viernes, 25 de marzo de 2022

HONDURAS NOS DEJÓ CON LOS CRESPOS HECHOS

PANAMÁ 1-1 HONDURAS 


Selección de Honduras


Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Todo estaba preparado para una gran fiesta en el estadio Rommel Fernández, pero Honduras lo estropeó todo. Equipo eliminado se respeta.

Honduras empató (1-1) ante Panamá mostrando eso que se llama vergüenza deportiva, que no tuvo el dueño de casa. Pese a haber jugado con una selección renovada, sin las figuras habituales, no fue impedimento para que sus jugadores mostraran coraje y profesionalismo, sabiendo que en su país la gente estaba pendiente de ellos así ya estuvieran eliminados del Mundial de Catar 2022.

Bolillo Gómez y Thomas Christiansen.



Se puede decir que los catrachos vendieron cara su eliminación el jueves en el estadio Rommel Fernández, con un entrenador como Hernán Darío Bolillo Gómez, que en el 2017 clasificó a Panamá a su primera Copa del Mundo en Rusia. Hoy muchos lo recuerdan y, seguramente, lo seguirán recordando en caso de que Panamá quede eliminado del Mundial. El colombiano pasaría a ser uno de esos personajes que de un momento a otro cambian de héroes a villanos.

Con el empate ante Honduras y la victoria (1-0) de Costa Rica ante la entonces invicta Canadá, Panamá dejó su cuarto lugar que fue de su propiedad desde la sexta jornada, el 13 de octubre de 2021, cuando se perdió en Canadá.




Hoy Panamá se sitúa en el quinto lugar de la eliminatoria a dos fechas de culminar el octogonal. Después de la primera jornada en la que comenzó en el séptimo jugar, poco a poco fue escalando posiciones. Subió al segundo puesto en la segunda jornada; en la tercera y cuarta fechas fue cuarto lugar; en la quinta, tercero; y desde la sexta hasta la 11ava fecha, cuarto lugar. Ahora suma 18 puntos. Costa Rica, en cambio, pasó a la cuarta posición en la clasificación general, con 19 unidades, que de momento lo tiene en repechaje.




EL DOMINGO, FECHA CLAVE

El próximo domingo la selección nacional irá a Orlando a intentar cambiar la historia donde nunca ha podido arañar un punto, ni siquiera de marcar un gol, en sus cuatro enfrentamientos de visitantes con los gringos en partidos de eliminatorias. Por su parte, Costa Rica visita a El Salvador. 

Si el domingo Panamá no cambia la historia ante Estados Unidos, que con 22 puntos buscará asegurar su clasificación a Catar 2022, y Costa Rica gana su partido en el Cuscatlán, termina la película para los nuestros, que quedarían eliminados de toda opción antes de cerrar su participación ante Canadá el miércoles 30, en el Rommel Fernández.

PELÍCULA DE TERROR






¿Y qué pasó con Panamá?

Dos horas antes del partido me reuní en un restaurante con el colega y amigo Álvaro Sarmiento. Conversamos del partido. Estábamos claros que la única fórmula para seguir soñando estaba en ganarle a Honduras. Y coincidimos en que Panamá tenía cómo ganar. Sin embargo, ambos teníamos el temor de que los jugadores salieran confiados.

En la previa se dijo de todo por las redes sociales. Hubo gente y colegas que se mofaban del rival, como lo hicieron ante Costa Rica y El Salvador. Todos conocemos que Panamá tiene de "papá" a los catrachos por los últimos resultados, pero había que respetarlos. Nos preocupaba -a Sarmiento y a mi persona- que los jugadores que son en su mayoría jóvenes y grandes consumidores de las redes, se creyeran todo lo que se decía de Honduras. Como en efecto pareciera que sucedió.




El 12 de noviembre de 2021 Panamá gozó con la remontada en San Pedro Sula, en un  partido de la séptima fecha del octogonal, que se iba perdiendo (2-0) y que gracias, en gran parte, a dos errores puntuales de la defensa del local, se aprovecharon para darle la vuelta al marcador en los últimos minutos. Fueron tres remates a gol que no se desperdiciaron. Podría haber sido la pesadilla más grande que haya tenido el Bolillo Gómez, en un debut con una selección.

En esa séptima fecha, Panamá era cuarto en el octogonal, mientras que Honduras era último con tres puntos. Los catrachos perdieron los cuatro siguientes partidos antes de enfrentar el jueves de nuevo a Panamá: como visitante cayeron en Costa Rica (2-1) y Estados Unidos (3-0), mientras que como locales perdieron ante Canadá (0-2) y El Salvador (0-2).

El jueves todo estaba servido para la gran fiesta en el estadio Rommel Fernández. La gente se hizo presente desde tempranas horas para apoyar al equipo, seguros de una victoria ante el colero Honduras, que había sumado su tercer y último punto en la cuarta fecha, el 7 de octubre, como local ante Costa Rica (0-0). Los otros dos puntos los había conseguido de visitante en Canadá (1-1) en su primer partido, y en el Cuscatlán (0-0) contra El Salvador, en la segunda fecha.




Lamentablemente, Panamá presentó la noche del jueves su peor versión de este  octagonal. Thomas Christiansen dispuso de un plantel con la base de lo que es la selección. Solo faltó Eric Davis por acumulación de amarillas, quien fue reemplazado por el joven Jorge Gutiérrez.

Todo lo que tuvo Honduras en el partido le faltó a Panamá. Los catrachos salieron como si estuvieran jugando su pase al repechaje. Agresivos desde el primer minuto, con garra, disciplinados, sin dar libertades, siempre presionando al de casa. 

Cuando Rolando Blackburn anotó el gol de Panamá a los 23 minutos, los panameños fueron a festejar en un extremo de la cancha, mientras que los hondureños se reunieron todos en el centro, en circulo, abrazados, con las cabezas mirando el césped, conversando y dándose ánimo. Cualquiera pensaría que sería el comienzo de una novena derrota para el colero del octogonal.

Sin embargo, los hondureños no se cayeron. Continuaron dando la batalla. Empataron a los 65 minutos con un tanto de Kevin López, en lo que fue el primer punto después de cuatro derrotas en sus últimos cuatro partidos.

El  que si decayó fue Panamá, que nunca encontró el libreto del partido, sobre todo en el segundo tiempo. Atrás quedaron los partidazos que le hicieron a Estados Unidos y México en el Rommel Fernández. Contra Honduras, sin embargo, les faltó corazón, coraje, agresividad, juego de equipo, dirección del entrenador, lo contrario que si tuvo su rival.

No sé si la culpa sea toda de Christiansen. Pero fue evidente el bajón de los principales jugadores del equipo que tuvieron que ser sustituidos a los 61 minutos: Édgar Bárcenas y Alberto Quintero, por César Yanis e Ismael Díaz, que lo pedía a gritos el público desde las tribunas. Más tarde entraron Cecilio Waterman por Adalberto Carrasquilla, y Freddy Góndola con Cristian Martínez por José Luis Rodríguez y Jorge Gutiérrez.

Los cambios no surtieron efecto, el equipo continúo sin dirección ni un líder que le enseñara el camino de la victoria. Bolillo Gómez le ganó la partida a Christiansen con la ayuda de un material humano joven y muy diferente al que tuvo en el partido de ida en San Pedro Sula.


 


En la previa, en las redes sociales ya se había ganado el partido antes de jugarlo. Pero al final Honduras sacó su jerarquía con muchos de estos jugadores que tienen hambre de gloria, en una selección criticada por la afición y los medios. Los catrachos se van de nuevo del Rommel Fernández con un empate, como en su último encuentro de eliminatoria en la hexagonal de 2017 cuando Román Torres les empató en el último suspiro del partido 2-2. 

El jueves, Bolillo Gómez se salió con las suyas. Es claro que tenía estudiado a su rival, en un partido que podía ser de trampa como lo había anticipado Christiansen, por los nuevos jugadores con los que contaría el seleccionado visitante, que finalmente sorprendieron a propios y extraños.

Tampoco es válido decir que Panamá jugó mal así por así, podría subrayarse que Honduras lo hizo ver mal, con la ayuda del entrenador que nos llevó a la primera Copa del Mundo. 

Y aquí hago un paréntesis: me pareció que el Panzer Édgar Carvajal, el asistente, vivió más intensamente el partido que el mismo Bolillo Gómez. Como profesionales que son, la idea era no perder en el Rommel Fernández.
 

Moraleja: Nunca te confíes ni subestimes a tu rival.




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