miércoles, 20 de mayo de 2020

UN BALÓN DESINFLADO

TIRO A GOL




Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


 El Covid 19 está desestabilizando el orden de una sociedad que hoy está golpeada por la crisis que está generando este virus, en solo tres meses ya estamos viendo los estragos que está provocando esta pandemia, sobre todo en organizaciones que no están bien cimentadas, como la de nuestro fútbol, que hoy vive solo de apariencias como la del Mundial de Rusia 2018.

 Lo que sucede hoy nos corrobora que el principal producto de la Federación Panameña de Fútbol (FEPAFUT) ha sido la selección mayor, con menos cariño se ha tratado a la Liga Panameña de Fútbol (LPF) que a pesar de haber progresado en lo futbolístico, en lo promocional y en la divulgación de su torneo, no genera pasión frente a una fanaticada que solo tiene ojos para el equipo mayor. Es una realidad que no ha cambiado desde los tiempos de la ANAPROF. Por eso si hoy las autoridades de la salud dijeran que habría que jugar con estadios vacíos, no sería para nada una novedad en una liga que siempre ha tenido una floja asistencia de público. 

 De una u otra manera todos hemos querido arreglar el fútbol panameño, unos consideran que hay que regionalizarlo, otros que hacerlo profesional, otros que jugar con más equipos, son muchas las fórmulas que cada quien propone para mejorar nuestra liga, que hoy vive una situación crítica por lo del covid-19.

 Hoy el Atlético Chiriquí y Costa del Este tienen una deuda con sus jugadores que viene desde antes del covid 19 y que es lógico que con esta crisis la deuda se irá incrementando más que el mismo coronavirus. El hecho no ha pasado desapercibido por la Asociación de Futbolistas de Panamá (AFUTPA), que lo ha denunciado inclusive hasta señalando que podrían perder sus plazas de acuerdo a las normas establecidas por la FIFA. De la misma manera se criticó a la máxima rectora del fútbol nacional por la falta de liderazgo de su presidente en estos momentos de crisis, lo dijo Juan Ramón Solís en un conversatorio con Julio Shebelut en su cuenta de Instagram. 

  Con lo de Chiriquí me viene a la memoria todo lo que se dice de regionalizar el fútbol nacional, si echamos el cassette para atrás vemos que los equipos interioranos son los que más veces han descendido, lo que hoy pasa con el equipo del Valle de La Luna es otra raya más para el tigre. Los clubes interioranos, que cuentan con una buena plaza de fútbol, han sufrido económicamente sobre todo cuando los números no comienzan a cuadrar en la tabla de posiciones, lo de hoy es otra temporada más de esta serie. Por eso no creo mucho en que la regionalización de este deporte en el interior cambie el fútbol nacional.

 Hoy hay gente a favor y en contra con la postura de la AFUTPA, que ha criticado la posición de ciertos clubes con sus jugadores en tiempos del coronavirus, para algunos la organización que defiende a los futbolistas debiera de ser menos radical y solidaria considerando el momento de crisis que vive el país y el mundo, pero como bien lo dice Solís, la FIFA estableció un control en esta pandemia para que los clubes y jugadores la respeten y lleguen a un acuerdo contractual de forma integral y no unilateral.

 Desde el momento en que Panamá clasificó a su primera Copa del Mundo se pensó que todo iba a cambiar, pero no ha sido así, los estadios continuaron con poco público en los partidos de la LPF, en materia de dirigencia la FEPAFUT ha cometido errores, los problemas entre clubes y jugadores se mantuvieron, es decir, no ha habido mayores diferencias entre lo que se hacía antes de haber clasificado a Rusia y lo que se hace hoy. Corrijo. Si ha habido un cambio con la AFUTPA.

Por desgracia hoy apareció el coronavirus que ha destabilizado el mundo. La AFUTPA está defendiendo a sus miembros, que hoy son los más desprotegidos en el fútbol por la pandemia. Por lo que le escuché a Solís, lo que se busca en medio de esta crisis, que es real, es que por lo menos haya una buena voluntad entre los dueños de clubes y la FEPAFUT pensando siempre en el bienestar de los jugadores, al menos hasta la fecha tope establecida. 

Más adelante, como le escuché decir el otro día a Gary Stempel, antes de pensar en hacer cambios para nuestro fútbol, habría que buscar y crear las condiciones para poner a rodar el balón, que no será nada fácil para un país futbolísticamente pobre como el nuestro; ya después se mirará con lentes largos lo que se pueda cambiar, pero primero es saber cómo reactivar el fútbol. 

Hoy el balompié panameño está golpeado, la bonanza de la FEPAFUT se esfumó con el mundial de Rusia. AFUTPA está en su derecho de seguir denunciado lo que no se haga bien; recordemos sacando pecho y pensando, que:  somos un país mundialista gracias a esos jugadores que hace dos años hicieron conocer a Panamá en la vitrina donde asistieron las 32 mejores selecciones del mundo.

 Por el momento hay que pensar con cabeza fría con miras a lo que se viene, la rectora del fútbol nacional no debe caer en la soberbia, habrá que pensar en cómo darle de nuevo el movimiento a toda la maquinaria del fútbol panameño sin rencores ni perjudicando a nadie. Pero sobre todas las cosas, pensando primero si están dadas las condiciones para volver a jugar fútbol en un futuro cercano. Todos estamos golpeados, pero en el aspecto de los jugadores, creo que ellos tienen por fin a una organización que está defendiendo sus intereses. No están solos.

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