domingo, 12 de abril de 2020

RESISTENCIA Y OBEDIENCIA

FÓRMULA PARA GANAR




Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com

Mientras me levanto todos los días casi que para entretenerme haciendo lo mismo de lo mismo en medio de esta interminable cuarentena, me pongo a pensar que lo que vivimos no es relajo, ya van más de 111 mil muertos en el mundo entero y en Panamá llevamos unos  80 fallecidos, apenas en un mes.


El presidente Laurentino Cortizo.

Hoy en la mañana miré a través de la ventana de mi apartamento, en un séptimo piso, y veo que todo se torna en calma en las avenidas adyacente a mi edificio. El sol nos acaricia durante el día sin lluvia por el momento. Me encierro de nuevo en mi habitación a continuar con mi forzada vida sedentaria que la estoy llevando con las comodidades de la televisión, el internet, el celular, la comida y una buena cama.

 Sin embargo, lejos de mi trinchera, hay una realidad que me dice que hay mucha gente que está en peores condiciones que la de muchos, como la de este servidor por ejemplo. Gente que ha perdido a uno de los suyos y que todos no pudieron ir a despedirlo. Debe ser cruel que haya familias que no hayan podido despedir a sus abuelitos. Gente que vive el dolor de tener a algún contagiado de covid 19 en su casa y que, por ende, su vivir diario no se parece en nada al de muchos, incluyéndome, que gracias a Dios todavía no nos hemos topado con ese dolor.

 Yo tengo una hermana enfermera en Colombia de la que me siento orgulloso porque es una de las miles de heroínas que le han puesto el pecho a este mal, mientras la mayoría de nosotros hacemos pereza y vivimos de manera cómoda en medio de la incomodidad de la cuarentena. Los servidores de la salud tienen que prepararse todos los días para salir de sus casas a enfrentar al asesino invisible. Muchos hogares viven esa realidad, diferente a la suya, amigo lector, o a la mía. Hogares que ven salir a sus héroes de casa desconociendo si con el pasar de los días puedan llegar a ser otro número más de la estadística de contagiados o fallecidos. Es otro drama en medio de los miles que viven las familias que tienen a gente trabajando en la salud o en cualquier otra actividad, que no los hace parte de la cuarentena en la que está involucrada una mayoría absoluta. 

 Pero frente a esa realidad todavía hay muchas personas que no le prestan atención a lo que está sucediendo, cuando uno mira la cantidad de ciudadanos que detienen a diario por hacer caso omiso de las indicaciones de las autoridades de salud, nos damos cuenta que el ser humano es el principal propulsor en la masificación de este virus. 

  Mientras a uno no le toque este mal, estamos tranquilos. Esa es la ley del ser humano. Las estadísticas de lo que arroja a diario el coronavirus son números fríos, números que pueden dar una indicación de que las cosas se están haciendo bien, regular o mal.




 En Panamá, por ejemplo, hay que destacar el trabajo que viene haciendo el gobierno de Laurentino Cortizo, las autoridades de la salud y todas las personas que colaboran en su grupo, para que el resto de nosotros nos sintamos tranquilos. Sin embargo, las críticas en medio de este mal no cesan. Como en el fútbol, cuando los miles de aficionados que les gusta este deporte son entrenadores, también en el tema del coronavirus tenemos a miles de infectólogos en las redes que sin saber lo más mínimo de esta materia, siempre están buscándole la quinta pata al gato, en momentos en que todos tenemos que estar unidos.

  Hoy todas estas personas que están al frente del pelotón en el día a día contra el covid 19, encabezado por el primer mandatario de Panamá, son una especie de escudos que velan por nuestra seguridad, por eso la crítica malsana y la cizaña no tienen acogida en este momento. Todos somos un frente en la batalla que de momento está ganando el enemigo. 

Frente a la resistencia que el mundo le hace al coronavirus, en Panamá tenemos que ser obedientes, todos como uno solo, para que en un futuro inmediato podamos salir triunfantes.  
   

 

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