ELIMINACIÓN DE PANAMÁ
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
Primero hay que partir del hecho de que el empate con Honduras en el Rommel Fernández había dejado a Panamá en cuidados intensivos, en el que permaneció por 72 horas hasta antes de enfrentar el domingo 27 a Estados Unidos, en Orlando. Su estado de salud se descompuso más, unos minutos antes de su partido, cuando le llegó la noticia de la victoria de Costa Rica sobre El Salvador, en el Cuscatlán, que era lo que no se quería.
Con esa presión extra Panamá salió a jugarle a Estados Unidos en Orlando. Por mucha vibra positiva que se le enviara a la selección en la previa, con frases que salían del corazón, tales como: "Lo último que se pierden son las esperanzas, "Sí se puede", "Con mi selección hasta el final, "En el Rommel ya se les ganó", "Somos 11 contra 11", y tantos otros mensajes motivadores, el desenlace fue el mismo que muchos se imaginaban.
El mal ya estaba hecho. La cruda realidad mostraba que eran cuatro partidos sin ganar de visitante en Estados Unidos, y sin siquiera haber marcado un gol. La historia pesó finalmente. El domingo el equipo de las estrellas y las barras despertó a Panamá (5-1) de un largo sueño de 12 partidos, en su fatídico juego número 13, antes de cerrar la eliminatoria contra Canadá. El resto es historia.
A continuación una radiografía de lo Bueno, lo Malo y lo Feo, de la participación de Panamá en este octogonal, que está a una fecha de su conclusión.
LO BUENO
--Panamá comenzó como último en el octogonal si se lo mide por lo que se hizo en la Copa de Oro 2021, donde fue la única de las ochos selecciones que no pasó de una primera fase de grupos. Había mucha desconfianza con el nuevo entrenador Thomas Christiansen. Finalmente se termina quinto en la eliminatoria para Catar 2022.
--Fue el comienzo de un nuevo proceso dentro de la selección después del retiro de gran parte de su legión de veteranos, que contribuyeron a la clasificación de la primera Copa del Mundo de Rusia. Con Thomas Christiansen se dio inicio a ese esperado cambio generacional que se pedía a gritos.
--La mayoría de esta nueva generación son jóvenes. Unos jugaron más que otros, pero al final queda un grupo para pensar en un futuro cercano. Se puede decir que la eliminatoria dejó un semillero.
--Pese a la difícil situación con el coronavirus, sumado a la de un entrenador europeo que no conocía el entorno, y de que era primera vez que dirigía a una selección nacional, el danés-español pasó la prueba. Debutó en dos amistosos derrotando de visitante a Costa Rica en menos de una semana. El panorama cambió respecto al nuevo preparador.
-- Este grupo puso a soñar al país. Por un momento exhibieron buen fútbol. Muchos decían que era el estilo europeo. Por lo que se había hecho en 11 partidos, antes de enfrentar a Honduras, se consideraba que Panamá iba a estar entre los cuatro primeros. El domingo en la cadena TUDN, el staff que transmitió el partido se sorprendió de la temprana eliminación de Panamá.
--Thomas Christiansen le dio otra personalidad a la selección y le brindó la oportunidad a varios jóvenes de jugar la eliminatoria, que antes de un mundial, es con lo que sueña cualquier futbolista.
--La buena actuación de Panamá en gran parte del octogonal le volvió a dar notoriedad internacional. En Panamá hubo entusiasmo y hasta se llegó a insinuar y a afirmar, que no se recordaba haber visto jugar tan bien a una selección nuestra. Los ánimos estaban por las nubes.
--Se le ganó por primera vez en casa a Estados Unidos en un partido de una eliminatoria mundialista.
-- Hasta la jornada 11, antes de su empate con Honduras, Panamá se había mantenido cuarto en la clasificación, y un par de veces tercero y segundo. Hasta antes de enfrentar a los ticos en San José, que eran quintos, le tenía una ventaja de cinco puntos.
--No se pudo cambiar las estadísticas ni la historia como visitante en El Salvador, Costa Rica, Canadá, México y Estados Unidos. Sin embargo, se hizo excelentes partidos a domicilio en San José y en el estadio Azteca, a pesar de haber caído derrotado en ambos compromisos. Me quedo con el fútbol explosivo que regaló la selección en esos dos partidos.
-- Jugadores como Andrade y Murillo mostraban sus credenciales en la primeras divisiones de Alemania y Bélgica.
--Adalberto Carrasquilla tuvo buenas actuaciones con la selección, que le valió el reconocimiento nacional e internacional.
--A sus 32 años, el papel de capitán Aníbal Godoy fue determinante en el equipo. Sin embargo, una golondrina no hace verano. Por eso su frustración el domingo ante Estados Unidos, en que terminó llorando al final del compromiso.
--Los números de Thomas Christiansen no son malos a pesar de haber dirigido por primera vez a una selección nacional. Suma 29 partidos al frente de la selección, entre oficiales (22) y amistosos (7), con 13 victorias, 7 empates y 9 derrotas.
LO MALO
--No haber aprovechado con goles esos momentos inolvidables que tuvo la selección en algunos partidos importantes, en los que por momentos se jugó bonito, más no se concretaba. Sobre todo en los encuentros de visitante en Costa Rica y México, donde la selección hizo el mayor esfuerzo a domicilio que se la haya visto, pero que, lamentablemente, se desperdició por la falta de gol.
--Se dice que la eliminatoria se perdió porque además del empate en casa con Honduras, tampoco se le pudo ganar de visitante a El Salvador y Costa Rica. Pues ni con Thomas Christiansen ni con nadie se le ha podido ganar de visitante, en partidos de eliminatorias, ni a El Salvador, ni a Costa Rica, ni a México, ni a Estados Unidos, en 46 años de eliminatorias. Este es un mal endémico de nuestras selecciones en estas lides. Vuelvo y recalco, en las instancias finales solo se le viene ganando a domicilio a Jamaica y Honduras. Y paren de contar.
-- Por primera vez se enfrentó a una Costa Rica irreconocible, en su peor momento, pero no se pudo aprovechar ese instante para ganarle en el Rommel Fernández, ni mucho menos en San José. Ni siquiera se le marcó un gol. Difícil volver a enfrentarlos en estas mismas circunstancias.
--El contragolpe que se desperdició de cinco panameños contra un rival tico, en San José, es una muestra de la inconsistencia que tuvo la selección entre jugar bien y materializar ese bien con goles.
--Por ser una selección joven, el equipo careció de experiencia para afrontar la parte crucial del octogonal. La presión los mató. No es cómo se comienza una competencia, sino cómo se termina. Panamá arrancó bien la eliminatoria, que es de resistencia, pero en ella la selección no pudo rematar el final en donde se quedó sin fuerzas ni ideas para encarar la última subida a la meta, en los tres partidos finales del octogonal.
--La inexperiencia del entrenador Thomas Christiansen en eliminatorias. Se sabía que era su primera vez que dirigía a una selección. El técnico confió en un grupo y apeló a él porque era el que le había dado resultados, pero abusó de su continuidad. Varió poco entre jornada y jornada, que se jugó con un intervalo de 72 horas. Fue una eliminatoria desgastante, como nunca antes de había disputado, por eso se necesitaba un relevo mayor entre partido y partido, sobre todo en los juegos más relevantes.
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Selección de Estados Unidos que goleó a Panamá. |
--Los cambios fueron un dolor de cabeza para el entrenador europeo, no tanto por lo que se esperaba en el rendimiento de los que ingresaban, sino porque en algunos juegos, sobre todo en los que se perdieron, terminaron desordenando más el panorama del equipo en la cancha.
--La juventud e inexperiencia de los jugadores pesaron en la recta final de la eliminatoria. Algunos juegan en Europa, pero en equipos de segunda y tercera. Todavía no han ganado nada, otros en suramérica, con los que apenas están comenzando a ver el fútbol con otros ojos después de salir de Panamá. Sin embargo, hay que aplaudirles lo que hicieron en gran parte del octogonal, que en su etapa final les pasó factura. Se puede decir que nuestros jugadores estuvieron preparados para el comienzo, más no para el final.
--La presión que se vive en una eliminatoria es desgastante, y más con tres partidos al hilo en un lapso de siete días. Son palabras mayores. Christiansen ya lo experimentó en carne propia y el domingo le sacaron lágrimas. Imaginémonos: todas las esperanzas de un país de más de cuatro millones de fanáticos, cifradas en este grupo de jóvenes, algunos sin mayor experiencia en eliminatorias, es natural que en la recta final la presión hiciera mella en cada uno de ellos. Los chicos hicieron lo que pudieron hasta donde les alcanzaron sus capacidades, por eso venir ahora a destruirlos es de malos, no es el momento. Esta es una selección en formación, para el mañana.
LO FEO
--Después de la Copa del Mundo de Rusia 2018, muchos creyeron que se había tocado el cielo con las manos, por un buen momento del octogonal se pensó que ya se tenía pasaje para Catar 2022. Se olvidaron que lo que se estaba jugando era una eliminatoria. No una Copa Centroamericana o una Copa Oro.
-- Que países como Costa Rica sigue siendo superior a Panamá, aunque las distancias se hayan acortado un poco. Los ticos mostraron lo que es tener jerarquía y de cómo se juega una eliminatoria. A pesar de su flojo comienzo, fueron subiendo su nivel. Le dieron una lección a todos los que se burlaron de sus "viejitos", aparte que tuvieron un entrenador que conoce al dedillo lo que son las eliminatorias. Sin embargo, en San José, Panamá pudo haber sacado por lo menos un empate. Lo feo en ese partido y de toda la eliminatoria: el contragolpe que se perdió de cinco contra uno, y las oportunidades desperdiciadas por Fajardo. Se jugó como nunca ante los ticos y se perdió como siempre.
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Aníbal Godoy goleó en los dos partidos a Estados Unidos. |
-- El exceso de confianza de los nuestros en su partido clave con Honduras en el Rommel Fernández, que terminó 1-1. Se habían hecho buenos partidos en casa con México y Estados Unidos, pero se dejaron robar la iniciativa de los catrachos. El mensaje era claro: ganar o ganar. Hoy todavía parece inexplicable lo que pasó ante el colero de la eliminatoria.
--Y a propósito de Honduras, el único punto que consiguieron los catrachos en sus últimos nueve partidos, fue el empate 1-1 en el Rommel Fernández. ¡Increíble, pero cierto!
-- Bolillo Gómez, sin nada que perder, estudió a Panamá para enfrentarlo con Honduras en el Rommel Fernández. Por su parte, Thomas Christiansen se quedó con el mismo libreto, a pesar de que había reconocido que podía ser un partido trampa por los nuevos jugadores que traían los catrachos. No innovó ante el técnico que mejor conoce a Panamá. Me atrevería a asegurar, que más que el propio europeo.
-- La reacción con mensajes negativos en sus cuentas de twitter del excapitán Román Torres y Edwin Aguilar, después de la eliminación de Panamá, que fue desaprobado por la afición. Les faltó solidaridad con sus colegas y con el director técnico.
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