martes, 2 de marzo de 2021

BUSCANDO SER PROFETA EN TIERRA AJENA

TIRO A GOL 


Estadio del  Club Deportivo Universitario




Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

El pasado viernes se cumplieron 33 años de jugarse nuestra liga, que comenzó el 26 de febrero de 1988 con la Asociación Nacional Pro-Fútbol (ANAPROF), y que cambió de nombre en el segundo semestre de 2009 con la designación de Liga Panameña de Fútbol (LPF). El sábado 27, un día después de este último aniversario, un equipo inauguraba su propio estadio, que para mi, sino es lo más importante, es uno de los acontecimientos más grandes que se ha dado en la liga en sus tres décadas de existencia. El Club Deportivo Universitario disputó su primer partido en su propio estadio de Penonomé, Provincia de Coclé, en un encuentro contra San Francisco correspondiente a la segunda jornada del torneo Apertura 2021.

Hay que hacer la salvedad que en Panamá siempre se ha jugado fútbol, lo digo para hacerme eco de los ex futbolistas de la vieja guardia que siempre lo traen a colación. Este deporte no se inventó con Anaprof ni la LPF, antes se jugaban las ligas distritoriales y la Liga Superior, pero tomamos como referencia los últimos 33 años porque fue cuando el campeonato de clubes se comenzó a jugar de forma más organizada. En mis comienzos en el periodismo siempre hablábamos de la importancia que un equipo tuviera su propia sede y lo principal, un campo de juego, que finalmente sucedió 33 años más tarde, con un onceno que fue local en un propio recinto y no en uno alquilado al gobierno o a un ente privado. 

Con un coliseo de su propiedad, el Universitario podría considerarse como el equipo que abrió del todo su cascarón para entrar en el camino que lleva a convertirse en un club de fútbol, que son palabras mayores y que todavía le falta. En 33 años de jugarse la liga en Panamá solo tenemos equipos; el término "club" son "palabras mayores" que abarca muchísimo más de lo que nos han mostrado los representativos de la LPF en tres décadas de historia, salvo algunas pocas excepciones como el CAI, que en los últimos años ha puesto en manifiesto su desarrollo como organización.

Sin embargo, todo no puede ser completo para el último agraciado. Este equipo nació como Chorrillo FC, después cambió a Municipal Chorrillo y hoy se lo conoce como Club Deportivo Universitario. Ascendió a la primera división en el 2000, en ella ganó tres títulos: el Apertura 2011, el Clausura 2014 y el Apertura 2017, además de haber perdido cuatro finales. Hoy tiene su sede en Penonomé en donde intenta ser un profeta en tierra ajena.

En sus inicios Chorrillo FC representó exclusivamente a un sector futbolizado de la capital y con mucha historia en el deporte panameño, pero eso no se veía reflejado en las graderías, a pesar de la gestión deportiva y social que venía y todavía viene desarrollado su directiva con muchos jóvenes en las categorías menores. Entonces apareció Manuel Arias, el hoy presidente de la federación, con una idea visionaria que lo transformó todo.

 Según me dijo uno de los grandes socios del club, el cambio surgió de una fusión con el señor José Barrios Ng, propietario de la Universidad Latina, el socio mayoritario de este nuevo proyecto, quien otorgó las tierras para la construcción de este nuevo estadio con una cancha de grama natural (105x70 metros) y una capacidad para 3.500 personas. También entraron en esa unificación, el Deportivo Centenario de Penonomé y el Chorrillo FC, el embrión que hoy está dando pasó a lo que se llama club Deportivo Universitario. 

Lo que vimos el sábado es producto de hacer cambios, de no quedarse con lo mismo, de buscar buenos aliados, que en Panamá los hay, solo hay que saber plantearles el mensaje para involucrarlos al deporte. Lo del Universitario es todo un reto, una manera de expandir su franquicia por el interior en ese afán de aportar a la regionalización de nuestro fútbol. Es un trabajo complicado, un desafío, que el sábado ya dio el primer paso con la inauguración de su coliseo, en una remontada espectacular de tres goles (3-2) ante el San Francisco.

La semana pasada escribí sobre los tres clubes autóctonos del interior, ahora se suma otro que entra en calidad de adoptado por la Provincia de Coclé. Unos años antes otro equipo de la entonces Anaprof intentó tener como sede a esta misma provincia, pero no pasó nada, fue un mero experimento que no hizo ebullición. Lo del Universitario con su nuevo coliseo no es una aventura, esta vez ya plantaron bandera.

En hora buena para la LPF, el nuevo representante de la Provincia de Coclé será un rival de peso para sus vecinos del interior, tal vez haya gente que no lo consideren como uno equipo interiorano, como en efecto no lo es de sangre, por tener el ADN Chorrillero, pero para la liga es la nueva figura coclesana, como pasa con estos grandes clubes europeos que cuentan con nóminas casi que en su totalidad de futbolistas extranjeros, pero que al final representan los colores del equipo. 

Aquí la consigna es que el nuevo inquilino del interior se consolide, consiga una identidad en un futuro no muy lejano, que no va a hacer fácil, y que multiplique seguidores, para darle un aire especial a este sector del país que tanto lo necesita dentro del nuevo proyecto de expansión y regionalismo que se ha trazado la LPF.

Con la nómina y su estructura, sería interesante volver a ver a este equipo en el podio con su nuevo nombre, después de cuatro años cuando Richard Parra le dio el último campeonato en el Apertura del 2017 como Chorrillo FC. Hoy cuentan con un buen plantel, un buen respaldo dirigencial, un buen patrocinio, y un ganador en la parte técnica, Gary Stempel.  


     

 



      

     

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