TIRO A GOL
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
Cuando se terminó de conformar el grupo L de Panamá, sentí un dolor de cabeza. Así lo debió sentir Thomas Christiansen, pensando en lo que le espera en su debut como entrenador en una Copa del Mundo.
Los mundiales siempre serán difíciles por más que ahora el del 2026 tenga 48 participantes. Para Panamá será la prolongación de un sufrimiento que comenzó en la fase final de la eliminatoria de la CONCACAF y que terminará en su último partido de la fase de grupos, hasta donde me parece que le alcanzará al seleccionado panameño.
Pero siempre se dice, que para ser grande hay que enfrentarse a los grandes. En el 2018 se tuvo una amarga experiencia de la que se tiene que aprender, para por lo menos no terminar haciendo otro papelón y mejorar el último lugar en Rusia, entre 32 participantes, en donde se recibieron 10 goles en tres partidos y se marcaron dos tantos, uno de ellos autogol.
Sin embargo, hay que ponderar que en esta oportunidad Panamá asiste a su segundo mundial como el mejor centroamericano y el único en la cita mundialista, que la tiene como el cuarto mejor de la CONCACAF en el ránking de FIFA, lo que es su carta de presentación.
Pero no podemos desconocer que aunque hoy sea el mejor entre los centroamericanos, todavía sigue siendo una cenicienta en este certámen, como lo fue hace 30 años en la CONCACAF. En Norteamérica, Panamá puede volver a pagar su papel de primerizo, pese a que estará jugando en su conferencia, sobre todo por los rivales que tendrá que enfrentar, que por historia y experiencia en Copas del Mundo, aunque se diga que la historia y las estadísticas no juegan, son más que los de Christiansen.
Todavía quedan siete meses para que los jugadores se mentalicen de lo que en el papel les espera, y que dependerá de ellos si quieren mejorar su historia en este certámen mundial, donde es evidente que Panamá es la cenicienta de su grupo, aunque eso no les quita el sueñe, por lo menos, de ilusionarse con un tercer puesto.
A pesar de que Panamá clasificó como primera de su grupo en la eliminatoria, se pudo evidenciar que hubo jugadores importantes del equipo que no estuvieron a la altura de las circunstancias, porque eso le pasa a los futbolistas. Hoy pueden estar bien y dentro de unos meses mal.
Pero en una Copa del Mundo no se puede llegar intermitente. Hay que estar en buenas condiciones, porque los rivales a los que se va a enfrentar no son Surinam, El Salvador ni Guatemala, allá será a otro precio. Si estás bien puedes dar la batalla, aunque caigas, pero si no lo estás, terminarás haciendo un papelón.
Todavía quedan seis meses para reforzar al equipo con amistosos, mientras que los jugadores pongan de su parte para afinar su condiciones. El buen juego en equipo es vital para hacerle frente a un mundial. Que se comprenda todo el grado de responsabiliad que conlleva jugar en este torneo, porque van a estar nada más que en la máxima vitrina del fútbol mundial, a la que cualquier futbolista aspira llegar en su carrera deportiva. Por eso hay que aprovechar esta oportunidad que se les presenta en la vida y no solo ir a participar, sino a intentar ser competitivo.
Lo importante de todo esto es que Panamá estará en su segunda Copa del Mundo, por eso los jugadores que se mentalicen en disfrutarla y dar lo mejor de cada uno, de lo que no se pudieron dar en su totalidad en la fase final de la pasada eliminatoria regional.
En junio la selección estará en los ojos del mundo. A Prepararse de nuevo, mental y físicamente.













