miércoles, 21 de abril de 2021

LA SUPER LIGA: ¿UN ESPEJISMO?

TIRO A GOL

 



Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


En el fútbol, la FIFA es como el Papa en el Vaticano, el jefe absoluto de este acto de fe que llamamos fútbol. Las diferentes confederaciones, que son las más allegados a esa autoridad, siempre le han servido con mucho respeto, reverencia, veneración, lealtad, obediencia, fidelidad, etc...

Nadie puede estar por encima de la FIFA, ni los gobiernos más poderosos del mundo, porque esta asociación es autosuficiente y se maneja con sus propias recursos, tiene sus reglas. Tampoco admite la intervención de ningún Estado. Cualquier gobierno que interfiera en lo deportivo lo descomulgan: sus selecciones quedan automáticamente excluidas de toda actividad relacionada con el fútbol mundial. Es un ente autónomo que siempre ha dirigido con mano dura.

A través de sus más de cien años, la FIFA ha tenido momentos críticos con su economía, además de haberse visto envuelta en muchos temas de corrupción, igual que lo han hecho sus más allegados, pero sus pecados y errores nunca la han debilitado y hoy se mantiene más poderosa que nunca.

Lo que está pasando con la supuesta Super Liga que quieren montar algunos clubes importantes de Europa, forma parte de los movimientos de emancipación que se han querido dar en el fútbol. Durante esta semana causaron mucho ruido, pero hoy parece que el resto de los clubes integrantes de ese movimiento están dejando solo a Florentino Pérez, su gestor principal.




Pérez defendió la idea de una Super Liga que a su juicio marcaría la diferencia en el fútbol internacional y nadie duda que en su defensa pueda tener puntos importantes. Hoy clubes como Real Madrid o Barcelona y otros, son los que llevan el espectáculo, los que invierten y le dan más dividendos a la UEFA y a la rectora de este deporte, pero el problema mayor es que iría como algo privado sin el visto bueno de su santidad la FIFA.

En menos de tres días el tema de la Super Liga causó una conmoción en Europa, lo que provocó que aficionados de los clubes europeos en cuestión se sintieran ofendidos en su fe. Reclamaron, salieron a protestar consiguiendo indirectamente que algunos clubes se retractaran de ese intento y dieran un paso al costado.

Era lo que se esperaba. Por mucho poder que tengan esos clubes, ellos se deben a su máxima autoridad: la FIFA, que es el credo del fútbol mundial. Es tan fácil entenderlo en un gobierno como el de la FIFA donde la fe va con una alta dosis de obediencia.

Hoy el fútbol se ha globalizado y la FIFA apoya económicamente a sus allegados, sin embargo algunos clubes importantes de Europa sienten como si las ganancias de todo el esfuerzo que hacen se vayan para las arcas de los entes que mandan en este deporte, por eso su intento de organizar una Super Liga que hoy se ha visto desaprobada por muchos,  incluyendo los miles de fanáticos de los clubes de ese movimiento.

A través de la historia el fútbol se ha dividido y hemos visto dos federaciones en muchos países, como en su momento llegó a darse en Panamá, una reconocida por el gobierno y otra por la FIFA.

Algo parecido a lo de hoy sucedió en la época del Dorado del fútbol de Colombia, en los años 50, cuando la FIFA desafilió a ese país por contradecir las reglas, en  tiempos donde llegó a tener una Super Liga de cracks, con estrellas de todas partes del mundo, pero al final la liga no terminó de ser una torneo brujo sin el reconocimiento de la máxima rectora del fútbol mundial.

No creo que llegue a aparecer otra FIFA que divida al fútbol mundial, yo como muchos, continúo en mi acto de fe con este fútbol lleno de polémicas, de corruptos, que todavía los hay, como también de muchas cosas buenas por destacar. La pasión que despierta hoy este deporte ha sido la misma de siempre. No obstante, veo difícil que se llegue a dar un evento como el que se piensa montar con lo de la Super Liga. Se vería como un sacrilegio, al menos que tenga la bendición de la rectora de este deporte. 


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