NUEVO PRESIDENTE
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
A partir de este domingo 7 de agosto, cuando Gustavo Petro asuma como el nuevo presidente de Colombia, todas las miradas estarán puestas en el primer mandatario, en un país dividido entre los antipetristas y petristas, la primera fracción con más simpatizantes, lo que la convertirá en la oposición más fuerte que se recuerde en los últimos gobiernos.
Por el hecho de que Petro asuma como el primer presidente de izquierda que gobierne al país, la oposición será enorme comparada a la que se vivió en los pasados gobiernos. No se había visto este fenómeno, por obvias razones, el pueblo colombiano sufrió en sangre propia con la violencia de los que están al margen de la ley, por lo que es comprensible de que en parte haya temor con ese pasado al que perteneció el que será presidente de Colombia, cuando fue miembro del movimiento guerrillero M-19, que después se desintegró para formar parte de la sociedad y de la política colombiana.
Pero más allá de lo que haga Petro, en un país donde en su mayoría los que han gobernado se han ido por la puerta de atrás, también puede ser probable [aunque siempre hay que darle el voto de confianza al que entra], que igualmente el primer representante de la izquierda se pueda ir por la puerta trasera si no cumple con parte de lo que prometió en su campaña electoral.
Hoy es difícil pensar en que Petro, o el que sea, pueda tener una varita mágica como para que por arte de magia vaya a darle una feliz solución a todos los problemas del pueblo colombiano, que por su naturaleza es un país complicado para gobernar, aunque siempre hay que tener una esperanza con el presidente que entra porque de eso se trata la vida.
Hoy Colombia está dividida. Hace algo más de un mes muchos sintieron como si el triunfo de Petro hubiera sido una puñalada que se clavó en sus corazones, porque jamás se imaginaban que la izquierda saldría triunfante en un país que había sido conservador con su status quo político. El hecho de que haya ganado el que una gran mayoría no quería que ganara, llenó de un sentimiento de odio, resentimiento, malestar, rabia e indignación, a millones de colombianos, quienes a partir de este domingo estarán siguiendo minuto a minuto el gobernar del nuevo mandatario, para caerle encima en el primer resbalón que tenga.
Algunos dicen que de no gobernar bien se le podría formar un estadillo social. Sin embargo, fue con el presidente saliente del partido Centro Democrático, Iván Duque, que ya se registró un estadillo monumental. Ya los colombianos lo vivieron en sangre propia, unos más que otros, en tiempos en que Petro estuvo del otro lado como uno de los grandes opositores del gobierno actual en ese paro nacional del 2021.
¿Pero qué nos espera con Petro?
No voy a entrar en detalles políticos ni de lo que necesita el pueblo y tantas otras yerbas aromáticas, que hoy de todos es conocido. Un mal general en nuestra América.
Más bien pienso, que además de la división que habrá en su gobierno, el pulso será por ver el papel del "cuarto poder", los medios de comunicación, aunque me imagino que no será diferente al que se vio en la pasada contienda electoral. En ella, muchos periodistas perdieron su objetividad y al final terminaron siendo parte del que perdió o del que ganó. Y eso es grave en una sociedad.
Seguramente, durante el gobierno de Petro la información no será del todo confiable, venga de donde venga. Hoy los antipetristas tienen a varios medios y a connotados periodistas de mucho renombre, que mueven a las masas y que durante la campaña solo miraron para su lado. No hubo un equilibrio de la información como mandan los principios éticos de la profesión.
Igual aconteció con los periodistas que se inclinaron por Petro, que también reúne a importantes comunicadores. Se perdió el periodismo imparcial, objetivo, sensato, que pueda ilustrar al pueblo con una información correcta. Muchos medios y periodistas se tiraron solo para su lado, se quitaron la máscara de periodista y se convirtieron en parte del problema, sin importar que su papel es el de orientar e informar, no el de desorientar y desinformar, como sucedió en la campaña electoral.
Me parece que durante la presidencia de Petro, más allá de lo bueno o malo que se haga durante su mandato, los medios serán una herramienta para atacar o defender, más que para informar con imparcialidad, sin que la verdad esté siempre de por medio. Cada uno la dirá a su conveniencia y todo eso tiene su impacto negativo en la receptividad del público, que hoy, una parte de ellos, repiten todo lo que ve o lee sin hacer uso de un análisis. En su momento, todo esto originó zozobra e incertidumbre en la sociedad, en la antesala de las elecciones.
Hoy Petro debe de estar consciente de todo lo que le espera y por eso debe tratar de obrar de buena manera, porque es una verdad que hay una inmensa mayoría de colombianos que no creen en su "Padre nuestro que estás en el cielo...". Lo que se le viene será difícil frente a unos medios que seguirán como lo hicieron en la pasada campaña: los que están en contra, seguramente serán más contras, Y todo eso puede desestabilizar a su gobierno porque hoy mueven a las masas en las redes.
Sea a favor o sea en contra, los medios tienen un impacto que se vuelve grande por las redes sociales, donde siempre lo negativo, que por lo regular se adorna con tintes maquiavélicos, provoca un estallido que se expande más rápido que una buena noticia, casi siempre opacada en el tóxico mundo de estas nuevas herramientas tecnológicas.
Al final, el tiempo nos mostrará si Petro fue otro más del montón de los que han gobernado al país, o si apostó a marcar una diferencia, para dejarle comenzado el camino a cualquier otro aspirante de esta nueva corriente que rompió con el molde que tuvo por más de cien años la política colombiana.
Dentro de cuatro años o mucho antes, veremos entonces si Petro fue lo mismo de los mismos. Nos daremos cuenta si el papel de los medios hizo su efecto. Y de llegar Petro a terminar siendo lo mismo de los mismos, la gran perjudicada sería Colombia. ¿En quién confiar, entonces?
Amanecerá y veremos.
(El autor es periodista, colombiano y naturalizado panameño)
No hable espere le tocara duro pero va para adelante orgullo para muchos que saco a los que pudrieron el pais mafiosos corruptos ladrones esa gurisate acomodada desgraciada pero la luchara orgullosa se mi presidente por fin las ratas estan asustadas
ResponderEliminarEs una oportunidad para mostrarse haciendo un buen gobierno. Gracias por su comentario.
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