TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
Casi un mes después de la final del mundial de Catar 2022, todavía me quedan algunos residuos de asombro cuando recuerdo cómo a sus 35 años Lionel Messi rompió con todo ese concepto que se tiene sobre el fútbol moderno, en el que se dice que el centro del éxito se basa en la velocidad y la técnica para poder estar a tono con la exigencia mundial de este deporte.
En este fútbol moderno donde la juventud, la preparación física, la técnica y la velocidad son determinantes para alcanzar el estrellato, Messi rompió con las reglas en el partido más esperado del pasado mundial.
Es un hecho que el fútbol de hoy es más rápido de lo que fue el fútbol de ayer. En ese sentido, se puede especular que a un futbolista del pasado, me refiero a los de hace 50 años o más, le hubiera costado adaptarse al balompié moderno que exige una extraordinaria preparación física, para hacerle frente a un deporte que hoy es veloz y muy exigente, en el que un jugador tiene pocos segundos para pensar en una jugada rápida.
Pero como sea, en el fútbol de ayer también existieron verdaderos cracks, que estoy seguro que se hubieran adaptado al estilo con el que se juega hoy, porque cuando se es bueno no importan las barreras del tiempo.
No me queda la menor duda que Pelé pudo haber sido un genio en el fútbol moderno y que Messi lo pudo haber sido hace 50 años, por ese ADN que tienen los dos, que solo está destinado para los verdaderos cracks.
De todos modos, la polémica de que si el fútbol de ayer fue mejor que el de ahora siempre va a existir. Hoy gracias a toda la tecnología que nos permite ver hasta el más mínimo detalle de un partido, hace pensar como si el fútbol de hoy fuera infinitamente superior al de antaño.
En el libro Fútbol de ayer y de hoy, del periodista argentino Jorge Barraza, hay una anécdota interesante del argentino César Luis Menotti, técnico campeón con Argentina en 1978, cuando le preguntaba a Adolfo Pedernera, otro grande del fútbol argentino, su opinión sobre el fútbol de ayer y hoy. Este último se negaba a responder, por haber formado parte de ese fútbol del pasado tan añorado por los de su época. Finalmente le respondió: "Mire, Menotti, lo cierto es que lo que veo ahora ya lo vi antes, y lo que veía antes no lo veo ahora".
Fue una respuesta con un contexto que puede admitir muchas interpretaciones en la que no voy a entrar en detalles. Más bien, cierro este debate con una frase de un ex entrenador argentino, Ángel Tulio Zoff, que recoge el mismo libro de Jorge Barraza, con una respuesta contundente sobre el mismo tema que lo resume todo: "Lo más antiguo del fútbol es la pelota, y sigue siendo lo más importante".
El calidad del balón se ha modificado ciento por ciento con respecto a lo que fue en el fútbol de ayer, pero no ha cambiado es su redondez. Con la redonda, Pelé, Maradona, Cruyff, Puskás, Di Stéfano, Ronaldo, Ronaldinho, Valderrama, entre muchos otros, mostraron sus dotes.
Hoy el balón fue el mejor amigo de Messi en el pasado mundial de Catar, en las pocas veces que lo tuvo le vimos hacer diabluras. Con el balón en sus pies y su genio para distribuirlo en décimas de segundos, el 10 argentino pudo ganarle con la velocidad de su inteligencia, a la velocidad física con la que se juega el fútbol moderno
En ese mismo aspecto, AS tituló una nota con esta frase: "La revolución del Mundial la hace un tipo que camina".
Jorge Valdano se refirió a Messi en estos términos: "sus mil partidos le dieron sabiduría al genio, en el que un día pasó de extremo derecho a un delantero falso. Los años le fueron quitando energía y tuvo que adaptarse al fútbol más cadencioso, más caminante, pero igual de influyente. Sobre todo dentro de un equipo que sabe jugar con un genio. Eso no es fácil".
Messi jugó a pasos lentos gran parte de sus siete partidos del mundial de Catar, como se jugaba hace 50 años, sin embargo, sus diez compañeros que lo acompañaron hicieron lo contario, jugaron con el estilo moderno a una gran velocidad.
Ver caminar a un jugador en gran parte de un partido de una Copa del Mundo hubiera sido motivo para que el entrenador lo sustituyera, en cualquier otra selección, pero la diferencia aquí, como señalaba Valdano, era que los mil partidos de Messi y su lauréola de crack le daban licencia para caminar.
Durante esos minutos cuando las cámaras de televisión perdían a Messi, el 10 argentino hacía un estudio minucioso y pormenorizado de lo que estaba pasando en la cancha, por eso en las veces que tuvo el balón en sus pies, la pulga argentina, con una velocidad impresionante en su cabeza que contrastaba con la parsimonia en su caminar, daba un pase mágico para desequilibrar a su rival, como pasó en el segundo gol de Ángel Di María frente a Francia. Ese toque fue la diferencia en el gol.
Messi muy bien pudo haber sido un genio en el fútbol de ayer por su inteligencia para pensar en milésimas de segundos en una jugada rápida, en que durante una acción hay que tener destreza en los pies y estos a su vez tienen que estar bien alineados con el cerebro, como pasó con el 10 argentino.
El Rey Pelé, que recientemente falleció, igualmente pudo haber sido un genio en el fútbol actual, como otros de sus contemporáneos. No importan los tiempos del partido, ni la velocidad, ni la preparación física, ni la técnica como se juegue hoy. El que es una crack en el fútbol, pudo haberlo sido en el pasado o en el presente.
En Catar 2022, Messi caminando lento puso a correr a una selección argentina compacta y disciplinada. Poniéndolo en tiempos de la globalización de la tecnología, Messi tuvo el mejor disco duro del mundial. Con el puso a funcionar a la perfección a una selección albiceleste que tuvo a su número 10 como el mejor del mundial.
No sé cuándo volvamos a ver a otro futbolista de 35 años siendo el genio de un mundial.
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