domingo, 12 de junio de 2022

UNA GOLEADA ANUNCIADA

TIRO A GOL





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


La goleada del sábado en Montevideo me trajo a la memoria el episodio que se vivió a mitad del 2019, cuando la Concacaf intentó cambiar el formato de la eliminatoria para Catar, en el que el ranking de Fifa era el termómetro para estar entre los seis clasificados directos a la última fase en la que no se encontraba Panamá. Finalmente, por la pandemia, este cambio no se pudo realizar.

Tal vez este episodio no tenga que ver directamente con la goleada de ayer, pero puso de nuevo a Uruguay en el camino.

A mitad del 2019 se originó una lluvia de críticas con Pedro Chaluja a quien se le acusó de no estar en la hexagonal, porque a juicio de una gran mayoría él conocía del cambio de formato y no fue capaz de advertírselo al nuevo jerarca del fútbol nacional, Manuel Arias. 

Muchos periodistas se rasgaron sus vestiduras diciendo que cómo había sido posible que se hayan jugado dos amistosos de visitante con Uruguay y Colombia en un lapso de una semana (los dos se perdieron 3-0), en los tiempos en que Julio Dely Valdés era el entrenador interino, conociendo lo del nuevo formato de la eliminatoria. 

Yo opiné todo lo contario a la corriente de críticas, en la que muchos llegaron a maldecir los amistosos que se hicieron con Uruguay y Colombia, independientemente de que Chaluja supiera o no supiera del cambio, porque siempre he pensado que para mejorar hay que enfrentarse con los más grandes.

Hoy, después de la goleada de ayer, tal vez haya gente que piense que la federación fue irresponsable por llevar un equipo al matadero "por unos dólares más", pero hay que ver las circunstancias que se dieron en torno a este amistoso en el que Panamá actuó como buen vecino, conociendo de los impedimentos que tuvieron los charrúas para hacer ese compromiso en la fecha indicada, en vista de que varios rivales no pudieron cumplirles y a última hora se tuvo que echar mano del equipo panameño, que presentó un nómina limitada.

Dadas las circunstancia en que el equipo principal (y el único) se encuentra haciéndole frente a la Liga de Naciones, se tuvo que armar un equipo alterno para cumplir con el compromiso.

Obviamente, conociendo nuestra realidad, la goleada estaba anunciada. Cuando me senté a ver el partido con mi señora lo primero que le dije fue: "vamos a ver cuántos goles mete Uruguay. 

El amistoso era una despedida de la selección uruguaya con su afición y para los jugadores de Panamá, una oportunidad, tal vez la más grande que se le haya presentado a la mayoría de los que estuvieron en el estadio Centenario que militan en la Liga Panameña de Fútbol. Una oportunidad que no tiene precio. 

Ya en el partido, nuestra realidad era ver el rendimiento de los muchachos en la cancha, y al final terminar, como en efecto sucedió, consolándonos con el buen primer tiempo que se le hizo al dueño de casa. Hasta allí nomás.

Y no es la primera vez que Panamá hace de sparring para selecciones sudamericanas, dos veces ya pasó con Brasil en su casa, con la diferencia de que en esta oportunidad, por las circunstancias que rodearon al compromiso, se participó con jugadores en su mayoría de la Liga Panameña de Fútbol.

Subrayo, gracias al compromiso del equipo principal en la Liga de Naciones, se le permitió la oportunidad a muchos de estos jugadores que vieron minutos en el Centenario.  Tuvieron suerte.

Por fortuna, hoy pareciera que lo del ranking de Fifa ya no cuenta. 

    


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