martes, 27 de junio de 2023

RECUPERARON LA MEMORIA

TIRO A GOL 



Selección de Panamá.    FOTO/FEPAFUT



Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Independiente del fracaso que tuvo Thomas Christiansen en la Copa Oro del 2021, tenía confianza en que este año se podía mejorar. Más allá de sus dos recientes derrotas que sufrió en la ronda final de la Liga de Naciones de la CONCACAF, en los que se fueron en blanco.

Y no porque pensara que se trataba de una revancha que le daba el fútbol en esta nueva edición del torneo más importante de selecciones de la región. Para nada.

Mi confianza en esta Copa Oro estaba centrada en que este es el torneo de los futbolistas panameños. Es como su mundial. Todos se lo disfrutan. Está en su ADN, a pesar de que todavía no se ha podido levantar la copa. 

Siempre sostengo que nuestros jugadores se sienten como pez en el agua en este torneo. Sin esa presión que genera una eliminatoria mundialista. Es como una inyección que reanima a todos los jugadores.

Hace dos años  se empató con Catar (3-3), se perdió con Honduras (3-2), se venció a Granada (3-1) y no se pudo avanzar a los cuartos de final, después de una larga racha que venía desde la edición de 2005. Presumo, que como están las cosas, en esta edición se volverá a retomar ese camino.

Pues bien, la noche de este lunes, la selección nacional volvió a recuperar la memoria en la Copa Oro. Derrotó sin contemplaciones a una Costa Rica que dista mucho de ser lo que había sido hasta hace unos años. Pero para nada hay que desmeritar el triunfo panameño.

Partamos de un hecho para valorar lo que se hizo. Cuando en Costa Rica nace un niño, lo primero que le dan es un balón en vez de un biberón. Desde jóvenes saben lo complicado que es llegar a convertirse en un futbolista reconocido, en un país donde el fútbol es su deporte preferido. Cuentan con una liga mejor que la nuestra, donde la afición es fanática ciento por ciento. Desde niños ya tienen en sus corazones a su equipo que van a querer por el resto de sus vidas. 

Todo el marco de público que conlleva un partido hace que el futbolista tico pierda el miedo escénico mucho antes de emigrar al exterior. Por eso decimos que tienen más jerarquía que los nuestros, porque primero conocen el sufrimiento del fútbol a través de la liga.

Por eso hay que valorar lo que Panamá hizo el lunes. Independiente del mal momento que atraviesa la selección costarricense, que nos lleva una enorme distancia en la historia de este deporte. Sin embargo, el presente de la selección nuestra es mejor que el de ellos, aunque hay que reconocer que los ticos nos superan cuando viene la eliminatoria mundialista, donde ellos muestran más personalidad y manejan mejor la presión que los panameños.

Pero volviendo a la Copa Oro, ese torneo por lo regular siempre renueva al futbolista panameño con su selección. Un ejemplo claro fue la presentación que tuvo el delantero José Fajardo. Un hermoso gol de cabeza que abrió el marcador y que redondeó con una buena exhibición.

Estadísticamente, Panamá fue superior en todos los renglones a Costa Rica, que gracias a su portero, el marcador no pasó de dos goles. El lunes nuestros jugadores se lucieron, hicieron ver mal a los ticos, aunque con un error mayúsculo, que siempre ha padecido la línea de tres en el fondo cuando le roban las espaldas. Por fortuna, la buena intervención del portero Orlando Mosquera hizo que ese momento se quedara solo en un susto.

En lo personal me gustó el trabajo de los dos contenciones que en gran parte del partido fueron los armadores del equipo. Godoy volvió a convertirse en el capitán líder que pone orden, que llama a la pausa, a la tranquilidad, y que cuando tiene el balón en sus pies lo sabe administrar. 

Carrasquilla, por su parte, es un volante recurrente, que quita, arma y pone balones frontales con el que se comienza a gestar una llegada de peligro.

Davis también lo vimos en su faceta que le conocemos, fue el carrilero con mejor proyección, asistiendo para el gol de Fajardo.

Y Bárcenas, que para mi todavía no es el jugador de antes que marcaba la diferencia, consiguió un bonito gol de cabeza que me recordó a Romario, que a pesar de su corta estatura era también un buen cabeceador.

El lunes los muchachos recobraron sus energías que no les vi en la Liga de Naciones. Solo falta ser más contundentes en las llegadas,  pero en general todos fueron ovacionados.

Y de Christiansen ¿Qué se puede decir? Lo que todos sabemos. Le tiene la medida a los ticos. En siete partidos con los ticos, el entrenador danés ha ganado cinco juegos, empató uno, perdió uno, y solo ha recibido dos goles.

Esperemos que la selección siga entonada para su próximo rival, Martinica. Lo principal: no perder la humildad. Los partidos hay que jugarlos primero.

   



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