CONDENADO
Campo Elías Estrada
cestradacampo@gmail.com
La condena del expresidente colombiano Álvaro Uribe Vélez a 12 años de prisión domiciliaria, volvió a sacudir los cimientos de la política de Colombia que hoy se encuentra dividida entre la corriente Uribista de la extrema derecha y la izquierda del actual presidente Gustavo Petro.
Hoy, la jueza Sandra Liliana Heredia, que lo condenó a 12 años de prisión domiciliaria a través de un fallo de 1.114 páginas, se ha convertido en una heroína para los antiuribistas, mientras que los simpatizantes del primer exmandatario, que pasa a la historia como el primer expresidente condenado en Colombia, lo califican de una patraña del actual gobierno.
Por donde se lo mire, para unos el acusado es culpable y para otros es inocente. Un hecho que comenzó con una acusación del senador de izquierda Iván Cepeda en septiembre del 2014, y que durante casi 11 años ha tenido una serie de capítulos, en el que se llegó a pensar que nunca tendría un desenlace final por el poder que tenía el acusado, sin embargo, el final llegó el 28 de julio de la mano de una jueza a la que no le tembló la mano, para condenar al hombre fuerte de Colombia que es el líder indiscutible de la oposición colombiana.
Liliana Heredia pasó a convertirse en una superheroína, sin capa, para la corriente antiuribista, siendo objeto de una serie de memes en la que se ha hecho gala de mucha imaginación, donde aparece su figura en medio de frases pintorescas, con el himno de Colombia como cortina de fondo y la bandera tricolor, y por allí algunos encabezados como el señalar el 28 de julio, la fecha del fallo, como la verdadera "Independencia de Colombia".
En fin, este país sigue agitado entre la derecha y la izquierda, donde cada bando aparece ruidosamente cuando su contraparte sufre un traspiés. Por un momento la oposición parecía sentirse más fuerte, por los descalabros del actual gobierno, acuerpados por los medios de comunicación, que parecieran estar más inclinados a este lado.
No obstante, con la condena de Uribe, el antiuribismo está de fiesta, ahora son los que más ruido hacen por la redes, prácticamente silenciando las protestas de los que siempre han considerado inocente al líder de Cambio Democrático y que para un gran sector del país ha sido el mejor presidente que ha tenido Colombia, independiente de lo que se le acusa, que para sus allegados siempre ha sido una mentira y hoy un juicio político.
Para los opositores, la justicia colombiana es selectiva, pues hay exguerrilleros que pasaron a la vida civil sin recibir ni un día de condena por sus asesinatos, contrario al expresidente Uribe, que combatió a la guerrilla, y que a pesar de las acusaciones de las que es objeto, todavía tiene una gran corriente de fervientes simpatizantes que nunca han dejado de profesar su fe.
Según la fiscalía, al exmandatario se lo acusa de tres delitos de soborno en actuación penal.
Uno que tiene que ver por "provecho suyo o de un tercero que entregue o prometa una utilidad a persona para que se abstenga a concurrir a declarar o para que falte a la verdad total o parcialmente".
Otro, de "concurso homogéneo sucesivo de dos curules de fraude electoral", es decir, que "por cualquier medio fraudulento induzca en error a un servidor público para obtener sentencia, resolución o acto administrativo contrario a la ley".
Y tercero, "por determinador del delito de soborno", porque entregó o prometió "dinero u otra utilidad a un testigo para que falte a la verdad o la calle total o parcialmente en su testimonio".
En fin, con este fallo, la justicia colombiana busca esclarecer los crímenes de muchos inocentes por el paramilitarismo colombiano, en el que siempre se ha involucrado al expresidente Uribe de 73 años de edad, durante sus dos gestiones de gobierno (2002-2010).
Este hecho me recuerda al ciclista estadounidense Lance Armstrong, super campeón de siete Tour de Francia, que a pesar de todo había vencido un cáncer para seguir en carrera. Una vez un medio francés lo acusó de dopaje, pero sin mayores pruebas. Con el pasar de los meses se olvidó el asunto, hasta que con el tiempo, algunos años después, las acusaciones fueron tomando más relevancia, por los graves testimonios que se consiguieron.
Yo fui uno de los primeros sorprendidos, porque al principio no daba fe de ello, pensé en que eran patrañas, para mi Armstrong era un superhéroe o un ejemplo de vida, que había vencido al cáncer para seguir su deporte. Sin embargo, con los años, la supuesta patraña fue tomando forma y veracidad, los testimonios dejaron mal librado al campeón mundial y al final Armstrong terminó confesando que se había dopado con un método difícil de detectar para la época, en lo que puede considerarse la trampa más grande en el ciclismo mundial.
Con Uribe es algo parecido, los testimonios en el que al exmandatario se lo menciona en los asesinatos de 6 mil campesinos a manos del ejército, en los llamados "falsos positivos", y otras situaciones con el paramilitarismo, aunque del todo no comprobables, lo dejaron mal parado. Que sea verdad o sea falsedad, sólo él lo sabe, pero a diferencia de Armstrong, es difícil que él lo vaya a reconocer, porque son dos situaciones diferentes.
Y frente al marco político, esta situación deja mal parado al país, porque mientras los que hoy aspiran al trono de Petro como oposición, califican como selectiva a la justicia, por condenar a su caudillo y mantener libre a exguerrilleros que se desmovilizaron, la justicia funciona bien cuando se mete con tu rival, pero es un desastre cuando lo hace contra tu bando. Nunca se podrá quedar bien con las dos partes. Un verdadero problema.
Pero como dice el refrán, "Cuando el río suena, piedras trae", hace que la posición del que haya sido considerado como el mejor presidente de Colombia, esté hoy en entredicho.
Al final, el pasado no perdona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario