TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
Los errores son parte del deporte, sobre todo los de conjunto, que muchas veces inciden en los resultados, algunos son propios del infractor y otros, como el del portero del París Saint Germain (PSG), Gianluigi Donnarumma, son provocados. Pero más allá de esa equivocación, la victoria fue toda del Real Madrid.
El de este miércoles fue un regalo para los que amamos este deporte, sobre todo para los que no tenemos bandera con ninguno de los dos clubes, porque lo pudimos digerir sin la pasión de un hincha, más bien con la pasión de ver siempre buen fútbol. Lamentablemente, el error de Donnarumma terminó siendo el centro de atención para una gran mayoría, desestimando lo que hicieron Karim Benzema, Luka Modric o Vinícius Junior, que fueron fundamentales en la remontada.
"El fútbol (o el equipo) es un estado de ánimo", dijo una vez Jorge Valdano, una frase que quedó marcada para siempre y que resume en parte el desenlace que tuvo este partido de octavos de final de la Liga de Campeones de Europa, que clasificaba al ganador de la llave a los cuartos de final.
Cuando el PSG contrató a Lionel Messi muchos confiaban en que era la hora para que el equipo parisino cambiara la historia y ganara la Champions League, el plantel que tenía Mauricio Pochettino era de ensueño, sobre todo en la parte ofensiva. En esa ocasión escribí un artículo que titulé: No todo lo que brilla es oro.
En ese escrito recordaba de las experiencias pasadas del PSG en el torneo, que siempre le quedaba grande en las instancias finales, me decía que era como si ese mal formara parte de su ADN. Este miércoles volvió a pasar lo mismo con otra generación de jugadores, esta vez con las estrellas Kylian Mbappé, Neymar y Lionel Messi, entre otros, un tridente que con solo nombrarlos le meten miedo a cualquiera.
La historia no cambió para el PSG. Yo era uno de los tantos que pensaba que Real Madrid no iba a poder remontarle al equipo parisino por la manera como jugó en el partido de ida. No encontraba espacio como para pensar en que el equipo de Carlo Ancelotti pudiera darle la vuelta al marcador (1-0).
El primer tiempo del juego de este miércoles reafirmaba mi pensamiento, fue una paseada la que le dio el PSG al Real Madrid, que solo tuvo unas escaramuzas en los primeros diez minutos del partido, después vino la magia de Mbappé con un gol que redondeaba todo el espectáculo que estaba exhibiendo con el balón el equipo de Pochettino. Como llegó a decir Valdano, el fútbol es un estado de ánimo y el del PSG estaba por las nubes. Durante el intermedio uno se preguntaba: ¿cómo hará el Madrid para remontar? Era hasta impensable imaginárselo.
Sin embargo, a falta de media hora para concluir el partido, comenzó el camino de la remontada, primero con un error de Donnarumma, que estuvo precedido de una provocación de Benzema. Allí el delantero del Real Madrid tocó al portero lo que muy bien pudo haber sido falta, porque se dice que el cancerbero es intocable en su área chica. Hubo ex porteros, como el mundialista Óscar Córdoba, quien señaló que había sido infracción del 9 madridista.
Los errores forman parte de un partido, tal vez los de un portero sean más evidentes y sobre todo en un juego de tanta trascendencia como el del miércoles. Pero el mérito fue de Benzema que fue a buscar al cancerbero, ese es el valor de la intención del goleador madridista, que así como siempre intentó atacar, también fue a presionar en defensa.
A partir de ese momento el estado de ánimo de uno cambió para bien y el del otro para mal. Pero los estados de ánimos tienen que ir precedidos del temperamento que pongan los componentes de un equipo, que no solo se puede quedar con ganas únicamente, en ese sentido Modric, Benzema y Vinicius se pusieron el overol, el resto del plantel cambió de chip, todos se levantaron después de haber quedado en el suelo por 150 minutos de la llave, mientras que el público entró en histeria llevando a los visitantes a ese miedo escénico que provoca el Santiago Bernabéu, del que habla Valdano, que fue el que terminó de hacer su parte.
La moraleja final es que el dinero no lo es todo. Las estrellas también tienen sus estados de ánimo por muy crack que sean. Son se carne y huesos. Los astros del PSG sucumbieron ante la desidia del resto de sus compañeros que no se pudieron recuperarse del bajón anímico que provocó el error de su portero, que aún con el 1-1 estaban clasificando a los cuartos de final. Fue un equipo sin un líder, que en esos momentos cruciales se necesitaba, para que pusiera orden en medio de ese desorden que había provocado el gol de Benzema.
De nada valió que por un momento el PSG recupera el balón después del primer gol del delantero francés, en el que por unos instantes le bajaran las revoluciones a su rival. Pero ya era tarde, el estado de ánimo del Real Madrid y de sus principales estrellas estaba por las nubes, por eso una vez recuperaron el balón fueron por la remontada provocando los errores de los jugadores parisinos hasta conseguir dos goles más con Benzema.
Fue una noche mágica para el histórico de la Champions League donde se hizo valedera la frase que reza: al Real Madrid nunca hay que darlo por muerto.
Gracias al fútbol por este bello y entretenido partido.
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