jueves, 2 de abril de 2020

EXTRAÑANDO AL BALÓN

TIRO A GOL


Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Cuando se paró el balón por el coronavirus, el mundo futbolístico quedó anonadado. Con el pasar de los días llegaron los primeros fines de semana y allí comenzó el verdadero martirio para los miles de aficionados del llamado deporte de las multitudes. Sin fútbol, esos días parecieron no tener sentido, se echaba de menos ver correr a los jugadores detrás del balón, hubo que apelar a otras distracciones, hasta que vino el encierro, para tapar el gran vacío que dejó este receso forzado.




  El mundo se paró. Los estadios quedaron vacíos sin sus huéspedes de los fines de semana. Hasta el sonido de cualquier insecto hace eco hoy en cualquier recinto deportivo que lucen desolados y vacíos como esqueletos, sin el cariño de los jugadores, aficionados y periodistas.

 Mientras se mantiene la pandemia, el balón ha dejado de rodar, los jugadores de correr, el público de gritar, los estadios de retumbar, los periodistas de opinar, los narradores de gritar el gol, la televisión y la radio de transmitir, los clubes de generar dinero, y las federaciones pensado qué hacer. Todo el sistema se alteró cuando el balón se inmovilizó por el covid 19.

 Hoy, los miles de aficionados tuvieron que arrinconarse en sus hogares en tiempos de cuarentena, para ver partidos del pasado y recordar lo que hasta hace unas semanas era su pasatiempo de los fines de semana. Para muchos este impase les ha parecido eterno sin fútbol.

 En Panamá, esos pocos aficionados que iban a los estadios a ver la Liga Panameña de Fútbol extrañan más al balón que esos otros que solo iban a ver los juegos de la selección nacional, en tiempos de bonanza. De cualquiera manera, se extraña al balón. Incluso los miles de aficionados cibernéticos que tiene el fútbol panameño por las redes sociales.

 Hoy no hay fútbol y con él se nos apagó la emoción de ver las fintas de un Messi, la velocidad de un Cristiano, los momentos del Barcelona y el Real Madrid, el glorioso paso del Liverpool. En cada país el aficionado extraña a los suyos con el fervor de hinchas. Las ganas de ver la Copa América y la Eurocopa de este año, quedaron para después.

 "Lo cierto que no solo el que juega, sino también el que mira, se siente representante de algo. Detrás de un escudo siempre hay una tribu: el colegio, el barrio, el pueblo, la provincia, el país...La fuerza de la identidad en el fútbol es tal que, aunque un club sea de un magnate nacido en el otro extremo del planeta y el equipo esté formado solo por extranjeros, el amor por el escudo seguirá intacto porque la identificación no es una cuestión étnica, sino simbólica", escribió sobre el hincha Jorge Valdano en su libro Fútbol: el juego infinito.

  Falta esperar a que llegue ese momento en que se reactive el fútbol, todos con impaciencia y a la expectativa para cuando el árbitro de el pitazo inicial, que ponga a rodar de nuevo el  balón. Será un momento crucial para que toda esa emoción de hincha, guardado durante todos estos días en que la pandemia nos arrebató el balón, vuelva a explotar en los estadios o detrás de la pantalla de un televisor.









   
  
 





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