viernes, 3 de noviembre de 2023

EL PECADO DEL CAI PANAMÁ

TIRO A GOL 


Real Estelí, el Tren del Norte




Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

Lo que hizo este jueves Real Estelí de Nicaragua frente al CAI Panamá, en la Copa Centroamericana de CONCACAF, es una muestra de que sus batacazos de las primeras fases no fueron producto de la suerte.

Allí pecó el CAI, o hablemos con nombre propio, su entrenador Franklin Narváez. Prácticamente esta serie semifinal le quedó grande al entrenador chorrerano, sobre todo en el partido de vuelta, en el que su equipo lo tenía todo en bandeja, por su localía, para llegar a la final de un torneo regional en su corta historia deportiva.

Pero más allá de los errores del equipo chorrerano, sobre todo con las oportunidades de gol que se malograron en los dos partidos de esta serie, también hay que reconocer la categoría del rival, que tiene lo suyo, por eso su clasificación a la final no admite dudas.

Nicaragua está creciendo en el fútbol como lo viene haciendo Panamá. Recuerdo que antes los panameños eran los nicaragüenses del área, hoy nos hemos ganado un nombre, pero algunos países vienen en un crecimiento, por eso no se puede ganar solo de nombre, en eso el Tren del Norte, como le llaman al equipo nica, dio una lección de que las distancias se están acortando.

Me parece que lo que le acaba de pasar al CAI fue en parte por un "exceso de confianza", lo que me trajo a la memoria unos apuntes de Alex Ferguson, el flamante ex entrenador del Manchester United, en el libro Liderazgo.

Ferguson escribió sobre el exceso de confianza o la autocomplacencia, como así él lo llama. "Es como una enfermedad, sobre todo para las personas y organizaciones que han tenido éxito. Se va colando en una organización que ha cosechado varios triunfos seguidos".

Por eso, el entrenador escocés es de la idea que por muy bien que te haya ido en un partido, no se ha de tocar una copa hasta antes que se haya ganado.

Reitera Ferguson, que desde el momento en que el exceso de confianza "se instala, las cosas comienzan a ir mal y casi siempre conducen a la perdición".

El Real Estelí venía de ganarle en el torneo al Xelajú (1-0), Olimpia (1-0), perdió de visita con el FAS (2-0) y CAI Panamá (2-1). 

Tanto en cuartos de final como en semifinales, el equipo nicaragüense eliminó al Saprissa y al CAI Panamá con idénticos marcadores: 1-0 de local y 2-2 de visita.

Había elementos de sobra para haber estudiado más al rival, que tuvo suerte en el partido de ida donde el club panameño se pudo haber llevado la victoria y al final terminó perdiendo por la mala puntería de sus delanteros, sobre todo su goleador Carlos Small, que también se vio opaco en el partido de vuelta.

Este jueves, Real Estelí vino al Rommel Fernández  por la clasificación. Me dio la impresión que su entrenador Ramón Olivas se tomó el tiempo de estudiar mejor al equipo panameño, que lo que hizo su homólogo chorrerano frente a  su rival de turno. 

El Tren del Norte aguantó con orden cuando el CAI lo embistió después del 1-1, le cortó todos sus circuitos de llegada, fue inteligente para esperar y contundente al salir con pocos hombres frente a una defensa rival que tuvo una noche para el olvido.

Cuando Real Estelí tomó el control y el equipo panameño comenzó a ver que las cosas no se le daban, contrastando tal vez con ese "exceso de confianza" que les invadió antes del partido, Ferguson lo explica de una manera precisa y contundente.

"Lo he presenciado millones de veces. Comienza con una incertidumbre que da paso a la confusión. Entonces campa el pánico y, antes de que uno se dé cuenta, el equipo se ha rendido y la derrota es inevitable".

Mientras que la contraparte, según Ferguson: "empieza a cambiar: tienen más confianza, se concentran más y evitan todas las contradicciones. Huelen la sangre y, antes de lo que te imaginas, la autocomplacencia (o exceso de confianza) ha propiciado otra desagradable derrota".

Finalmente Real Estelí clasificó. Para nada sorprendió. Ya lo había hecho antes con sus batacazos ante clubes de Guatemala, Honduras y Costa Rica. Era de cuidado, pero el equipo panameño no tomó las precauciones del caso, se durmió en los laureles frente a un rival que desde el principio soñó con estar en la final de la copa. 

El jueves lo ratificó en el Rommel Fernández.

   

 

 



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