TIRO A GOL
Cuando leí el comunicado de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT) en el que anunciaba que no habrá torneo de la Liga Panameña de Fútbol (LPF) por lo que resta del 2020, miré el calendario para ver en qué año estábamos: es 2020. 'Oh, esto es real', me dije.
La noticia era un secreto a voces para una minoría, porque en las redes sociales había otra gente ventilado y desinformando con todo tipo de rumores sobre lo que sería el supuesto torneo de fin de año de la LPF.
El covid 19 desnudó por completo a la FEPAFUT y a la LPF, las despojó de sus máscaras de éxitos que tan bien le vendieron a la opinión pública. Desde marzo habíamos visto el triste panorama de nuestro fútbol, en un país que hace dos años había llorado con el gol de Baloy en el mundial de Rusia, pero que hoy los equipos no tenían dinero para pagarle a sus jugadores durante los primeros meses de esta crisis sanitaria lo que ocasionó el repudio de la Asociación de Futbolistas de Panamá.
Por mucho que se intentó especular en que era probable que la liga se reactivara en septiembre o en octubre, era casi improbable por las consecuencias de esta crisis de salud que hizo mella en el futbol panameño. Pero por una sabia decisión se determinó no hacer el torneo, una solución que a mi en lo personal me parece sensata, porque hay que ser realista, no existían las condiciones económicas para hacerlo.
Cuando leí el comunicado miré un calendario para cercionarme que no estábamos en 1988, porque a mis 59 años más este encierro de seis meses, era probable que mi mente estuviera perturbada. Pero no, era 2020.
Pensé, pero si hace dos años gozábamos por estar en el Mundial de Rusia, con empatarle a Brasil, con el CAI en la CONCACAF, con los partidos de la LPF, que de acuerdo a la dirigencia de la FEPAFUT, iba en camino a convertirse en una de las mejores ligas del área.
Pensé en tantos jugadores buenos que salen a Europa o en los que están en el patio. Pensé en que si esta crisis del covid 19 había cambiado el rumbo del mundo incluyendo a Panamá, al fútbol panameño lo había desnudado por completo, para mostrarnos la verdadera realidad de un país sin estructura, sin clubes, porque esa es una palabra grande para calificar a cualquier equipo panameño. Pensé, que lo del Mundial de Rusia había sido como un espejismo. Por un momento me sentí contrariado.
Hoy la dirigencia ha quedado mendigándole al gobierno, como ha sido siempre la constante, con un extra económico para levantar a este fútbol nacional que hoy está en cuidados intensivos. Lo poco que tiene la FEPAFUT se lo lleva la preparación de la selección nacional.
Alguien me dirá, pero si esto es lo que tenemos. Si, tiene razón. Es nuestra realidad desde 1988. Entonces pensaría en que lo de los mundiales habrían sido una excepción a la regla por lo que hicieron los jugadores. Sin embargo, como estructura la liga continúa en pañales, por más máscaras sonrientes que la FEPAFUT y la LPF se pongan para decirnos a todos que nuestro fútbol es un éxito.
Hoy la crisis que motivó el coronavirus le mostró la realidad de nuestro fútbol a las nuevas generaciones, mientras que a los que ya tenemos tiempo en esto, nos la volvió a refrescar.
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