viernes, 11 de julio de 2025

# 30, EL MEJOR PUESTO REAL DE PANAMÁ

TIRO A GOL 






Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


El puesto número 30 en el ránking de FIFA puede considerarse como la mejor posición de Panamá en la clasificación de la máxima rectora del fútbol. Contrario al número 29, que se consiguió el 13 de marzo del 2014 y que en las estadísticas figura como la mejor ubicación, que para mi fue una broma de inocentes. 

La posición 30 que acaba de conseguir la selección con Thomas Christiansen es lo más creíble a la realidad. Se alcanzó con resultados, fútbol, y con un selección en competencia, contrario a lo de marzo del 2014.

Lo del puesto 29 fue una cantinflada, porque era contrario a lo que dictaba la lógica. No se necesitaba ser un un erudito en el calificación de ese ránking , para pensar en que ese resultado estaba fuera de toda lógica. O que acaso, Panamá subió porque el resto estaban bajando. Para mi ese puesto estaba chueco.

En el año del 2013, con Julio Dely Valdés como seleccionador, Panamá había disputado la final de la Copa Oro que se perdió por 1-0 ante Estados Unidos a finales del mes de julio. 

En ese torneo se le ganó dos veces a México en fase de grupos y semifinales, a Martinica, se empató con Canadá, y se goleó a Cuba. Hasta antes del torneo, Panamá figuraba en la posición 51 y después se subió 11 puestos en agosto, para ubicarse en el escalafón 42.

Después de julio, Panamá terminó de jugar la hexagonal para el mundial de Brasil 2014 en el que ocupó el quinto puesto. Entre los últimos partidos se recuerda las derrotas con México y frente a Estados Unidos en el Rommel Fernández, en ese fatídico 15 de octubre del 2013.

En ese año, Panamá ocupó los puestos 35 y 36 entre septiembre y octubre, respectivamente, y cerró el 2013 en el puesto 38, sin partidos en noviembre ni diciembre. Por entonces no había selección, ni entrenador, ni competencias, solo quedaba el recuerdo de ese amargo último partido con los gringos del 15 de octubre.

Mientras tanto, el 2014 comenzó como terminó el 2013. Sin partidos en enero, febrero, marzo ni abril. La selección se reactivo con un amistoso frente a Serbia  el 31 de mayo en Chicago, Estados Unidos, con el debut del nuevo entrenador de la selección, el colombinao Hernán Dario Bolillo Gómez, que no tuvo ni tiempo para haberse familiarizado con los jugadores convocados. Los llamados fueron los mismos que habían terminado el último proceso con el panameño Julio Dely Valdés.

De acuerdo al ránking de  FIFA, Panamá comenzó el 2014 en el puesto 36, ganando dos casillas, en febrero ocupó el puesto 32, con cuatro escalafones arriba, y en marzo nos sorprendieron con el puesto 29, en el que además se ganaban tres puestos. Como se dice en el argot beisbolístico, una posición histórica que se consiguió a caballito.

Con Julio Dely Valdés, el mejor puesto de la selección nacional fue el número 29 en en marzo del 2014; con el Bolillo Gómez, el número 49 en octubre del 2017; con Gary Stempel, el número 50 en enero del 2009; Con Guimaraes, el número 52, y con el Cheché Hernández el  número 76, después de haber comenzado su dirección en la seleción en la posición 120. 

Por eso, para este servidor, el puesto 30 actual es el real. Con una selección activa, que juega, gusta y es competitiva. Sin desmeritar lo que hizo el equipo en la Copa Oro y en la recta final de la eliminatoria en el 2013, que fue grande y nos enorgulleció a todos. Pero con el perdón de la FIFA, lo del puesto 29 del 13 de marzo del 2014, fue un insulto a la inteligencia, al menos, para el autor de este escrito.

Fin del comunicado.  

domingo, 29 de junio de 2025

VOLVIMOS A TIERRA

TIRO A GOL 





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Después de pasearse en la fase de grupos donde se consiguieron tres victorias en hilo, con 10 goles a favor y 3 en contra, Panamá vino a sentir el verdadero peso de un rival con Honduras, con el que empató a un gol y más tarde perdió en la definición de los penales, en los cuartos de final de la Copa Oro del 2025. Sorpresa para los  panameños.

Tal vez muchos veían a Panamá jugando la final, pero este sábado Honduras aguó la fiesta como lo hizo en el último partido de la pasada eliminatoria cuando empató  en el Rommel Fernández y trazó el camino para la eliminación de los dirigidos por Thomas Christiansen al Mundial de Catar 2022.

Lo que pasó este sábado en una lección, o diría mejor, una llamada de atención a Panamá, para lo que se vendrá en septiembre con los partidos de la eliminatoria para el mundial del 2026, donde cada partido será una final, porque siempre se dice que estos encuentros son particulares y a otro precio, diferentes a los de una Copa Oro o la Liga de Naciones, ya que habrá que visitar a los rivales.

Mientras se jugaba el primer tiempo, me imagino que muchos como yo veíamos a Panamá sobrado frente a los catrachos, en que solo le sirvió para un gol, después de las  buenas actuaciones del portero rival. Fue una exhibición de manejo de balón de los nuestros, donde se apostó a no perderlo. Incluso, en un cobro de tiro de esquina, que en el fútbol es una acción ofensiva, de gol, como bien lo aprovechó Honduras para el empate, los panameños retrocedieron el balón hasta el portero. Hasta esos lujos se daba Panamá.

Pero tampoco se puede pasar por el alto la actitud del rival que supo aguantar atrás, mientras los panameños se exhibian, sintiéndose sobrados en algunos tramos del partido, con algunos lujos que estuvieron de más y que  estropearon un par de  llegadas.

El segundo tiempo fue lo contrario. Honduras mostró los dientes y Panamá la pasó mal en algunos tramos de la etapa complementaria.

En lo personal, me gustó como se manejó el balón, pero veo que siempre en los desplazamientos ofensivos, Panamá sufre en los contragolpes del rival cuando se pierde el esférico, y a eso fue a lo que apostaron los hondureños, como en efecto sucedió.

De nada vale exhibirse con el balón cuando no tienes respuesta de reacción al momento de perder el esférico, como pasó en contadas ocasiones. Entonces allí es donde las oportunidades que se deperdiciaron por hacer una de más y sentirse sobrados, pasa la factura.

Lo de Honduras es un aviso de lo que viene, sin embargo, hay que valorar lo bueno que dejó la Copa Oro, al menos para el entrenador, porque sirvió para probar con algunos jugadores que aprovecharon la oportunidad.

La lección que dejó el partido con Honduras será de mucha valía para Christiansen. Se podrá valorar que de nada vale hacer una bonita exhibición con el balón donde todo parece perfecto, hasta que el rival despierta, aprietas los dientes, encima, pone en apuros, golea y voltea la torta, mientras no se tenga reacción ni física ni mental. Y eso fue lo que pasó en la parte final del segundo tiempo.

Como se dice en este deporte, así es el fútbol. Hoy no se gana de nombre, ni con ser el mejor en el ránking, ni con tener más jugadores en el exterior. Se gana con goles y actitud en los 90 minutos y más del partido.

Por lo menos, con lo de Honduras, volvimos a la tierra. Tomémoslo como una alerta .



sábado, 28 de junio de 2025

LA SALSA, EL ALMA DE CALI

LA SALSA VIVE 







Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Que el género de la salsa se está muriendo, eso es puro cuento, afirma a sus 76 años el panameño Rubén Blades, uno de los salseros más queridos por los colombianos, en el documental La salsa vive del cineasta caleño Juan Carvajal.

Blades es de la opinión que la salsa de la ciudad, es la ciudad. Una expresión que encaja en lo que sienten todos los caleños por este género musical, que se ha convertido en el alma de la ciudad de Cali, como lo insinuó Juan Carvajal, una región que es conocida con el slogan: la capital mundial de la salsa. 

La salsa vive es un documental que nos muestra ese sentimiento que despierta este ritmo, principalmente en la ciudad de Cali, que es tan pegajoso como el que sienten los hinchas del América o el Deportivo Cali por sus clubes, en ese pedazo del país.

El documental hace una conexión entre lo que fue la salsa en los años 60 y 70 en Nueva York, en donde convivió una generación de extraordinarios músicos de la salsa, que revolucionaron esa ciudad con su música, como lo hacian los Beatles en Liverpool con su rock and roll. Más tarde estos salseros llevarían a formar lo que se conoció como la Fania All Stars, un sello con el que la salsa se consolidó mundialmente. 

Todo ese ritmo incursionó por el muelle de Buevamentura y se anidó en Cali, donde llegó para nunca más irse. El documental muestra dos realidades diferentes con la salsa, pues en la primera, toda esa efervescencia que vivieron los neoyorkinos se apagó de repente, mientras que en la segunda, este ritmo nunca ha dejado de sonar y hoy los más de tres millones de caleños la sienten como suya, a tal punto que la salsa caleña, con todas sus manifestaciones, fue considerada como patrimonio cultural inmaterial, en el año del 2024.

La Fania Old Star



"Cuando yo llegué a Nueva York en el 74 en la ciudad habían por lo menos 15 clubes que te daban música lunes, martes, miércoles, jueves, viernes, sábado y domingo. Y no dizque cualquiera, eran las bandas número uno, en uno estaban Héctor Lavoe con Willie Colón, te ibas a otro y estaba Johnny Pachecho con el Conde Rodríguez, te volteabas para el otro lado y estaba Eddy Palmieri con Ismael Quintana, donde tú te metías había una gran cantidad de grandes músicos, y los clubes llenos de gente", recordó Rubén Blades en el documental.

"A mi me preguntan: ¿qué pasó con la salsa en Nueva York? 'Yo no sé', responde el mismo Blades. "Quizás la desaparición de la Fania tuvo que ver con eso, quizás la ausencia de relevos, aunque eso no es suficiente para explicar lo que pasó", señaló el cantante panameño. 

Hoy, lo único que quedó de esa época gloriosa de la salsa son los avisos promocionales de La Lupe, Tito Puente, y muchos otros monstruos del género, que son testimonio de lo que se vivió musicalmente en Nueva York.

"Los años 70 fue el boom de la salsa, eso fue inolvidable porque la salsa estaba en el primer lugar entre los latinos. Había una generación que se vinieron desde sus respectivos países a Nueva York desde muy pequeños, se criaron allí, pero se identificaban con los latinos y la musica latina. En Nueva York había un sinnúmero de clubes de salsa y un sinnúmero de orquestas bien buenas", manifestó Henry Fiol, de 78 años, un artista nacido en Nueva York y conocido como el blanco que canta como negro.

Artistas que tomaron parte del documental.



Paradójicamente, mientras que en Nueva York decaía el entusiasmo por la salsa, en Cali se mantenía viva. Alfredo Linares, un peruano muy querido por los caleños que hoy se mantiene vigente en Cali con sus temas "Tihuanaco", "Mambo rock" o "Mi dulce amor", entre otros, señala, que en más de una ocasión le dijeron que por qué no se iba para Nueva York, a lo que respondía: "yo me quedo en Cali".

Como pasó en muchos países latinoamericanos, la música entró primero por la radio de onda corta. En el documental se cuenta cómo los abuelos y abuelas estaban al tanto de la música cubana, porque por los años 40 o 50 sintonizaban Radio Habana, se escuchaba el danzón, la guaracha y otros ritmos.

Con los años y la fiebre que se vivía en Nueva York, por el muelle de Buenaventura, en el pacífico colombiano, pasaban buques que llevaban música de pasta o acetato. Algunos hicieron amistades en las embarcaciones y consiguieron hacerse de varios discos, que más tarde llegarían a los bares de Cali para popularizar el género de la salsa. Es decir, que la salsa no tomó de sorpresa a los caleños, porque ya estaban preparados desde los tiempos de sus abuelos que les inculcaron el amor por el ritmo. Con los años, los hijos de estos le decían a sus hijos: esto es un mambo, esto un son, esto una guaracha, esto un guaguancó, esto una guajira. De generación en generación la salsa entró desde sus casas.

Rubén Blades, un ícono de la salsa.



Rubén Blades dice, que la radio en su casa estuvo prendida todo el día, y se escuchaba todo tipo de música. "La radio era como la banda sonora de nuestras vidas", señaló el panameño.

Dentro del documental algunos asocian la palabra salsa al de un nombre comercial, para otros es una palabra colectiva. Alguien dijo que es como un paraguas que por debajo tiene todos los ritmos. En resumen, la salsa es un concepto musical.

Hery Fiol como el mismo Rubén Blades lo asocian con los barrios. "La salsa siempre ha sido algo del vecindario, del barrio".

Otros dicen que con el sello de la Fania, se le puso la rúbrica a la salsa.

Fiol señaló que la salsa es música híbrida, que tiene sus raices en la música de Cuba, con el sazón de Nueva York, un poquito de jazz, elementos de música brasileña, un popurrí de diferentes influencias.

El espectáculo de la salsa en un auditorio.



Ángel Lebron, uno de los fundadores del grupo "Los hermanos Lebrón", desde muchos años radicados en Cali, dice que cuando llegó a Buenaventura se sorprendió al ver tantos negros, porque en Estados Unidos había conocido a unos colombianos blancos. Entonces se familarizó con sus raíces. Tal vez por eso más adelante lo del tema: "Sin negro no hay guaguacó".

La salsa se apoderó de Cali desde los bares, desde donde se escuchaban todos los ritmos que estaban de moda en el norte. 

La orquesta de Richie Ray y Bobby Cruz se presentó en Cali en 1968 y repitieron en el 69, de allí se vino una explosión. Esa orquesta enloqueció a los caleños y después vinieron otras con los grupos que estaban de moda en el norte, manifestó uno de lo melómanos que participó el documental.

Con esta gama de música aparecieron las fiestas familiares y de paso surgen los agüelulos, que eran rumbas que se hacian por las tardes para los jóvenes, fiestas familiares donde los muchachos tomaban champús, una bebida popular en Cali, y comían empanadas, para un momento de descanso después de tanto bailar. Fue algo así como una época dorada para los de esa generación.

Melómanos en la Feria de Cali



Había que bailar bien, porque a las mujeres le gustaban los chicos que supieran hacerlo, los que eran simpáticos, atractivos, pero no sabian bailar, no eran considerados por las chicas. 

Simultáneamente con los agüelulos aparecieron los bailes con cuotas, los agüelulos eran gratis, los de cuotas, pagados. Era una forma como de adecuar la casa y convertirla en un bailadero. La música era de oido con el maestro aguja, como se le llamaba al discómano que maniobraba el tocadisco. Los bailes, que para los de ese tiempo fueron inolvidables, eran de cada ocho dias.

Por esa época se escuchaba mucho el boogaloo, la pachanga, la charanga, entre otros ritmos pegajosos. Sin embargo, una vez a alguien se le ocurrío ponerle más revoluciones o velocidad a un boogaloo que sonaba lento, por lo que el resultado fue que se escuchara más rápido y eso gustó para siempre. Por lo tanto había que bailar más rápido con los pies. También se le puso más velocidad a otros ritmos.  

Rubén Blades reunido con los melomanitos, en Cali.



"Yo nunca lo había visto. Los cantantes sonaban como ardillas", dijo Hery Fiol. La gente gozaba ese nuevo ritmo que hasta hoy se conserva, porque muchos discos quedaron grabados a esa velocidad.

Por eso se dice, que con ese cambio de revoluciones en los discos, el caleño inmortalizó su propio estilo de bailar con ese estilo rápido de mucha velocidad en las piernas, diferente a los boricuas u otros países. De allí que se populariza el dicho, "vamos a echar paso", o "¿quién tira más paso?, porque el baile se medía por los ritmos que le ponían los bailadores a sus piernas y al mismo cuerpo. Por esos tiempos salieron excelentes bailarines como los recordados Wuatusi y Amparo Arrebato, entre otros.

Entonces aparecen orquestas caleñas como Niche, Guayacán, entre otras, que siguieron el legado que en los años 70 había comenzado el paisa Luis Ernesto Estrada, el director del grupo "Fruko y sus Tesos", con sus inolvidables vocalistas Joe Arroyo y Wilson Saoco. También las mujeres hicieron su incursión con buenas orquestas de salsa. El boom de la salsa y sus orquestas se escuchaba por toda Cali.

Jairo Varela, fundador del grupo Niche. Un ícono de la salsa.



Era un ambiente salsero, en el que los mafiosos también aparecen en esta faceta de la efervescencia, aprovechando la música para invertir en discotecas o todo lo que oliera a salsa.

Cuentan en el documental, que grandes artistas de la salsa con sus orquestas que se popularizaron con la Fania recibieron invitaciones particualares de los capos de la droga, para que amenizaran en sus fincas, cumpleaños o cualquier otra actividad. Los mandaban a  buscar en vuelos chárter. El dinero era lo de menos, lo que sobraba era la plata. Fue la bonanza de la salsa en la llamada, "Sucursal del Cielo".

Sin embargo, a mediados de los años 90, con el arresto de varios capos de la droga, el espectáculo de la salsa decayó en la ciudad de Cali. Algunas orquestas caleñas que no estaban consolidadas, desaparecieron.

Alguna gente del espectáculo fue arrestada, como el maestro Jairo Varela, un chocoano que puso a bailar a Cali con el grupo Niche, y que recibió casi cuatro años de prisión por recibir cheques de los mafiosos, como parte de los servicios profesionales de su grupo.

Desde la cárcel, Jairo Varela, el compositor que más le compuso a Cali y al Valle del Cauca, tuvo el coraje de hacer un par de álbumes, en uno de ellos con el tema que lo inmortalizara: "A prueba de Fuego", en el que narra su sufrir desde la prisión: "De qué valió, me pregunto yo, mi bandera y mi emblema, si yo soy parte de la solución no del problema.....".

Grupo Guayacán de Cali.



Pero a diferencia de lo que pasó en Nueva York, la salsa no decayó en esta región del país, porque como se titula este escrito, la salsa es el alma de Cali.  Como dijo alguien en el documental, mientras hayan bailarines, bailadores y orquestas locales, la salsa nunca morirá.

También tiene que ver mucho el papel de los melómanos y coleccionistas, que han contribuido a que las ondas sonoras de este ritmo no se los lleve el viento, como apuntó un coleccionista en el documental. "Nosotros atesoramos cuidadosamente su memoria, la queremos como si fuera nuestra. Nosotros queremos a los Lebrón, a Rubén Blades, a la Sonora Ponceña y a tantos otros, como si fueran de aquí. Cali es la memoria mundial de la salsa, por ese tesoro que guardamos".

Los melómanos guardan una cantidad inimaginable de música de la salsa desde los tiempos de los abuelos. Ellos son parte de ese reconocimiento que se le hizo a la salsa caleña como Patrimonio Cultural, por eso tienen un espacio especial en la Feria de Cali.

Como bien dice la frase de Rubén Blades cuando alguien fallece, "se mudó para el otro barrio", la música hace que no se olvide al artista, que se lo recuerde por siempre. En ese aspecto, los melómanos tienen vivo el recuerdo de todos los soneros que se han adelantado.

Ese fervor por la música, también se ha despertado en los niños, que ya tienen grupo de "molomanitos" y hace poco se pudo ver, como lo mostró el documental, cuando estuvieron como invitados en un ensayo de Rubén Blades, para su presentación en la Feria de Cali.




Los bailarines también son parte de este patrimonio Cultural, hoy desde niños los padres mandan a sus hijos a una escuela o academia de baile de salsa, que son muchas, con la esperanza de que logren triunfar en esta actividad. Todas esas escuelas son la atracción principal en la apertura de la Feria de Cali, con la cual se abre el telón en el Salsódromo.

Luis Eduardo Hernández, el Mulato, un exbailarín y hoy dueño de una academia y un lugar de baile, se siente orgullo con estos jóvenes del barrio, que le apostaron a la vida con el baile, apartándose de los peligros de la delincuencia o de la droga, para soñar en mejorar su estatus económico, y  lo principal, ser una figura de la salsa.

"Como en todos los barrios, los padres y madres aspiraban a que sus hijos fueran mejores que ellos, en la esperanza invencible del que ha sido un perdedor", señala Blades.

En Cali, la salsa ha sido un ritmo que entró por los oídos de los abuelos en los tiempos de la radio, un sentimiento que fue transmitido a sus hijos, y que estos lo retransmitieron a los suyos. Su ingreso físico, como acetato o pasta, se produjo por el muelle de Buenaventura, de allí pasó a los bares de Cali hasta popularizarse en las emisoras.

 Poco a poco, como una bola de nieve que viene en picada desde lo alto, la salsa fue cubriendo a la ciudad de Cali. Nunca ha parado de sonar, la gente la sigue bailando. Hoy en cualquier emisora se siguen emitiendo los temas de nuestros abuelos, esos ritmos cubanos, como los de la sonora Matancera, o los ritmos neoyorkinos. Todavía se goza con el boogaloo rápido, la pachanga o la charanga. Los grupos y cantantes del ayer siguen presentes. Junto a otros ritmos musicales que también vinieron para quedarse, como el tango o la música méxicana, la salsa sigue siendo la banda sonora de los caleños.

Los adultos tienen su espacio en las viejotecas, donde la gente va a recordar el pasado a través de todos esos temas que los hicieron gozar de jóvenes. También hay días exclusivos para la salsa pesada, en las discotecas, con la música de los grupos de los tiempos de New York, Cuba o Puerto Rico. 

La salsa sigue sonando. Nunca ha muerto. Como dijo una vez el puertorriqueño Gilberto Santa Rosa: "Mientras exista Cali, la salsa nunca va a morir".

Si es el alma de esa ciudad.    
 

viernes, 13 de junio de 2025

¡AGRANDADOS!

TIRO A GOL 







Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Después de conocerse el sorteo de la fase final de la CONCACAF, para la Copa del Mundo del 2026, se escucha con mucho eco de que Panamá ganará el grupo sin mayores problemas. Se oye tanto de aficionados como del nuevo periodismo. Hay ruido de agrandados en los corrillos del fútbol panameño.

Y es natural, porque, indirectamente, la selección mayor nos agrandó a todos, a pesar de que el capitán Aníbal Godoy haya criticado hace unos días a un sector del periodismo por sentirse agrandados.

Pero la verdad es que el fútbol panameño se agrandó hace unos años en el área, por eso los jugadores se deben agrandar futbolísticamente ahora en la cancha, en esta fase final, porque en la pasada ronda ganaron sin convencer, a pesar de las buenas actuaciones en la última Copa Oro y Copa América, que fueron totalmente diferentes.

No se convenció en la pasada fase, pero se ganaron los cuatro partidos que es lo importante, pero ahora viene lo más difícil en que habrá que estar preparado física y mentalmente para este nuevo reto, porque en seis partidos se pueden tener malas noches y terminar como los italianos en las dos últimas eliminatorias en las que se quedaron sin mundiales.

Ahora son los jugadores los que se tienen que agrandar, demostrarlo con hechos y con el balón, plantear que ese cuarto lugar en el ranking de CONCACAF no ha sido regalado. Tienen que ser más agrandados en la cancha que los mismos periodistas en las redes sociales.

El tema de Godoy me trajo algo a la memoria. Hace un año estuve en Colombia y seguí desde allí las incidencias de la Copa América. Recuerdo la vez que Panamá iba a enfrentar a los cafeteros en cuartos de final. En la previa recibí muchas llamadas y mensajes por el whatsApp de colombianos que me preguntaban por dos periodistas panameños, que se mofaban de Colombia antes del partido. Me mandaban los videos y me decían, ¿Quiénes son esos manes? Yo solo me reía. Se puede decir, que por esos videos que se hicieron virales, en Colombia el aficionado conoció mas a estos dos personajes que a los jugadores de la selección de Panamá. Lo dejo hasta allí.

Godoy debe entender que el periodismo ha cambiado no solo en Panamá, sino también en el mundo, y que antes, cuando a la selección le ganaban todos en el área, en algunos países también se mofaban de los nuestros. Pero es un hecho que hoy el nuevo periodismo panameño ha cambiado, como pasa en el resto del  planeta, con esto de las redes. Hoy los periodistas son unos cracks en sus plataformas digitales, juegan mejor en sus redes que los propios jugadores en la cancha.

Pero retomando el tema de agrandados, así se tendrá que comportar la selección nacional en la fase decisiva, en la que el primero clasifica al mundial y el segundo, si es el mejor entre los tres del grupos, tendrá un repechaje.

Lo que viene ahora con la Copa Oro no me interesa. Siempre lo he dicho, es el torneo en que nuestros jugadores se sienten como pez en el agua. Tengo plena confianza en que el que juegue lo hará bien, porque es un torneo que cala como anillo al dedo para nuestros seleccionados. Se fijaron, estoy escribiendo como un agrandado.

Al final, lo que cuenta es lo que se verá a partir del mes de septiembre. De los rivales que nos tocó, se los respeta, en el papel somos mejores que ellos. Sin embargo, el último recuerdo que me quedó del Bolillo Gómez fue la vez que visitó el Rommel Fernández con Honduras, en la antepenúltima fecha del octogonal final de la eliminatoria para Catar 2022. Allí nos dejó vestidos y alborotados, sacó un empate 1-1 que a la postre fue el anuncio de una eliminación que se venía y que se consumaría en el siguiente partido con el 5-1 que nos propinó Estados Unidos.

Por el momento, a disfrutar de la Copa Oro.

lunes, 2 de junio de 2025

58 PARTIDOS PARA UN TÍTULO

TIRO A GOL 







Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


El fútbol no es de merecimientos: se gana o se pierde. Algunas veces se gana sin haber sido el mejor, porque estamos hablando de un deporte que se evalúa por los resultados, no por el rendimiento.

A sus 48 años, el entrenador chiricano Mario Méndez consiguió ganar el sábado con Plaza Amador su primer campeonato en la Liga Panameña de Fútbol (LPF) después de perder las finales de los dos últimos torneos. La tercera fue la vencida, se dijo por todas partes después de golear 6-0 al San Francisco, un refrán que no tiene que ver nada con las matemáticas, porque también se pudo haber perdido por una tercera vez, si los capitalinos no hubieran metido seis goles y su rival hubiera mostrado más resistencia. 

Por allí leí, que este refrán anima a la perseverancia, ya que sugiere que los esfuerzos repetidos pueden finalmente dar resultados.

El cholito Méndez necesitó 58 partidos en los tres torneos con Plaza Amador para ganar su primer título en la LPF. Sus números en los dos primeros torneos no fueron del todo malos, pero haber perdido las dos finales del Apertura y Clausura del 2024 era como para que el sábado hubiera visto la final por televisión. En ese sentido, la directiva del club, con el asesoramiento de Mike Stump, que según me cuentan, es el hombre que está atrás de un gran proyecto con el equipo, le perdonaron los dos descalabros al entrenador para continuar con el plan inicial. Son contados los entrenadores que se pueden dar esos lujos, sobre todo en Panamá. El chiricano estuvo afortunado.

Miremos los números del técnico campeón en los tres torneos: Estuvo en 58 partidos, con 31 victorias, 14 empates, 13 derrotas, 83 goles a favor, 59 en contra, para 109 puntos.

En los dos últimos torneos fue primero de su conferencia y pasó directo a las semifinales, mientras que en el primero había finalizado tercero y le tocó jugar los playoffs




Es decir, que con Mario Méndez, Plaza Amador mejoró su rendimiento en los dos últimos torneos. En el Clausura 2024 fue segundo con 30 puntos, entre los 12 equipos agrupados en una clasificación general, siendo superado en una unidad por el CAI que terminó como líder absoluto en la ronda regular.

En este último torneo que acaba de culminar, Plaza Amador fue el líder absoluto de la general con 31 unidades. En semifinales le tocó enfrentar a su archirrival Tauro, que lo tenía de papá en los últimos enfrentamientos. Por eso es meritorio lo que acaba de hacer el entrenador chiricano.

Ahora, los números daban fe de la buena dirección de Méndez, pero de haber perdido su tercera final en línea, los números no lo hubieran salvado, porque el fútbol es de resultados.

Plaza Amador solo perdió seis veces en los dos últimos torneos, tuvo tres caídas en cada uno, comparado a sus siete reveses que sufrió en el Apertura del 2024. En el Clausura 2024, perdió con Árabe Unido, Potros y con el CAI en la final.

En el caso de este Apertura 2025 que acaba de finalizar, Plaza tuvo dos de sus tres reveses ante Tauro, en la cuarta (4-0) y décimo tercera jornada (2-0), después de haber debutado con una derrota ante Sporting San Miguelito (1-0) en la primera fecha.

No está mal para un equipo que venía de perder las dos finales del 2024 y que se cobró revancha en semifinales con el Tauro. Desde ese punto de vista, lo que hizo Mario Méndez es meritorio, pero ese esfuerzo de nada hubiera servido si no hubiera ganado la final ante San Francisco.

Hoy el fútbol le devolvió el esfuerzo al entrenador chiricano que le dio su octavo título al Plaza Amador en la LPF después de cinco años, cuando lo hizo Jorge Dely Valdés en el Apertura del 2021.


Mario Méndez



Como jugador, el cholito ha sido uno de los mejores laterales derechos que se recuerde del fútbol panameño, estuvo en todas las selecciones nacionales desde la Sub 17 hasta la mayor. Es más, siendo aún joven lo llamaban a la absoluta. Si no trascendió internacionalmente fue porque no tuvo la oportunidad pues le tocó vivir los tiempos de las vacas flacas, pero en el exterior muy bien que hubiera triunfado porque lo tenía todo. Como entrenador ya había tenido protagonismo como asistente técnico en la liga y con la selección Sub 20 que estuvo en el Mundial de Colombia. Solo le faltaba un título en la LPF, para que el fútbol le reconociera todo lo que le había dado a este deporte, pero como lo dije al principio, el fútbol no es de merecimientos sino de resultados. 

Por números, Mario Méndez era favorito con el Plaza en la final ante San Francisco. Pero aparte de las estadísticas, hubo mucha gente que le iba de corazón al chiricano, porque consideraban que se lo merecía. El entrenador interiorano ya había pagado sus pecados en las dos finales de los torneos del 2024, había aguantado muchas críticas de una afición que tal vez sea la mejor del país, y el sábado era hora de recibir una indulgencia del fútbol.

Pero de los merecimientos a los hechos hay mucho trecho en el fútbol. Mario Méndez tenía una asignatura pendiente después de perder las finales de los dos últimos torneos con el Tauro (2-0) y el CAI (2-1). El sábado frente al San Francisco, en su tercer intento, su equipo lo solucionó con goles. Era la única manera. No perdonó. No quiso llevarse otra sorpresa. Fue contundente, salió decisivo a ganar el partido, estuvo aplicado, fue agresivo, oportuno e inmisericorde. Marcó seis goles, hasta uno hermoso de chilena, como para que no quedaran dudas de los buenos números que lo avalaban en los dos últimos torneos. Unas 17.498 personas que asistieron al Rommel Fernández, fueron testigos del primer título de un entrenador chiricano en la LPF. Ya se había sufrido mucho.

Era el momento de celebrar.


martes, 27 de mayo de 2025

EL PRIMER REPATRIADO DE PANAMÁ

FÚTBOL PANAMEÑO 



Luis Carlos Sánchez





Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com



Ahora que se habla de la posibilidad de que el hijo del panameño-alemán, Kevin Kuranyi, pueda formar parte del seleccionado Sub 20, que estará en el Mundial de Chile 2025, me vino la memoria el nombre de Luis Carlos Sánchez, el primer repatriado que tuvo la selección absoluta de Panamá, al que tuve el privilegio de descubrirlo una tarde del viernes 28 de abril de 1995.

Sucedió en los tiempos en que el fútbol panameño estaba dividido con las ligas de LINFUNA, que reconocía la FIFA y que presidía José Manuel Torres, y ANAPROF, que avalaba el gobierno y lideraba Juan Carlos Delgado. En menos de un año de ese encuentro, Luis Carlos Sánchez llegó a formar parte del seleccionado que dirigió el colombiano César Maturana, llegando a jugar la eliminatoria para el mundial de Francia 1998. Esta es la historia.

Por esa época los periódicos junto a la radio tenían gran trascendencia nacional en el diario acontecer de la información. No habían celulares ni las facilidades que existen hoy para conseguir la noticia. Por ese tiempo, desde Colombia, se escuchaba y se leía sobre el "Panameño Sánchez" cuando hacían referencia a Luis Carlos Sánchez, pero entre los colegas panameños de la época que cubríamos fútbol, no teníamos una evidencia concreta de si el mencionado futbolista era de Panamá o se trata de algún sobrenombre. Una vez, en unas vacaciones en que fui a Colombia, visité una familia que tengo en Itagüí y aproveché para ir a Envigado, que está a la vuelta de la esquina.


Momento en que entrevisté por primera vez al panameño Sánchez.





Fui al estadio del Envigado donde entrenaba el "Panameño Sánchez", que por entonces era colero de la liga y lo dirigía Gabriel Jaime Barrabas Gómez, mundialista con Colombia. Esperé a que terminara el entrenamiento y luego lo abordé. Inmediatamente Luis Carlos me sacó de las dudas, me confirmó que en efecto era nacido en Panamá, de padre panameño y madre colombiana, oriundo de Chité, Herrera.

Como profesional, el panameño Sánchez era un defensa central que en 1988 había debutado a los 18 años en el Cúcuta Deportivo, y entre otros equipos, había jugado con la selección Norte de Santander, también tuvo un paso corto con el América de Cali, estuvo en el Trujillanos de Venezuela y finalmente en el Envigado.

Lo del "Panameño Sánchez", se lo pusieron en Villa del Rosario, Cúcuta, porque de niño le gustaba cantar el himno de Panamá.

Sánchez tuvo como compañeros en el Cúcuta a Faustino Asprilla y al palomo Albeiro Usuriaga, mientras que en el América a Fredy Rincón, tres jugadores emblemáticos del fútbol colombiano.

Su padre, Euclides Solís era panameño y su madre Mariela Sánchez, colombiana. Desde los cinco años su madre se lo llevó para Colombia y su familia panameña nunca supo más de él, por mucho que lo buscaron para dar con su paradero. Es como si la tierra se lo hubiera tragado.

Cuando hablé con el panameño Sánchez, lo único que recordaba era el nombre de su madrina Carola (Carola Ruiz de Cigarruista). Un mes después de regresar a Panamá para reintegrarme al Diario La Prensa, donde laboré por 25 años, publiqué el reportaje de Luis Carlos Sánchez, que salió el 10 de mayo de 1995. Al día siguiente, Carola me llamó por teléfono al diario llorando de felicidad, pues el niño que había desaparecido a los cinco años, volvió a reaparecer 21 años después, con 26 años de edad.

Ese día me llamó el jefe de prensa de LINFUNA, el colega Luis Giraldo, para averiguar más sobre el jugador. Consiguieron comunicarse con él y en un mes el entrenador Saúl Suárez lo convocó para un amistoso con el Unión Magdalena de Colombia, que dirigía, Jorge Luis Pinto, en una fogueo que se disputó un domingo por la tarde en el Artes y Oficios. Mientras que a esa hora se disputaba el amistoso, en varias canchas del país se jugaba el campeonato de ANAPROF, que era más promocionado y el que los medios cubrían en masa.

Cuenta Giraldo, que al día siguiente del amistoso llevaron a Luis Carlos al registro civil para tramitarle lo de la cédula panameña y después se hicieron  las diligencias para el pasaporte.

Sánchez jugó en la eliminatoria para Francia 98. Parado, de izquierda a derecha, con el número 5.



El nuevo futbolista panameño se pudo reunir con toda su familia en Panamá en un acontecimiento memorable. Curiosamente, un familiar suyo había sido mi compañero de aulas en la Universidad de Panamá.

Después de jugar los primeros partidos con Panamá en la eliminatoria para Francia 1998, jugó con el Árabe Unido y luego regresó a Colombia. Hace unos años, el 7 de abril del 2014, falleció en Cúcuta a consecuencia de un problema pulmonar.

A la repatriación de Sánchez llegaron otros, como el de Tony Taylor, residente en Estados Unidos, para jugar con el equipo mayor en los tiempos del Bolillo Gómez, y también se dieron otros casos en el fútbol femenino. Hubo intentos con futbolistas de padres panameños, que jugaron en España, como el recordado Joyce Renato en los años 90, pero entre todos los casos que se hayan intentado hacer, el del panameño Sánchez fue particular, porque se dio en los tiempos en que no había la tecnología de hoy ni las redes sociales. Todo se tenía que consumar por teléfono fijo o había que ir a contactarlo personalmente.

Lo de Sánchez fue la mejor experiencia que tuve en mi carrera de periodista, pues además de haber ido personalmente a Envigado, para confirmar la noticia de primera mano, con esa "bomba" de información Luis Carlos se volvió a reunir con su familia 21 años después, y de paso llegó a jugar con el seleccionado nacional.

Una historia como de película. 



miércoles, 21 de mayo de 2025

EL MÍSTER ESTÁ CLARITO

TIRO A GOL



Thomas Christiansen



Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com


Pensar en que Panamá gane la Copa Oro 2025 del mes de junio, que hasta el momento le ha sido esquiva, con tres finales perdidas ante los dos colosos del área, hace pensar que en esta ocasión será más complicado.

En efecto, será más complicado, porque mientras Thomas Christiansen está pensando en la Copa Oro y la eliminatoria, los tres grandes del norte solo pensarán en el torneo de CONCACAF por ser sedes de la próxima Copa del Mundo 2026, lo que deja entrever que los tres presentarán a sus mejores cartas, a pesar de que el torneo de junio no pertenece al calendario de FIFA.

Por eso, tal vez, la Copa Oro no es una obligación ganarla, como lo afirmara el entrenador Thomas Christiansen, en un conversatorio virtual, tratando de quitarle presión a la selección y dejando entrever en que la prioridad es el mundial.

En ese sentido, ahora parece más complicado llegar a una cuarta final, aunque el entrenador Thomas Christiansen nos ha sorprendido algunas veces cuando nos ha regalado una alegría en medio de las dificultades, pues hay que recordar que después de fracasar en su primer intento donde no pudo pasar de la fase de grupos en una Copa Oro, en el segundo llegó hasta la gran final.

Aparte, que conociendo al entrenador europeo, su prioridad es el mundial, por eso fue que extendió su contrato con Panamá hasta el 2026 después de no clasificar al mundial de Catar 2022, sabiendo que ahora la oportunidad de poner en su curriculum una Copa del Mundo tiene más sentido, por las facilidades en el próximo mundial con el aumento de participantes y "las comodidades" en las etapas de clasificación.

Hace un par de años, cuando Panamá iba a enfrentar a Argentina en un amistoso, se hizo todo un drama cuando el míster prefirió que Jorge Dely viajara a Buenos Aires con un modesto equipo, mientras él se concentraba con el plantel principal para un partido oficial ante Costa Rica, que valía una clasificación a la semifinal de la Liga de Naciones, lo cual le dio resultados.

Hoy la prioridad es el mundial por más que Panamá tenga que enfrentar próximamente en la eliminatoria mundialista, en un solo partido, a Belice, Nicaragua, Montserrat y Guyana, que muchos lo ven como partidos de entrenamientos.

Recordemos, que los dos primeros clasifican a la tercera fase donde habrán 12 selecciones repartidos en tres grupos de cuatro equipos cada uno, los primeros clasifican al mundial y los dos mejores segundos irán a un repechaje.

Es obvio, que hoy es más real pensar en estar a una Copa del Mundo por las facilidades que se presentan, diferente a las anteriores eliminatorias. Por eso se escucha decir que Panamá está obligada a clasificar, por ser el tercero mejor en el ranking del área, y porque su realidad actual lo ubica como claro favorito entre sus rivales del Centroamérica.

Yo solo subrayo, que Italia, con toda su historia, liga, jugadores y sus cuatro Copas del Mundo, no ha asistido a los dos últimos mundiales. Tampoco es para confiarse. Me imagino que Christiansen ve una ocasión de lujo para estar en el el próximo mundial, y por tal motivo, no va a desaprovechar esta oportunidad priorizando en las eliminatorias, como igual deben pensarlo el resto de sus colegas. Sin los tres grandes de la CONCACAF en la eliminatoria, las oportunidades son iguales para todos.

Lo de la Copa Oro es diferente. Desde el 2005, esta copa se ha convertido en el torneo preferido para los futbolistas panameños. Allí todos rinden casi que por igual, como si lo hubieran jugado toda la vida, sean titulares o suplentes. Nunca dejo de afirmarlo: los nuestros se sienten como pez en el agua cada vez que encaran este torneo de CONCACAF.