lunes, 18 de octubre de 2021

EL REGRESO DEL BOLILLO GÓMEZ

TIRO A GOL 






Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

Los últimos enfrentamientos por las eliminatorias entre panameños y hondureños han estado picantes. Hasta los reggaetoneros entraron en combate unos días antes de un partido. Todo se originó desde el momento en que Panamá les ganó en San Pedro Sula en los tiempos de Julio Dely Valdés como entrenador, entonces la rivalidad se hizo latente.

Ahora, con la contratación del entrenador colombiano Hernán Darío Bolillo Gómez, el próximo enfrentamiento del 12 de noviembre, en San Pedro Sula, se torna más interesante. Era el condimento que le faltaba al plato.

Panamá llegará a su séptimo partido con el que cerrará la primera vuelta del octogonal para Catar 2022, como cuarto en la tabla de posiciones, con ocho puntos, Honduras lo hará como colero con tres unidades, más el estreno del entrenador que nos llevó a la primera Copa del Mundo. 

Jugadores de Honduras en uno de sus últimos entrenamientos.



En los próximos 25 días antes del compromiso, todo girará en torno al Bolillo Gómez, de lo que diga o deje de decir. Hoy sus detractores lo terminarán de crucificar en las redes. Si el 12 de noviembre gana, los hondureños retomarán el aliento y la confianza con el entrenador, porque ganarle de local a los panameños en las dos últimas eliminatorias se les ha convertido en un dolor de cabeza.

Habrá mucha tela por cortar con la llegada del Bolillo Gómez a Honduras. De alguna manera, eso también incidirá indirectamente entre los jugadores y el cuerpo técnico panameño, pues si hay un entrenador que conoce bien el fútbol nuestro es el estratega colombiano. Me dirán algunos, que los jugadores son los que juegan, pero nadie puede desconocer que el técnico cafetero es un zorro viejo en este tipo de competencia, por eso habrá que considerarlo para ese compromiso, como el jugador 12.

Hernán Darío Gómez quedó en la historia del fútbol panameño como el entrenador que clasificó al país a su primera Copa del Mundo, lamentablemente, por lo que sea, así como hay muchos que lo idolatran, también hay otra buena cantidad que lo adversa y nunca le han reconocido el habernos clasificado a Rusia 2018.

En cualquier otro país futbolizado, lo que hizo el bolillo Gómez sería para enmarcarlo. En un sentido figurado, le hubieran hecho una estatua, más en un país como el nuestro, donde el fútbol no tiene estructura y su liga no despierta pasiones.

Selección de Panamá.



Una vez se conoció el fichaje del entrenador colombiano en Honduras,  se volvieron a escuchar y a escribir comentarios denigrando todo lo que hizo el Bolillo Gómez en Panamá, como si la clasificación al Mundial de Rusia se hubiera hecho solo con el esfuerzo de los jugadores, dirigiéndose entre ellos mismos en la cancha, sin ningún cuerpo técnico en la banca. 

Tal vez el colombiano no hizo un proceso, lo que muchos le cuestionan, o que no se ensució mucho en la cancha, lo que sea, pero en mi opinión el legado que le dejó a sus dirigidos estuvo en los entrenamientos y, principalmente, en el camerino. El equipo que dirigió era un plantel que en su mayoría venían jugando juntos en un largo proceso, se conocían al dedillo, con una base de jugadores ya curtidos en el exterior, por lo que solo era cuestión de una orientación. 

En el camerino, el entrenador les cambió su manera de pensar, lo físico y técnico ya lo tenían. En su etapa de madurez les inyectó otra manera de pensar, les hizo creer que estaban para cosas grandes, de esa manera les fue haciendo madurar la idea por la que tantos años se habían sacrificado: el mundial. 

"El poder del vestuario es el poder del equipo", escribió el ex futbolista y entrenador Jorge Valdano en su libro Los 11 poderes del líder.

 "Y el éxito del equipo se manifiesta cuando el rendimiento colectivo es superior a la simple suma de talentos", señaló Valdano. 

En Panamá mucha gente no le agradeció al técnico colombiano, porque no se entendió o no se comprendió la dimensión de lo que se había alcanzado. Unos porque no lo querían, y una gran mayoría por la falta de cultura futbolística en el país. En otra nación futbolizada hubiera sido diferente. En el fútbol, clasificar a una Copa del Mundo de FIFA es lo más grande, es a lo que cualquier país aspira; en Panamá, sin embargo, al entrenador sudamericano muchos no le dieron el valor ni el reconocimiento de lo que había conseguido.

Y no defiendo al Bolillo Gómez. Cuando lo conocí fui uno de los nombres de los periodista que primero se grabó, me llamaba por mi nombre cuando le preguntaba en las conferencias de prensa, pero después caí en desgracia por mis críticas en mi columna "tiro a gol". Cuando le preguntaba, me respondía de mala gana y con mala cara, algunos colegas me lo hacían saber. Siempre le critiqué por sus declaraciones post partidos, que no me calaban. 

Además él pensó que como yo era colombiano (naturalizado panameño desde el 14 de octubre de 2008 y con 39 años de residir en este hermoso país) no lo iba a criticar, pero olvidó que un periodista no tiene nacionalidad cuando tiene que decir las cosas. Pero hoy le reconozco y le agradezco lo que consiguió para el fútbol panameño. Sé de la dimensión de lo que alcanzó, que para mi tuvo su poder en el vestuario, como lo escribió Valdano.

Hoy dirigirá en un país que a diferencia del nuestro sí tiene una liga más atractiva. Como en el resto de países centroamericanos, cuando un niño nace lo hace siendo hincha de un club. En esos países se nace siendo fanático de un club y después de su selección. En Panamá no existe esa cultura, aunque sé que hay aficionados que le están inculcando a sus hijos el amor por un equipo de la Liga Panameña de Fútbol. Esperemos que algún día no muy lejano ese patrón cambie y que veamos que ese mismo entusiasmo que le profesan a la selección se lo brinden a la liga.




Si Bolillo Gómez consigue retomar el norte y hacer protagonista al seleccionado catracho, comenzará a ser estimado, de lo contrario, las críticas estarán a la orden del día, porque su afición vive el fútbol. Son países con mucha historia donde este deporte siempre ha girado en torno a su diario vivir.

Ya Hernán Darío Gómez estuvo con Ecuador en un amistoso en el que derrotó Panamá en el Rommel (2-1) con Gary Stempel como entrenador. Cuando estuvo al frente de Guatemala, perdió con la selección nacional que dirigió Alexander Guimaraes en la Copa Centroamericana de 2007 (2-0), y en dos amistosos dividieron victorias allá y acá por idénticos marcadores (2-1).

Jugar de visitante siempre será difícil, en lo que va del octogonal no se puede cantar victoria antes de tiempo, le ha pasado a varios equipos incluyendo a Panamá en sus salidas a El Salvador y Canadá. 

Contra Honduras es verdad que le hemos tomado la medida de visitante igual que a Jamaica, pero en esta oportunidad será una nueva historia en San Pedro Sula, pues el rival de Panamá tendrá en la dirección a un entrenador que conoce igual o mejor el fútbol panameño que Christiansen, por muy diferente que sea el seleccionado actual al que tuvo Bolillo Gómez entre 2014 a 2018. 

Si se pierde, los hondureños se mofarán de los panameños poniendo al entrenador colombiano como protagonista, naturalmente que será una bronca grande para los de la marea roja,  pero en caso de que ganen los nuestros, se sacará pecho, porque sería otra victoria en tierra catracha, esta vez por partida doble, ahora con el extra de tener al otro lado al entrenador que le dio la alegría más grande al fútbol panameño en aquel histórico 10 de octubre de 2017.






   










 



    


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