45 AÑOS DEL PRIMER PARTIDO ELIMINATORIO

SELECCIÓN DE PANAMÁ 

Selección que jugó el primer partido eliminatorio.

Campo Elías Estrada

cestradacampo@gmail.com

Domingo 4 de abril de 1976. En un domingo como hoy, hace 45 años, una veintena de futbolistas panameños comenzaban  a despertarse en en medio de una cálida mañana para hacerle frente a su primer partido de una eliminatoria mundialista. Poco a poco cada jugador iba poniendo de pies dejando a un lado su camarote, en sus rostros se  reflejaba la ilusión por lo que se venía, por fin había llegado el momento esperado. Por dos días se habían concentrado en la piscina Patria, contigua al estadio Revolución, hoy llamado Rommel Fernández.

Panamá se aprestaba a jugar su primer partido de una eliminatoria mundialista ante Costa Rica para el Mundial de Argentina 1978. Aunque las circunstancias de la época eran especiales por tener un fútbol amateur, en Panamá había afición por este deporte y se jugaba fútbol. También se había despertado un interés por los mundiales toda vez que en el país el periodista Edmundo Vargas había comenzado a transmitirlos, seis años antes había pasado por televisión algunos partidos de la Copa del Mundo de México 1970 por el Canal 4.

El primero en levantarse aquel domingo 4, como a las seis de la mañana, fue Luis Ernesto Cascarita Tapia, recordó Nivaldo Acuña, quien lo hizo después. Más adelante todos desayunaron en el comedor de la piscina Patria, llamada hoy Eileen Coparropa. 

Parte de ese plantel en la actualidad.

Virgilio Villín Vásquez, uno de los presentes en ese partido, recuerda que el desayuno se los preparó doña Tula, una excelente cocinera que servía también en el hipódromo Remón. Más adelante hubo una charla técnica a cargo del entrenador chileno Renato Panay, con el preparador físico, el panameño Orlando Muñoz. Después se fueron a descansar y a matar el poco tiempo que les quedaba jugando dominó o a las cartas, a pocas horas para el partido.

Vásquez recuerda que se consumía comida criolla, porque en esos tiempos la palabra  nutricionista no existía en la selección. Pasadas las nueve de la mañana se fueron caminando para el estadio, el partido era a las 11:00 a.m., en ese tiempo tenían que entrar por el lado del hipódromo, donde quedaban los camerinos. En su andar se topaban con algunas personas que caminaban por los lados de la piscina para llegar al estadio. El partido había despertado algo de expectativa por ser el primero de una eliminatoria y de acuerdo a cifras de la época, se estima que asistieron unas 8 mil personas al coloso de Juan Díaz.

El colega Efigenio Tapia (q.e.p.d), que transmitió con José Bech en Radio Impacto, recordó en una nota que que hice en La Prensa,  que una emisora tica les pidió que le dieran señal.

Vásquez rememora que para ese partido la federación les dio los tacos a cada jugador y en la antesala al partido se calentó en un pasillo, todos con un uniforme, no había petos, era una sola muda. Fue un domingo caluroso  tanto de mañana como de tarde, que se consumó con una gran victoria (3-2).

Federico Ponce

Costa Rica, donde ya se jugaba fútbol profesional, era el favorito, en Panamá el único legionario o profesional  era Luis Ernesto Cascarita Tapia, que en los años 60 había destellado en el fútbol salvadoreño, el resto de los jugadores eran de la liga distritorial.

"La gente no estaba con el equipo ciento por ciento, porque no tenía experiencia, pero cuando se dio el triunfo, todo el mundo salió contento. A Costa Rica se lo veía como invencible para nosotros en esos tiempos, así que  dentro de la buena noticia haberle ganado fue una gran sorpresa" recordó el periodista Edmundo Vargas, hoy con 85 años.

Federico Ponce, otro de los jugadores que estuvo en ese histórico partido, lo recuerda hoy como si hubiera sucedido ayer.

Ponce, que ingresó en el segundo tiempo y marcó un tanto, relata los tres goles, que los tiene bien guardados e  intactos en su memoria.

EL PARTIDO

Panamá jugó con un 4-2-4. “Panamá alineó con Edilberto Toro Aguirre, que era el capitán; los centrales, Normando Chichí Navarro, un excelente defensa central que era de mucha fuerza, y Nivaldo Acuña, que era el más alto de todos junto con El Toro. Los laterales eran Manlio Bernal, por la izquierda, y Elías Robot Morales, por la  derecha. En el medio estaban Virgilio Villín Vásquez con Luis Curvo Ortega, dos jugadores de mucha técnica, buenos recuperadores de balón, muy inteligentes y buenos lanzadores de pelotas; adelante eran cuatro delanteros, pero Simeón Grillo Escobar jugaba un poco atrasado, porque era un excelente número 10, entonces Cascarita Tapia  estaba en el centro, Néstor Hernández en la derecha y Agustín Muquita Sánchez, en la izquierda”.

Siguiendo en su narración, Ponce dice que “nosotros estábamos dominando en la primera mitad, pero en un contragolpe los ticos nos golearon primero, pero cuando terminó el primer tiempo, el profesor hizo dos cambios, sacó al Grillo Escobar y me metió a mí y el otro fue el de Héctor Ávila, que entró por Néstor Hernández, entonces yo tomé el wing derecho”.

SEGUNDO TIEMPO

Ponce explicó que en el entretiempo, en el camerino, “el equipo tenía confianza, no estábamos asustados, por el contrario, teníamos confianza, sabíamos que teníamos calidad y talento, y que era cuestión de mejorar y pulir un poco el funcionamiento defensivo, como efectivamente se hizo, y logramos sacar el resultado”.

Ponce recordó que ese segundo tiempo fue extraordinario, porque “entre 10 a 15 minutos conseguimos remontar el marcador con tres goles seguidos, uno detrás del otro”.

En el primero de Panamá, “los ticos estaban saliendo con el balón y alguien lo robó, le metió el pase a Cascarita, y con su inteligencia vio al portero que venía saliendo, soplaba la brisa, y entonces Cascarita calculando el  viento a favor o en contra, logró hacerle un sombrerito y se empató con un gol, allí por la entrada del área”,  relató.

Segundo gol de Panamá. “Tres o cuatro minutos después, se escapó Agustín Muquita Sánchez por la izquierda, se llevó a su volante y a su defensa, llega a la bandera del córner izquierdo, y en vez de centrar, coge por la misma raya del córner hacia la portería, entonces le salió desesperado un defensa y le bloqueó el centro, y al meterle el pie, la pelota tomó hacia la portería, bañando al portero tico, que estaba cubriendo el centro en el primer palo. Todo eso lo vi desde la derecha, que igual yo también jugaba de centrodelantero, obviamente que cuando vi que Muquita iba a centrar entré al área, el balón me cayó y solo tuve que empujarla con el pecho a puerta vacía. Con eso nos pusimos adelante 2-1 como en 10 minutos del segundo tiempo”.

Llegó el tercero de Panamá. “Como tres minutos después se escapa otra vez Muquita Sánchez por la izquierda, pero en vez de coger hacia la raya del córner, se fue en diagonal hacia el centro y entrando a la esquina del área sacó un derechazo furibundo y goleó al portero tico, con lo que volteamos el marcador 3-1”. Acabándose el partido, ellos metieron un gol y terminó el partido 3-2.

Recuerda que al final hubo alegría, “porque sabíamos lo importante e histórico que era el fútbol de Costa Rica”. Una vez pasado el festejo en la cancha y terminado el partido el equipo se retiró del estadio de la misma manera como ingresó: caminando. Fueron a la piscina Patria para buscar sus pertenencias e irse a sus respectivos domicilios.

Muchos de esos jugadores de ese primer partido fueron profesionales, algunos jubilados, que combinaron el fútbol con sus estudios en tiempos donde jugar con la selección se hacía por amor a la camiseta sin recibir nada a cambio.

En el resto de esa primera eliminatoria de 1976, Panamá empató de local 1-1 con El Salvador el 2 de mayo; se  perdió 3-0 ante Costa Rica en San José, el 11 de julio; se cayó 4-1 con El Salvador en el estadio Cuscatlán el 1 de agosto; se perdió como local con Guatemala 2-4, el 17 de septiembre, y se cerró la eliminatoria cayendo por goleada 7-0 en la vuelta, el 26 de septiembre en el estadio Mateo Flores.

Hoy, el recuerdo de ese primer partido contra los ticos que congeló para la historia a toda esa generación de jugadores, trastoca con el último juego de la eliminatoria para Rusia 2018, el 10 de octubre de 2017, cuando se venció precisamente a Costa Rica consiguiendo la proeza de clasificar por primera vez a una Copa del Mundo.