UN CHICO QUE SE HIZO ADULTO

 TIRO A GOL

Campo Elías Estrada

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El CAI le ha dado otro aire a una Liga Panameña de Fútbol (LPF) que nos tenía acostumbrados a ver ganar a los mismos de siempre, a los considerados grandes, que se repartían los títulos como si la liga fuera su patrimonio. Una vez apareció el Euro Kickers ganando un título en los tiempos de ANAPROF, después lo hicieron Chorrillo y Sporting San Miguelito en la LPF, que fueron los primeros intrusos que se  atravesaron en el camino de los ganadores, pero sin ser consistentes ni perseverantes. 

En el 2015 apareció el CAI que jugó su primera final de la LPF, la disputó ya descendido de categoría ante Árabe Unido que los derrotó. De nuevo en la segunda división con Jorge Dely Valdés como su nuevo entrenador, la dirigencia comenzó a trabajar mirando con lentes largos. Pude seguir el proceso que se hizo en el ascenso y reflexionado sobre ese pasado cercano me parece como si todo lo que se hacía en ese tiempo era con una proyección a cuando regresaran a la primera división. 

En mayo de 2017 ganaron el ascenso subiendo a la primera división y en el primer semestre de 2018 ya se estaban apuntando su primer título en la LPF con el veragüense Donaldo González como su entrenador, repitieron después con el venezolano Francisco Perlo en el primer semestre de 2019 y con el mismo Perlo ganaron el pasado 20 de diciembre el torneo Clausura de 2020. 

En poco tiempo este niño de hizo adulto. Lo que ha hecho en los últimos tres años es meritorio, típico de de lo que tiene que hacer un equipo grande. En sus tres finales les hizo morder el polvo a dos colosos de la liga.

En lo deportivo su dirigencia apunta a ganador, siempre trata de armarse con planteles de buenos jugadores que marcan la diferencia, mientras que a nivel local se va ganando el aprecio de propios y extraños. Por lo menos, el mío ya se lo ganaron. Su directiva tiene ojo para fichar jugadores y entrenadores, lo que es importante en un equipo para aspirar ser protagonista.

Hoy su dirigencia apunta al futuro con un intento en hacerse a una infraestructura que se está convirtiendo en una realidad. Todo ese movimiento está dando sus frutos en el campo deportivo con tres títulos que no son producto de la casualidad, sino más bien del trabajo de todo ese grupo llamado Club Atlético Independiente, que ya mostró su marca a nivel internacional en de la Liga de Campeones de la Concacaf donde en su debut dejó en alto los colores de la LPF.

Decía el otro día el colega Nino Mangravita en su cuenta de twitter, que CAI podía ser considerado el equipo de esta década que está por terminar. Póngale la firma, le contesté. Y Nino lo lo decía únicamente por sus tres títulos y sus cuartos finales en la LPF, más lo que hizo en el ascenso, sino por la estructura que está montando su dirigencia que es digno de admiración y por lo que se hizo en la Concacaf.

Desde el 2011 hasta el cierre de la década en este 2020, Tauro fue el equipo que más títulos tuvo en los 19 torneos que se disputaron de la LPF, ganó cinco. Le siguió en ese orden Árabe Unido con cuatro, CAI y Chorrillo llevan tres, San Francisco, dos, y Plaza Amador con Sporting San Miguelito tienen ganado uno.

Frente a esa estadística los toros de Pedregal fueron los que más ganaron, pero la sensación que a mi me queda, es como si CAI lo hubiera sido. Tal vez porque uno se acuerda de lo más cercano, que del comienzo de la década, en ese aspecto lo que ha hecho CAI en los últimos cinco años, desde que disputó la final del Clausura de 2015 con el colombiano Jair Palacios, ha sido de un equipo en completo crecimiento.

En la última parte de esta década que está por culminar, CAI ha sido constante, sus jugadores le han regalado espectáculo a la liga y al aficionado, sobre todo en este último torneo que fue corto debido a la crisis del coronavirus en donde hubo equipos que no pudieron madurar en una ronda regular que fue rápida en la que únicamente se jugaron nueve partidos, allí el campeón sacó su casta por la buena plantilla que siempre lo tuvo como favorito. 

Hoy CAI le ha cambiado la cara a la LPF y el fútbol le está agradecido. En pocos años este chico se hizo un adulto, ganándose la admiración de los que nos gusta el buen fútbol.