UNA REMONTADA IMPENSABLE

TIRO A GOL 

Selección que inició ante Honduras.

Campo Elías Estrada

cestradacampo@gmail.com

PALMIRA, COLOMBIA. -Hay que reconocer que a Thomas Christiansen le ha tocado difícil venir a dirigir a Panamá, en tiempos de pandemia, en su primera experiencia con una selección nacional. 

Sin conocer del todo el entorno panameño, con apenas un año en el país, se le ha visto que sobre la marcha ha ido jugando con las alineaciones tanto en la primera fase de la eliminatoria para Catar 2022, la Copa Oro, y ahora en el octogonal, como tratando de armar en cada partido este difícil rompecabezas que es la selección y que asumo todavía le falta un resto por completar.

Sin embargo, el entrenador danés se ha mantenido fiel a sus principios, sin dejarse persuadir o influenciar por los medios o la afición. Cuando ha ganado lo ha hecho con lo suyo y cuando ha perdido, también ha sido con lo suyo.

La noche del viernes le tocó sufrir ante Honduras en San Pedro Sula. Dispuso de una alineación con un par de jugadores que muchos no lo veíamos oportunos para comenzar el partido, como por ejemplo,  Stephens. Me imagino que estaba tomando las precauciones del caso temiendo no cometer los errores de su último partido en el que fue goleado en Canadá.

También por el hecho que a su lado estaba un entrenador que conocía mejor el fútbol panameño que él, como era el caso con el Bolillo Gómez, sumado a ello, con las ausencias de Aníbal Godoy, Alberto Quintero y Édgar Bárcenas, que conociendo las cualidades de los tres jugadores y de lo que representan para la selección, eran bajas de mucha consideración, difíciles de suplir en este momento de la eliminatoria.

Siempre he considerado que los partidos de visitantes son difíciles y más para Panamá, que en eliminatorias solo le viene ganando a Jamaica y a Honduras en estas instancias finales. Y aunque se llevaba 21 años sin perder con los catrachos en estas lides, hasta los 77 minutos muchos pensábamos en todo menos que en una remontada como la que se dio anoche en San Pedro Sula.

Pensé que los hondureños iban a cortar esa racha por la manera en que estaban jugando, que sin haber sido nada del otro mundo, tenían el control del partido, en momentos en que confiados con el 2-0 y apoyados por el olé, olé de su afición, eran dueños del compromiso. El Bolillo Gómez se estaba saliendo con las suyas, me decía en mis adentros.

Pero en ese juego de alineaciones y de los cambios, con el que se habían ganado partidos y también se habían perdido, esta vez surtieron efecto en el momento menos esperado, cuando más de uno jamás se imaginaba en el desenlace que iba a tener el compromiso.

Fue un final de película, alucinante, como escribió el reconocido estadístico Mister Chip en su cuenta de twiter: "@fepafut es la primera selección  en toda la historia de las eliminatorias para la Copa del Mundo (en cualquier confederación), que gana fuera de casa tras llegar al minuto 75 de partido con 2 goles de desventaja".

"Las palabras no alcanzan, todo es alegría en Panamá", escribió en su cuenta de twitter la Concacaf, en lo que me pareció la mejor definición de lo que se vivió anoche después del partido. Un final espeluznante para los catrachos y memorable para los nuestros. Las sustituciones cambiaron  el partido (Waterman, Fajardo, Yanis, y Browne) ante un rival que quedó frío con el primer tanto de Waterman, que enmudeció con el de Yanis y que se silenció con el del Davis. 

Fue un partido con errores de parte y parte, en cuatro de los cinco goles hubo desaciertos defensivos, solo el de Davis fue una pintura de Picasso. En ese aspecto hay que mejorar para lo que viene. Los  25 minutos finales se jugaron con guapeza e inteligencia, aprovechando los errores del rival y siendo certeros en las tres oportunidades que se le presentaron a Panamá en un espacio de ocho minutos, con una definición de 10 puntos.

Una victoria por partida doble: primero, derrotando a un rival sobre el que se mantiene una paternidad cuando se lo visita y, segundo, por haber sido ante un técnico que nos clasificó al Mundial de Rusia y que en la cancha era el principal enemigo por el hecho que conocía al dedillo nuestro entorno. Sin embargo, el viernes 12 sus ex dirigidos le dieron una ingrata bienvenida al octogonal de Concacaf.

Después de haber concluido la primera vuelta del octogonal, Panamá conserva su cuarta posición de repechaje en la clasificación general, detrás de Estados Unidos y México que están al frente con 14 unidades, Canadá que le sigue con 13, y Panamá con 11. El resto, Costa Rica, Jamaica y El Salvador, están distantes a cinco puntos de los panameños, y Honduras a ocho unidades.

Para los que le gustan las estadísticas. En siete partidos, Christiansen tiene los mejores números con Panamá en fases finales de una eliminatoria de Concacaf. Suma 11 puntos producto de tres victorias, dos empates y dos derrotas.

Para Brasil 2014 y Rusia 2018 con Julio Dely y Bolillo Gómez, respectivamente, sumaban siete puntos, en ambos hexagonales con las mismas estadísticas: una victoria, cuatro empates y dos derrotas. Curiosamente, las únicas victorias fueron ante Honduras de local, con el primer entrenador (2-0), y de visitante con el segundo (0-1).

Para el entrenador danés fue su victoria número 11 en 22 partidos con Panamá, en16 juegos oficiales y 6 amistosos. En partidos oficiales fue apenas su noveno triunfo esta vez frente al rival que los había derrotado en al última Copa Oro.

El próximo martes Panamá recibirá a El Salvador en el estadio Rommel Fernández, en el comienzo de la segunda vuelta.

Esto apenas comienza, estamos en la mitad de la eliminatoria, faltan siete partidos.