viernes, 26 de marzo de 2021

LAS ESTRELLAS NO ALUMBRARON

TIRO A GOL

                                               


Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Las expectativas eran por saber cómo iba a plantear el partido Thomas Christiansen en su primer encuentro oficial con la selección nacional ante Barbados, y por ver el comportamiento de esa camada de jóvenes futbolistas que vienen jugando en Europa, que hoy tienen al fanático y al periodismo orgullosos, agrandados y con el pecho inflado. Por eso muchos esperaban que por enfrentar a un rival modesto, sin figuras internacionales, ubicado en la cola del  ranking de FIFA y sin peso futbolístico, era el momento preciso para que nuestras nuevas estrellas, que se combinaron con algunas luminarias que habían estado en la Copa del Mundo de Rusia, tomaran al rival como un saco de boxeo, para un entrenamiento.

La goleada estaba anunciada: cuatro, cinco, seis o más goles, se había pronosticado. No había caso. En medio de tantas estrellas panameñas, los caribeños representaban una oportunidad de lujo para ver jugar a la constelación de figuras de nuestra selección que siempre han sido mediáticas. Se dice a diario que clubes del viejo mundo están interesados en algunos de ellos porque están deslumbrando. Por nombres, Panamá contaba con un equipazo ante el rival caribeño, al que incluso le regaló  la localía en República Dominicana, es decir que por jerarquía se presagiaba una victoria cómoda.

Sin embargo la realidad fue otra. Mientras Barbados estuvo concentrado con jugadores locales durante casi un mes, lo que se reflejó en el terreno, a Panamá le costó tener una coherencia por el corto tiempo en que estuvieron juntos, más los problemas de última hora con el covid 19 que alteró el orden.

El planteamiento de Christiansen fue raro, puso tres jugadores de marca (Carrasquilla, Godoy, Ayarza) que por momentos vi enredados a Carrasquilla y Ayarza en la cancha, pero no podemos desconocer que estamos frente a una selección en proceso de formación y que el de este jueves había sido un partido de eliminatoria donde la camiseta pesa más que la de un club. De allí que la presión llevó a la imprecisión en el primer tiempo donde hubo ocasiones para haber marcado más de un gol.

Los chicos "estrellas" de nuestra selección no lucieron en su mejor forma, nunca alumbraron, si se puede decir, se vieron verdes en este primer partido por muy mal que haya planteado el compromiso el técnico. Obviamente que jugar en un club es diferente a cuando se reúnen por pocos días en la selección, y más con un entrenador que apenas los está conociendo. La presión de ponerse la camiseta en una eliminatoria pesa. "Este es un partido de eliminatoria", se lo escuché decir alguna vez a Julio Dely Valdés cuando como jugador enfrentó en  Diriangén a Nicaragua. Son encuentros que presionan mucho antes de jugarlos.

Por fortuna, Christiansen replanteó para el segundo tiempo con cambio sobre cambio, metiendo a algunos jugadores de la Liga Panameña de Fútbol, hasta que llegó el gol de la victoria de Jair Catuy que volvió el alma al cuerpo. Se ganó finalmente (1-0),  aunque con  un nudo en la garganta. No hubo goleada.

Con esta experiencia no queda más que mejorar y recordar que en una eliminatoria no hay equipo chico por muy caribeño que sea el rival, ni equipo grande por muchos futbolistas panameños que jueguen en la tercera, segunda o la primera división de clubes de Europa, o que hayan participado en una Copa del Mundo. El balón es redondo para todos.


   





 

No hay comentarios:

Publicar un comentario