miércoles, 30 de septiembre de 2020

LA MADRE DEL FÚTBOL DEL CHORRILLO

DOÑA JULIA

Julia Urrunaga


Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Doña Julia Urrunaga fue la primera dirigente que tuvo el fútbol panameño en el área del Chorrillo y aunque incursionó en el balompié a una edad adulta consiguió mantenerse a la cabeza por más de veinte años, rompiendo el molde de que el fútbol era exclusivo de los hombres. Hoy se la recuerda como la madre del futbol en ese sector de la capital.  

Fue dirigente del Chorrillo, por calle 25, con el equipo Deportivo Juventud con el que participó en la segunda división de la Liga Distritorial.

El exseleccionado nacional José Ángel Cuquito De Bello señaló que doña Julia, como cariñosamente se le llamaba, "fue declarada madre del fútbol chorrillero". 

"Fue la primera mujer participante en una junta directiva y representante ante la Liga Distritorial. Fue vocal de una junta directiva y tuvo representando a su equipo que era Juventud", indicó.




"Aparte de dirigente era masajista de jugadores de fútbol que acudían donde ella para que le diera masajes, pero también fuera del fútbol, y cito a Davis Peralta Jr. quien era uno que concurría mucho donde ella para que le diera masajes en los tobillos, la rodilla. Ella le daba masajes a un montón de gente", reveló Cuquito.

Menciono que doña Julia tenía un equipo modesto, "pero tenía un don, ya que en las filas de ese equipo siempre salieron jugadores buenísimos, que inclusive representaron a Panamá, como era el caso de Nestor Hernández, Reinaldo Córdoba, Conrado Córdoba, en realidad ella fue una mujer extraordinaria".

"En mi caso personal, yo la considero más que la madre del fútbol chorrillero, en la madre del fútbol panameño", afirmó Cuquito De Bello.

"Usted viera a esa mujer que era como un hombre dirigiendo y gritándole a los jugadores, tenía su carácter, fue algo extraordinario", mencionó el entrevistado.

"Esa señora rompió el molde de que el fútbol era solo para los hombres. Fue una mujer extraordinaria, hacía rifas, vendía fritura para conseguir los uniforme. Llevaba naranjas que le daba a sus jugadores después de una ardua jornada. Mientras otros daban ron y cerveza, ellas iba con su naranjas", recordó Cuquito De Bello.

"Ella empezó después del Plaza Amador, que comenzó en 1955 y del Chorrillo, que lo hizo en 1957, por allí entonces apareció doña Julia en los años 50", reveló el exseleccionado nacional.

Cuquito recuerda que por aquellos años había rivalidades de calles en El Chorrillo y doña Julia sacó su equipo que le llamó Juventud, también chorrillero. "Habían unas diferencias entre equipos del Plaza Amador, Chorrillo, Veranillo, en la calle 21, la 22, Barraza, en una época en la que igual había muchos jugadores. En medio de ese panorama estuvo doña Julia como dirigente.

Osvaldo Blackman, ex integrante de la junta directiva de la ANAPROF, recuerda que doña Julia se sacrificaba para tener un equipo.

"En todos los partidos llevaba frutas y nos daba a todos, sin egoísmo. Yo era plazino, pero detrás de ella hay muchas anécdotas bellas. Éramos niños y adolescentes y recordarla a ella me ha hecho revivir un bello recuerdo de mi infancia", señaló Blackman al rememorar el nombre de doña Julia.  

En medio de hombres, doña Julia.



HABLA  SU HIJO MARIO

Su hijo Mario Echeverría dice que ella se metió al fútbol cuando él jugaba fútbol y de allí nació su interés.

"Ella me acompañaba para todos los juegos y de allí nació todo", mencionó.

Ella tenía casi 40 años años cuando se interesó en el fútbol y por más de veinte años estuvo como dirigente, recordó su hijo.

"Mi madre fundó Deportivo Juventud. Yo jugaba en Chorrillo y después pasé a entrenar al equipo mientras mi madre era la presidente", comentó Echeverría.

"Al principio se llamaba Doña Julia y después se le llamó Deportivo Juventud, jugamos siempre en la segunda división, los partidos eran en el Juan Demóstenes Arosemena y en Barraza", aseveró.

Su hijo recuerda que en esa época se le llamó a su madre, la dama del fútbol, en un tiempo en que resto de la dirigencia eran hombres.

"Ella era muy estricta, siempre conseguía naranjas y le daba a los jugadores", recuerda el hijo mayor de cuatro que tuvo la señora Urrunaga.

"Ella iba a las reuniones, tenía un carácter fuerte, para conseguir fondos hacía rifas a 10 centavos, el patrocinio ella lo conseguía todo", indicó.

Echeverría mencionó que ella dejó de dirigir cuando se enfermó y con su mal de salud desapareció el equipo.

Mario Echeverría fue árbitro de primera y segunda división lo mismo que su hijo y nieto de doña Julia, que lleva el mismo nombre de su padre.






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