración hipotética para el futuro, en caso de llegar a la presidencia del fútbol.
De eso ya han pasado como 30 años. Y quién lo fuera a pensar hoy. Ahora, Panamá aspira a jugar por segunda vez la Copa América de la CONMEBOL, sin pertenecer todavía a ella, como se lo insinuó alguna vez Edmundo Vargas a Marco Ameglio.
Si retrocediéramos en el tiempo, en los años en que Ameglio alborotó el avispero, era impensable y hasta una locura sugerir en pertenecer a la CONMEBOL. De eso podrán dar fe los que vivieron esa época y que nos tocó ver cuando todo el ganado del fútbol nacional lo conformaban vacas flacas. Entonces, el fútbol panameño era indigente.
Por eso hoy nos admiramos con ver todo lo que ha progresado el fútbol en el tema de selecciones nacionales, sobre todo con el equipo mayor. Lo que se acaba de hacer ante Costa Rica fue sencillamente espectacular.
El jueves veía a un joven colega en un programa de televisión hablando maravillas de Amir Murillo, por el gol que consiguió con el Olympique, el segundo jugador panameño que marcaba un tanto en Francia después de que lo hiciera Julio Dely Valdés, 28 años antes.
Se imaginan, que en esta época de las redes, de la tecnología y del nuevo periodismo futbolero sensacionalista, tuviéramos a un Rommel Fernández con un Julio Dely rompiéndola en Europa. Todos estos jóvenes periodistas se hubieran enloquecido.
Lamentablemente, el impacto de Rommel y Julio en los años 90 no se puede comparar a lo que se vive hoy con la nueva tecnología. Los periodistas de esa época nos maravillábamos, pero no había cabida para las emociones desenfrenadas, ni para los señalamientos estúpidos, aún teniendo para vanagloriarnos con estos dos monstruos panameños que hicieron de las suyas en Europa.
Hoy, con todo lo que dice y hace el nuevo periodismo, es poco lo que se tiene individualmente en el viejo mundo, comparándolo con lo que fueron el Panzer y el Panagol. No obstante, como grupo, el fútbol ha crecido a nivel de selecciones, todos damos fe de ello, somos el número uno del área centroamericana y en esa parte el nuevo periodismo ha hecho su trabajo con sus arengas desenfrenadas que incomodan a sus colegas del área.
Los de mi generación, que hemos visto la metamorfosis del fútbol nacional, ni qué decir de los que tiene más de 70 años, nos regocijamos como todos, por el momento mágico que vive el fútbol panameño. Antes, impensable e inimaginable.
En el 2024 nos vamos a codear por segunda vez en una Copa América, que con el respeto que se merece la Copa Oro, es mil veces más importante que el torneo de selecciones de la CONCACAF, que se conoce solo en nuestra área. Hoy Panamá no va como invitada, sino como clasificada después de humillar con sendas goleadas a los ticos en sus dos partidos de clasificación. Hasta hace 30 años, también impensable.
Sí, Edmundo y Ameglio, tal vez sus insinuaciones y razones de querer emigrar para la CONMEBOL fueron un exabrupto para la época, pero hoy estamos allá, en el torneo de selecciones más antiguo e importante del continente americano, y uno de los más grandes del mundo futbolístico. Una vitrina del fútbol mundial, en que desde afuera muchos estarán pendiente de lo que hagan los participantes de la CONCACAF.
Será uno de los retos que tendrá el fútbol nacional para el año 2024. Un vitrinazo monumental y un baño de fútbol para el seleccionado panameño.
¿Quién se lo iba a imaginar, hace más de 30 años? Estar jugando por segunda vez en una Copa América.
Campoelías, Edmundo y Marco fueron visionarios, pero se explicaron precariamente, los colegas actuales, arrollados por la inmediatez, no hacen las pausas que uno hacía hace tres décadas atrás obligado por las limitaciones reales que enfrentábamos, pero están obligados a documentarse para no cometer los yerros habituales, y estoy seguro que Panamá se va a lucir como los grandes en la Copa América 2024, aunque no pase de la fase de grupos, será el equipo espectáculo y con garra a vencer.
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