miércoles, 25 de marzo de 2020

ARRESTO DOMICILIARIO

NUESTRO ESTILO DE VIDA


Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Nunca habíamos experimentado esta nueva forma de vida. Por más que se nos brindaron las oportunidades para que se pudiera convivir de manera responsable con el coronavirus, el gobierno panameño se vio forzado a decretar un toque de queda total, como sucede en Colombia y otros países, para que sus ciudadanos hicieran caso a las recomendaciones que no estaban siendo acatadas.

 Desde hoy todos estamos literalmente encerrados, con dos horas diarias para salir a la calle de acuerdo al último número de cédula. Es como una especie de arresto domiciliario, un palabra que estuvo de moda en el país durante los últimos meses. La gente siempre criticó esta modalidad de arresto, que en su entorno pareciera que estuviera diseñada para gente adinerada con poder económico y político, que de manera tácita provocaba una influencia.



La sala de nuestro apartamento.


 Hoy todo el pueblo panameño lo está experimentado. No se cual será la diferencia entre el arresto domiciliario del expresidente Ricardo Martinelli y otras tantas personalidades, con el que hoy vivimos de manera forzada por culpa del coronavirus. Tal vez la diferencia lo haga la crisis de este covid-19, porque el resto es vivir en casa sin salir de ella.

  Por el WhatsApp leí una frase que me llamó la atención: "Ya sabemos que sienten los animales en el zoológico". Yo diría que todavía no, porque este arresto domiciliario apenas comienza. ¿Se imaginan si este problema pasa más de los tres meses?





 Como sea, por el momento estamos intentando amoldarnos a este nuevo estilo de vida, en el que habrá gente que sí se ha tomado un tiempo en planificar pensando en el mañana, pero de seguro que la mayoría todavía no nos hemos puesto a pensar en ese futuro inmediato. En lo que todos habremos coincidido es en comprar  comida y tener llena la nevera, que es lo que más nos preocupa, por si llegara a escasear, el resto me imagino que vendrá por añadidura, con el pasar de los días.

Por el momento hoy somos presos de los celulares, principalmente. La moda del whatsApp nos entretiene. Hollywood se quedó pequeña con tantos artistas anónimos que han salido a través de estos móviles, unos son más ingeniosos que otros. Todo lo que recibimos nos saca de alguna manera una sonrisa, sin distinción de edades.

 Con el pasar de los días comenzaremos a experimentar los efectos de este encierro forzado, todas las clases sociales lo sentirán, una más que otras. Más adelante aparecerán los sicólogos para darnos tips de como manejarnos mentalmente para sacar el estrés de este arresto domiciliario.

 Por ahora todavía hay tiempo para la risa, Dios quiera que se mejore el panorama y se consiga una cura para este mal. Hoy todos añoramos ese pasado que hace unas semanas lo perdimos en la esquina, por el momento  enfrentamos un presente desde nuestras trincheras, cruzando los dedos, sumergidos en los celulares, rezando al Señor y a todos los santos, cada uno a su manera, sintiendo los estragos del encierro.

 Todavía no se nos ha olvidado el día que es hoy. Síntoma de que estamos claros.
  





 

     

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