TIRO A GOL
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La selección nacional dejó más dudas que confianza entre los jugadores y el cuerpo técnico en sus dos recientes partidos en los que derrotó a Barbados (1-0) y Dominica (2-1), en el arranque de la eliminatoria de Concacaf para Catar 2022. Nadie se imaginaba que se iba a pasar apuros, más bien se vaticinaban goleadas por la calidad de los rivales, pero al final se ganó con una alta dosis de sufrimiento. Fue decepcionante.
Con una nómina de lujo, si después de lo que vimos no es muy osado llamarlo así, que combinaba a jugadores jóvenes que juegan en Europa, otros que estuvieron en la Copa del Mundo de Rusia y algunos pocos de la Liga Panameña de Fútbol (LPF), se esperaba que con estos primeros compromisos frente a rivales modestos fueran el camino propicio para comenzar a darle forma a esta Selección de sangre nueva con la que se está haciendo un relevo generacional. Se tenían muchas esperanzas por la cantidad de futbolistas que militan en el viejo mundo, sin embargo en Santo Domingo los jugadores no pudieron con la presión de la responsabilidad que conlleva un partido de eliminatoria mundialista, sumado a una maltrecha cancha que le hizo la vida de cuadritos.
Hoy todos se preguntan: ¿Por qué se sufrió ante esos dos modestos rivales? ¿Por qué se ganó con sufrimiento? Era obvio hacerse esas preguntas, porque el pronóstico era de goleadas, fácil de vaticinar, pero complicado por lo que vimos en los dos partidos. Es cierto que en el terreno se vio mucha diferencia entre los nuestros y los caribeños, en donde Panamá siempre puso el ritmo en cada partido, pero fue difícil romper la última barrera cuando se llegaba al marco rival, algunas veces al atropello y a la desesperación.
El entrenador Thomas Christiansen que había estado al frente en cinco amistosos, nunca había tenido la oportunidad de dirigir a una selección, hoy lo hace con Panamá, pero parece que su novatada le pasó factura, todavía no tiene un conocimiento claro de lo que es la idiosincrasia del futbolista panameño. Me pareció verlo intentando cambiar el estilo de juego al equipo del que estuvimos acostumbrados verlo jugar, y la sensación es que como si los jugadores no se aplicaron del todo a su método.
En esta reestructuración que le tocó armar, se vieron falencias en el planteamiento del primer partido con Barbados, que supo remediar en el segundo tiempo, y que de paso le sirvió para el siguiente compromiso con Dominica, cuando vimos que abrió con César Yanis y Jair Catuy, quienes le habían salvado el primer encuentro. En la parte final de ambos partidos lo vimos haciendo cambio sobre cambio con el mismo desespero que se veía en la cancha entre los jugadores.
Dominica no había mostrado nada en su primer partido ante República Dominicana, por eso se pensaba en una goleada anunciada para el domingo, pero al seleccionado nacional le salió la bruja, los caribeños le guapearon a los de Christiansen y hasta les empataron parcialmente el partido con un bonito remate de larga distancia que durante los dos juegos esperábamos de uno de los nuestros.
Hoy hay decepción. Los dos siguientes partidos de junio hay que ganarle a Anguila y República Dominicana para clasificar a la siguiente fase, para lo que se necesita mejorar mucho, porque lo que nos quedó de los primeros partidos fueron dudas e incertidumbre, que hoy solo dejan ver los dos resultados como simples anécdotas.
Hay que tener en claro que un nuevo proceso siempre trae dificultades y más teniendo al frente un entrenador europeo que está conociendo el material humano. Entre lo uno y lo otro, lo del entrenador puede ser entendible hasta cierto punto, pero los jugadores quedaron en deuda, no pudieron marcar la diferencia a la hora de buscar el gol, no hubo el factor sorpresa, faltó coherencia en la última parte. Que en sus clubes sean unas maravillas, pues una cosa es jugar en sus equipos en el día a día, y otra en la selección, donde por el poco tiempo que se tiene para entrenar, cada partido hay que jugarlo con todo: siendo inteligente, práctico, preciso y contundente.
Es complicado cuando se pretende hacer un nuevo proceso como el que está intentando Christiansen. Recuerdo que antes del mundial de Rusia, muchos pedían a jugadores jóvenes para suplantar a los más veteranos, hoy con este equipo joven se ve que no es sencillo. En la eliminatoria para Brasil 2014 se había goleado a Dominica con un plantel formado, el domingo sin embargo, se pasó apuros para derrotarlos ya con un equipo en transición.
Con los muchos jugadores jóvenes panameños que hay en Europa, la fanaticada y el periodismo nos sentimos orgullosos y con el pecho inflado, se pensaba que con esos nombres era suficiente para pasarles por encima a Barbados y Dominica, lamentablemente los jugadores decepcionaron a pesar de sus dos victorias que tuvieron un sabor agridulce.
Tal vez hoy nadie se acuerde ni le interese que estamos comenzando una etapa de reestructuración, porque con los convocados había que ganarle contundentemente a los dos rivales caribeños, con proceso o sin proceso, en donde había que mostrar una jerarquía que nunca se exhibió. No fue así, ahora solo restan dos partidos que hay que ganarlos en junio para calmar este sufrimiento, pasar a la siguiente fase y evitar un fracaso mayúsculo.
(Esta publicación también se puede ver en el diario digital, Destino Panamá. Ver aquí ).
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