miércoles, 5 de julio de 2023

PRIMEROS, POR TERCERA VEZ

TIRO A GOL 



Selección que inició ante El Salvador. FOTO/Fepafut




Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Panamá empató con El Salvador (2-2) en el cierre de la fase de grupos de la Copa Oro 2023 y se consolidó como primero de su grupo, tal como se hizo en las ediciones de 2011 y 2013 con el entrenador Julio Dely Valdés.

En las tres versiones se terminó líder con 7 unidades, aunque con el Bolillo Gómez se hicieron los mismos puntos y un segundo lugar en la edición del 2017, detrás de Estados Unidos que superó por diferencia de goles.

Thomas Christiansen tuvo la revancha en el torneo 2023 luego de fracasar en la edición pasada, en la que no pudo clasificar a cuartos de final, después de una racha de ocho ediciones ininterrumpidas donde se avanzó de la primera fase.

En esta edición de 2023, la selección de Christiansen terminó primera con los mismos números que la selección al mando de Julio Dely en la edición de 2011: dos victorias, un empate, cero derrotas, 6 goles a favor y 4 en contra.

En la edición de 2021, el seleccionado nacional terminó eliminado en el tercer lugar con 1 victoria, 1 empate, 1 derrota, 8 goles a favor y 7 en contra. El primero de grupo fue Catar, su rival del próximo sábado en cuartos de final, que consiguió hacer 7 unidades, con 2 victorias, 1 empate, sin derrota, 9 goles a favor y 3 en contra.

Panamá no pudo hacer el martes la marca perfecta frente a los salvadoreños, con el que ya se había empatado 1-1 en los cuartos de final de la edición de 2011, en la que se los eliminó en la definición de penales.

En la previa del partido de este martes se habló mucho de hacer o no rotaciones, pensando en el compromiso de cuartos de final. Pero cuando uno ve el plantel inicialista con el que se comenzó ante El Salvador, a mi parecer, no hubo mayor diferencia.

En ese aspecto destaco la personalidad de Christiansen, porque "supuestamente" hizo una rotación respecto a los que muchos consideramos quiénes son los titulares. Pero viendo el plantel que comenzó, solo Jovani Welch fue la sorpresa. Y si se quiere, sumémosle a Freddy Góndola, conociendo de antemano de las bajas que tenía el equipo.

Miller, por ejemplo, tiene más experiencia que muchos de los que iniciaron ayer. Por eso no lo considero ningún aparecido. Entonces, según mi parecer, todos los que jugaron tienen experiencia con la selección excepto Welch, que para mi fue la única novedad que se dio en el plantel que comenzó el partido.

Y ¿el rival? Con El Salvador se ha empatado en los dos partidos que se han disputado en la Copa Oro. Tal vez, el empate de los cuscatlecos sobre el final fue lo que incomodó a muchos, como al mismo Christiansen, quien ya se había lamentado porque el equipo se había relajado sobre el final de los dos primeros juegos, como pasó el martes en el cierre, en los que recibió un gol por partido.

En el papel el partido se pudo haber ganado, pero como ya se ha hecho constante, al equipo le falta contundencia en la llegada. Lo importante fue que se le dio minutos casi a todos y eso es importante no solo pensando en los cuartos de final, sino en lo que viene más adelante.

El martes, el equipo jugó con más fuerza que con inteligencia. Cuesta hacer la última jugada, por eso se desaprovecha a jugadores como Ismael Díaz, que en el partido tuvo dos claras de gol y metió una. Lamentablemente, vuelvo y recalco, hay jugadores que no están en la plenitud de sus condiciones que le conocimos. Y no hablo solo de los que jugaron ante El Salvador. 

Frente a todo lo bueno o malo que se hizo, el central Harold Cumming, que ayer lució el brazalete de capitán, volvió a quedar mal parado en la última jugada del rival, sobre todo con esos balones a la espalda. Y no solo es de ahora, se lo vi en la pasada Copa Oro, pero al parecer, es como si no tuviéramos más centrales de donde escoger. Eso si que es preocupante.

Para el segundo tiempo, con el ingreso de Carrasquilla, el seleccionado se movió más. Fue otro equipo. El número 8 de la selección es un hombre orquesta en la cancha.

Por estos días estuve pensado, que por qué Christiansen no hace un experimento y lo ubica como volante ofensivo y se busca un reemplazo suyo para la contención. Pareciera un disparate. Pero es que en los últimos partidos da la sensación como si el pelucón fuera el único que pensara en la selección, y viendo el presente del equipo, salir de atrás puede trastocar el sistema cuando suba y nadie tape su hueco. Podría ser más funcional adelante moviéndose por todos los lados.

El próximo sábado Panamá tendrá como rival a Catar, en un duelo de los dos coleros de las Copas del Mundo de 2018 y 2022, respectivamente. Por estos días se hablaba de que era mejor enfrentar a los asiáticos que a los mexicanos, pues cuidado y les sale la bruja. Los anfitriones del último mundial vienen de derrotar 1-0 a México, por lo que no es ningún pintado en la pared.

Por lo que se vio en la fase de grupos, los primeros terminaron con 7 unidades, excepto México que consiguió 6, por culpa de los cataríes. Una primera fase pareja en puntuación.

El sábado, Christiansen tendrá su prueba de fuego ante Catar, con el que ya empató 3-3 en el pasado torneo. En Panamá todos quieren ver a los suyos en semifinales y consideran que esta es una oportunidad para conseguirlo. Si queda eliminado, al entrenador se le devolverán todos los demonios del pasado, con toda clase de críticas.     













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