TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
Dos días después, todavía siguen crucificando a los panameños Orlando Mosquera y José Córdoba, por la derrota contra México, como si ellos hubieran sido los culpables directos de que Panamá se quedara con los crespos hechos en su quinta final perdida de un torneo de CONCACAF. Hay mucho más atrás en esos dos errores, que los voy a explicar con mi propio punto de vista.
Le respondía a un amigo que me preguntó sobre estos dos jugadores, que los dos son parte del problema, pero no son los culpables directos de lo que le haya pasado a una selección que salió a defenderse en una final, aunque haya sido con un orden táctico, esperanzada a que se repitiera lo sucedido contra Estados Unidos en las semifinales.
No se puede desconocer que Mosquera y Córdoba cometieron crasos errores que incidieron en el resultado, pero yo no los voy a crucificar, porque los desaciertos son parte del juego y más tratándose de una final. Y más todavía, teniendo a México o Estados Unidos como rivales, que han derrotado a los panameños en cuatro de las cinco finales perdidas.
Los errores partieron de la presión del rival, que no se cansó de encimar el área chica de su oponente. Y como se lo manifestaba a mi amigo, hay que recordar que se trató de dos jóvenes jugadores panameños que salieron de una Liga Panameña de Fútbol (LPF) que no es profesional.
Los jugadores que salen de la LPF vienen a hacerse profesionales y a sentir la adrenalina que da el fútbol, cuando emigran a otro país, allá se percibe la verdadera pasión que despierta este deporte. Algunos más que otros han sobresalido por su calidad innata, me refiero a los Dely Valdés, Rommel, Mendieta, Baloy, Román, Blas, Tejada, Gavilán, Garcés, Penedo y otros más. Luego son llamados a la selección mayor, donde la presión es otra, yo diría que peor, sobre todo hoy, cuando en Panamá algunos piensan que somos los mejores de CONCACAF y América.
Que yo sepa, Mosquera y Córdoba no son dos super jugadores que sean reconocidos internacionalmente como los mencionados arriba. A los dos se los conoce en nuestro país y en el área, pero no son unas super estrellas. Tampoco provienen de clubes élites de Europa.
Frente a todo esa pasión que ha despertado la selección mayor en los últimos 20 años, debe sentirse mucha presión ponerse la franela tricolor, solo los jugadores que lo han hecho deben saber de qué se trata. E imagínense, jugar ahora una final de CONCACAF contra México por segunda vez en dos años. Claro, que los errores para el más chico están a la orden del día. El portero lo cometió al inicio y el defensa al final, en balones cruzados del rival, lo que quiere decir que la presión existe desde el principio hasta el final, y más cuando tienes en frente a alguno de los dos colosos del área.
Mucha gente está desconcertada con los dos jugadores, pero hay que ver que se trata de jóvenes panameños, que provienen de una liga que no lleva gente a los estadios y que hoy juegan en modestos clubes del viejo mundo (El fútbol israelí pertenece a la UEFA).
Y ha pasado otras veces. Por lo regular en Panamá siempre se ha dicho que la CONCACAF favorece a los dos grandes del área, por lo que llegar a una final regional es una osadía. Y aún así, Panamá se ha metido a cuatro finales frente a estos dos colosos, en que los resultados han sido los mismos, con errores o sin errores.
En la eliminatoria para el Mundial del 2014 en Brasil, Panamá, con una selección más consolidada que la actual, le permitió jugar el repechaje a un México, en la peor versión que se recuerde de los aztecas. Se perdió el último partido de la hexagonal en el Rommel Fernández, en los minutos finales contra Estados Unidos, un partido que lo estaban ganando, lo que eliminó a los nuestros y le permitió a los mexicanos, que también perdieron en su visita a Costa Costa Rica, conseguir de carambola su boleto para el repechaje.
Por eso, no siempre se puede afirmar que la CONCACAF juega para México o Estados Unidos. En esta cuarta edición de la Liga de Naciones, Panamá eliminó en semifinales a los gringos en su propia casa, que habían ganado las tres ediciones anteriores, y como dice el refrán, después de matar al tigre se asustó con el cuero, en el partido donde pudo hacer historia.
Que hubo dos errores abismales ante México, que incidieron en el resultado, no se puede negar, pero a mi en lo personal me parece que Panamá salió a especular con una nómina defensiva esperanzada a que se le repitiera el milagro del juego contra Estados Unidos, y en una final el que no sale a ganar pierde. Al menos, los mexicanos si salieron a ganarla.
Claro, la noticia de la derrota con México fue el error de Córdoba, y muchos se olvidaron de lo sucedido en los 90 minutos del partido. Ahora, cada quien es libre de opinar, pero lo que jamás me pasaría por la cabeza, sería en pensar algo extradeportivo en los errores de los dos defensas panameños.
Ya Mosquera y Córdoba tendrán su revancha, seguro que más temprano en que Panamá repita con otra final de un torneo de CONCACAF.
Excelente colega. Bien enfocado y elaborado. A Panamá le salió el sistema defensivo ante USA, pero no puedes aplicar lo
ResponderEliminarMismo contra otro rival. Si no tiras ni amenazas, no puedes lograr tu objetivo ( golear). Los dos errores fueron nuestros por la presión q tuvo Mexico. Porqué no lo intentamos nosotros? En el segundo tiempo nos dedicamos a defender, nunca a atacar, esperando un desenlace como ante USA. Honduras es hijo de Panamá desde hace más de 10 años y ellos atacaron y
Le metieron 2-0, pero en la vuelta se
Metieron atrás y perdieron . Dudar de Kuty y Córdoba es una irresponsabilidad mayúscula. Ya vendrán nuevas finales. Saludos apreciado colega y amigo.