TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
Hace 37 años, se estableció que en Panamá el clásico del fútbol panameño era el duelo entre Tauro y Plaza Amador, pese a que hoy hay gente que lo cuestiona. Con los años se ha mantenido vigente, y todavía a los dos equipos se los recuerda por haber disputado el primer partido en febrero de 1988, en la naciente liga de la Asociación Nacional Pro-Fútbol (ANAPROF), que 21 años más tarde cambiaría de nombre al de Liga Panameña de Fútbol (LPF).
Por el hecho de que hace casi 40 años todos los involucrados en el fútbol lo hayan bautizado como el clásico de Panamá, cuando el fútbol nacional era en blanco y negro, los mejores recuerdos pertenecen a ese pasado, por mucho que el presente sea a colores y en alta definición.
Pero por más que hoy haya una larga fila de legionarios, publicidad, redes sociales, programas radiales y televisivos, una asociación de futbolistas, la transmisión de todos los partidos, una buena cuantía en el pago por los derechos de la liga, y que las distintas selecciones hayan clasificado a varios mundiales de fútbol: el pasado de ese clásico se mantiene inmerso en el presente.
El pasado y el presente de la liga le pertenece a este clásico, que el sábado 12 de abril tendrá otro duelo en el torneo Apertura 2025 de la LPF. Para mi, este partido es lo más cercano al significado de lo que es una liga, guardando las proporciones, como sucede en los países futbolizados, donde primero se es hincha de un club y después de la selección.
Históricamente, la liga nuestra no ha recibido el mismo respaldo que los hinchas le profesan a la selección mayor, acá la tienen abandonada, lo que no sucede en los países futbolizados, pero a pesar de la falta de cariño, en 37 años la liga continúa sacando futbolistas al exterior, para que después muchos de ellos se den a conocer en la selección.
Por eso, frente a todas las dificultades que padece la liga, que la hace ver menos vistosa que la de los países vecinos, el clásico representa toda la grandeza de la LPF .
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Carlos Collazo (Der.), primer entrenador campeón en ANAPROF. |
Cuando hoy se hace mención del choque Plaza Amador-Tauro, se vienen a la memoria muchos recuerdos de esa historia, se habla de pasión, de rivalidad, de ir al estadio. E Independiente de las limitaciones que tenga nuestra LPF, este clásico es la mayor realidad de lo que representa una liga en el contexto futbolero, en donde como pasa en todos los países, siempre habrá un partido especial frente al resto de los que se disputen en un campeonato.
Hay muchas historias en los partidos Plaza Amador y Tauro, cuando al principio los juegos no se transmitían por la televisión, pero se seguían con mucha pasión por la radio y se leía con mucho entusiasmo al día siguiente por los diarios. Sin la tecnología ni el apoyo que existe hoy, antes, el clásico se vivía con emoción y un fervor especial, en medio de la pobreza con la que se cobijaba nuestro fútbol. Hoy, la nueva generación lo vive con sus propias realidades, en un entorno más acogedor que el del pasado.
En sus comienzos, Plaza Amador fue llamado "el equipo del pueblo". Sus principales jugadores tenían pinta de rudos y siempre amedrantaban al rival antes de enfrentarlo. En un tiempo un grupo de esos jugadores se hacían llamar "Los guardianes del infierno". Cuando salían del camerino para enfrentar a su archirrival, hacían grujir los tacos de sus botines, que antes eran de metal, arrastrándolos contra el cemento. Para jugar allí había que tener temperamento. Muy diferente a como se vive hoy.
Por el contrario, Tauro era considerado un equipo de los "rabiblancos", "los yeyes" como les decían. Pero a diferencia de los placinos, en el Tauro jugaban los que tenían clase con el balón. Había que ser bueno para pertenecer a los toros de Pedregal.
Cuenta la historia, que el primer entrenador del Plaza Amador en la ANAPROF fue el colombiano Carlos Collazo, que los sacó campeón en el primer torneo de 1988, y repitió cuatro años después.
Contaba Osvaldo Blackman, cuando junto al desaparecido Andrés Villa estaban al frente de los llamados Leones, que un día Collazo, por entonces un desconocido en el área, estaba preguntando por los que mandaban en el Plaza para colaborarles con el equipo, hasta dar con él.
Como por entonces Plaza Amador no tenía un entrenador fijo, se contrató al colombiano, que vivía por San Felipe donde tenía una novia panameña, comentó Blackman, que por entonces era subteniente de la Guardia Nacional.
Con el pasar de los días, Collazo se convirtió en un placino más y los jugadores le copiaron bien. Plaza venía de ganar el torneo JVC.
Por cosas del destino, que parecen graciosas, y sin ningún tinte de rivalidad, como se dio más adelante, fue gracias al entonces presidente del Tauro, el italiano Giancarlo Gronchi, que Plaza Amador pudo jugar el primer torneo de ANAPROF.
Cuenta Blackman, que Gronchi estaba empecinado en que Plaza Amador jugara junto a cuatro equipos más en el primer torneo. Como los placinos no tenían para pagar la inscripción, el presidente del Tauro muy gentilmente les costeó la inscripción de 5 mil dólares.
Plaza Amador ganó el torneo e irónicamente, la firma Bayer, que era el patrocinador oficial del torneo, no pudo pagar el premio y le tocó al mismo Gronchi sacar de su bolsillo 8 mil dólares, para pagarle el premio al campeón.
Hoy la historia es otra. En la nueva era, la actual generación del Plaza Amador y Tauro buscarán ganar su duelo, para hacerle honor a esa historia y a ese pasado, del que siempre hay que hacer mención cuando se den estos duelos, pues desde hace 37 años se viene hablando de esa rivalidad desde su primer partido, el 26 de febrero de 1988.
Los protagonistas de ese primer partido fueron por el Tauro: Carlos Bustamente, Carlos Acosta, Alfredo Poyatos, Luis Abrego, Van Dike Walter, Roberto Corbin, Noel Gutiérrez, Fernando Díaz, Carlos Maldonado, Roberto Almeida Da Silva, Percival Pigott, Patricio Guevara, Leonicio de La Flor, Roberto Hansell, Omar Campaña, y el entrenador uruguayo, Miguel Mansilla.
Por su parte, los del Plaza Amador fueron: Diógenes Cáceres, Carlos Cabal, Jorge Méndez, Julio Villaverde, Luis Aponte, Jesús "Chu" González, Javier Castro, Jairo Arias, Justavino Cisneros, Virgilio Reid, Ricardo Buitrago, Víctor Villaverde, Irving Jaén, Carlos Mitre, Augusto Blanquisel, Óscar Valdez, y el entrenador colombiano, Carlos Collazo.
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