lunes, 4 de septiembre de 2023

LA VIOLENCIA VUELVE A SACUDIR AL FÚTBOL PANAMEÑO

 RECUENTO



Gilberto Hernández FOTO/El Siglo


Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com



La muerte del futbolista panameño Gilberto Hernández, el domingo 3 de septiembre, en  Colón, en una balacera que dejó heridas a otras personas más, volvió a estremecer al fútbol panameño.

Hernández, de 26 años, ex jugador del CAI, y de la selección nacional, se sumó a la desaparición de otros futbolistas panameños que directa o indirectamente han perdido la vida en situaciones de violencia.

La muerte de Gilberto Hernández volvió a recordar la desaparición del seleccionado y jugador del Árabe Unido, Amilcar Henríquez, en un crimen atroz, ocurrido el 15 de abril de 2017 en Colón.

En este blog haré un corto recuento de lo que escribí alguna vez en La Prensa, hasta el último hecho de crimen, que lo tengo registrado hasta 2017 con el eterno Amilcar.

Uno de los primeros hechos de violencia que se tienen registrado comenzaron en  1990 con la muerte de Miguel Tello, cuando el fútbol semiprofesional de ANAPROF llevaba tres años de vida.

Más luego se comenzaron a darse otros casos, a partir de 2003. 

Futbolistas de diferentes edades y en circunstancias parecidas fallecieron  producto de la violencia y la delincuencia.

Miguel Tello fue uno de los primeros que fallecieron bajo estas circunstancias, en el que la violencia no ha perdonado nombres.

Tello, jugador del Plaza Amador, fue el goleador y el jugador más valioso  del primer torneo de ANAPROF en 1988, cuando su equipo alcanzó su primera estrella. El jugador era conocido como "La alegría del pueblo" y murió a los 19 años en Barraza, un 11 de  marzo de 1990.

Por esos tiempos, ANAPROF instituyó el "Tello de Oro", un trofeo traído  desde Colombia, para recordar a uno grande al que la violencia le cortó su camino.

 Daniel Montilla, seleccionado nacional, jubilado de la policía, goleador y  entrenador, murió en el 2003 producto de la delincuencia, en un robo. El futbolista del Atlético Panamá y de varios clubes  chorreranos, fue uno de los jugadores panameños que  estuvo en la  primera eliminatoria mundialista de 1976.

 Emmanuel Ceballos, seleccionado nacional en la Copa Centroamericana de 2003, fue muerto por una bala perdida cuando se encontraba con su novia en una discoteca, en momentos cuando el país vivía la gloria con su selección Sub 20 que se preparaba para jugar en el Mundial de Emiratos Árabes Unidos.

 Javier Castro, exjugador del Plaza Amador y de la selección, fue  ultimado en Barraza en las mismas circunstancias, en el 2004.

 Gustavo Cisneros, fue muerto a balazos en la Plaza Amador.

 Por años no se volvió a conocer de más hechos lamentables en el fútbol panameño hasta el 2008, cuando mataron a David Pontiles.

 Pontiles, jugador del Alianza de 24 años, había formado parte del plantel que jugó la final en el Apertura de 2003, murió en mayo de 2008 cuando conversaba con unos amigos en su casa, en Tocumen, y fue acribillado por desconocidos que se movilizaban en un automóvil.

 Cinco meses después fue asesinado Manuel Aparicio, un jugador que había sido miembro de una selección Sub 20.

 Un año después falleció Abdul Galván Ruiz, de 22 años, jugador del  Chorrillo FC. 

 El 2011 fue nefasto para el fútbol panameño en el que murieron tres jugadores y un entrenador.

 El mayo acribillaron a  Javier de La Rosa en el mismo colegio del  Artes y Oficios, cuando se disponía a subir al bus después de haber conseguido el pase a la final con el Chorrillo, en un partidazo donde derrotaron al Tauro. 

Con 21 años de edad, De La Rosa había formado parte de las selecciones juveniles, más adelante tuvo problemas con la ley y retornó al fútbol, pero el pasado no le perdonó y fue abatillo casi que en plena faena.

 En julio de ese año fue abatido Abdul Chiari, en ese entonces asesor  técnico del Árabe Unido, cuando se dirigía al estadio Armando Dely Valdés.

 Por un tiempo, Chiari había emigrado a Estados Unidos, y de regreso a Colón fue asesinado por un menor de edad.

 Enrique Augusto Bulgin, de la Sub 19 del Tauro, fue abatido en agosto de 2011 en la vía Cincuentenario.

 En diciembre de ese año, Eric Luna, de 18 años, guardameta del equipo de reservas del Plaza Amador, fue asesinado a balazos cuando  conversaba con unos amigos en su casa en la ciudad capital. Un auto apareció a velocidad y disparó sobre el jugador.

  En el 2012 año fue asesinado el portero Gilmar Torres, ex seleccionado,  en ciudad Radial. Tenía 26 años. Jugó en Alianza, Tauro, Atlético Chiriquí, y Suntracs. 

Torres le había dado la clasificación a Panamá para el Preolímpico de  Estados Unidos 2008, en un partido de repechaje contra los ticos, en
un episodio confuso.

 Otro seleccionado de las menores fue victima de la violencia en marzo de 2013.  Se trató de Bryan Santamaría, de 18 años, jugador del Atlético  Chiriquí  y mundialista con Panamá en el Mundial de México 2011, falleció a tiros en David, Chiriquí.

 En el 2013, murió Jesús Chu González, ex seleccionado nacional y ex jugador del Plaza Amador, unos días después de hacer recibido 
golpes por unos delincuentes que intentaron robarle en Santa Ana.

 En julio de 2013 falleció Miguel Lasso, uno de los grandes exponentes  del fútbol Sala, que fue abatido a balazos en la madrugada del domingo 21 de ese mes, a la salida de la discoteca la Gran Estación.

 Lasso había sido el máximo artillero del Premundial de Guatemala de 2012 con nueve goles y en el Mundial de Tailandia hizo dos. Estuvo en más de diez torneos de futsal en Panamá y había sido goleador en siete de ellos. Se dijo que llegó a marcar hasta más de 400 goles.

 Juan Serrano, jugador de Panamá Oeste, fue acribillado en marzo de 2014 en el Porvenir de Pedregal. Jugó en Chorrillo FC y  Alianza FC, así como en Tierra Firme FC y CD Pan de Azúcar, ambos de la Liga Nacional de Ascenso (LNA). 

 Serrano se encontraba junto a un amigo en una vereda hasta que fueron interrumpidos por unos sujetos que llegaron en un vehículo y le  dispararon.

 En abril de 2014, Julio Andrade, de 22 años, fue asesinado en un callejón de la calle 10 y avenida Santa Isabel, en el Corregimiento  de Barrio Sur en Colón. 

Andrade fue jugador de las reservas del Árabe Unido y del Sporting San Miguelito, tenía prontuario delictivo, de acuerdo a la  Policía Nacional de Colón.

El domingo volvió a caer otro futbolista en Colón, Gilberto Hernández.

Hernández había formado parte del plantel que jugó ante Argentina el 23 de marzo. Jugó con la camiseta número 14, ingresó en el segundo tiempo y se había llevado el bonito recuerdo de una foto con el 10 argentino, Lionel Messi.


 

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