viernes, 21 de marzo de 2025

OTRA ALEGRÍA EN EL NORTE

TIRO A GOL 





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


En el fútbol como en diferentes facetas de la vida, nadie es imprescindible. Pueda ser que el ausente haga falta, pero cuando el que ocupa su lugar hace un buen trabajo, el resultado final es lo que vale.

Por fortuna, a la selección de Panamá, que ha tenido a grandes ausentes en los dos últimos torneos: la Copa América 2024 y la fase final de la Liga de Naciones 2025, sus reemplazos han cumplido a cabalidad, tapando el hueco que dejaron sus compañeros. En el torneo continental se terminó entre los ocho mejores del evento y en el de CONCACAF se clasificó, este jueves, por primera vez, a una final, en ambos torneos sin algunas de sus principales figuras, por lesiones.

Frente a esos dos serios obstáculos, el entrenador Thomas Christiansen ha tenido que armar un equipo competitivo, ante la lloradera de un gran sector de la prensa por la ausencia de jugadores importantes y claves, que los lleva a pensar en que la selección les pertenece solo a los 11 habituales jugadores que siempre vemos en la cancha.

En esta oportunidad, Christiansen se tomó todas sus precauciones para hacerle frente en su propia casa a Estados Unidos, el gran ganador de la Liga de Naciones. El técnico danés era consciente que en la fase final de los dos últimos torneos se había perdido sus cuatro partidos, sin goles a favor y con siete en contra. Había que cambiar esa triste imagen.

Sin embargo, el rival de casa hacía más difícil las cosas, pero también el técnico era consciente que asimismo sucedió contra el mismo rival que fue anfitrión de la Copa América y al que lo eliminó en la fase de grupos. ¿Por qué no hacerlo de nuevo?

Cuando se dio a conocer el once inicialista, se notó que había mucha gente de marca, entre ellos dos jugadores novatos en estas lides, y solo un par de ofensivos. En parte eso llevó a pensar que era por respeto al dueño de casa. 

No obstante, fueron los jugadores los que tuvieron que desarrollar la idea que se propuso el entrenador y de verdad que la hicieron ver  bien.

A diferencia de la mayoría de los partidos, por no decir que todos, Christiansen se apartó un tanto de su filosofía, esa de jugar siempre a la ofensiva, pero este jueves en el Sofi Stadium fue precavido. Primero, pensó en defender bien, para después atacar, tal vez por la categoría del rival. Antes, daba la impresión que sucedía todo lo contrario.

Con ese criterio se hizo ver menos a Estados Unidos, defendiendo sin desesperarse y aprovechando cualquier error para atacarlo, como sucedió en algunos tramos del partido, pese a que el dueño de casa fue el que llevó el ritmo del juego.

Con el transcurrir de los minutos, jugadores como Edgardo Fariña, Jorge Gutiérrez o Carlos Harvey, comenzaron a sentirse como si hubieran jugado toda una vida con el equipo mayor.

Se pensaba también, que Adalberto Carrasquilla iba a estar más suelto, para convertirse en una especie de armador, pero fue el fulo Cristian Martínez el que le puso carácter arriba y terminó siendo la bujía que le dio ofensiva al equipo.

Orlando Mosquera respondió como siempre en la portería, César Blackman hizo que nos olvidáramos de Amir Murillo, mientras José Córdoba se hizo sentir como el líder de la defensa. El Puma José Luis Rodríguez y José Fajardo pusieron su cuota de sacrificio, mientras que Aníbal Godoy, con su veteranía y su banda de capitán lideró al equipo con su comportamiento de guerrero.

Carrasquilla puso su cuota, algunos dirán que no tuvo la brillantez de hace años, pero él siempre está en la jugada. Dio una asistencia de lujo  para el gol de Cecilio Waterman, que antes había peleado un balón y estuvo atento para el pase del jugador de Pumas, en una jugada donde también estuvo aplicado Janpol Morales, que había ingresado sobre los minutos finales.

Este jueves la estrategia funcionó, porque los jugadores fueron funcionales. Un equipo lo componen más que los 20 que se convocan. Lo bonito de esta segunda victoria consecutiva sobre Estados Unidos radica en que Christiansen tuvo los mismos problemas cuando los enfrentó en la Copa América, pero en esta oportunidad fue más cuidadoso y los jugadores se la creyeron.

Ahora, el domingo, hay que enfrentar a México en la final. Así como ya era hora de que se llegara a una final de este Liga de Naciones, también es hora de que Panamá gane algo con su equipo mayor. No creo que sea mucho pedir después de lo que se acaba de conseguir.

Amanecerá y veremos.

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